GUANAJUATO, GTO.- Finalmente el gobernador de Guanajuato, Miguel Márquez, terminó por aceptar que la violencia rebasó los limites en el estado.

La gota que derramó el vaso para que el titular del Ejecutivo aceptara el principal problema que enfrenta su gobierno, fue el asesinato de Maritza Paloma, una niña de tres años que fue asesinada junto con su padre por sicarios que se equivocaron de “objetivos” el martes pasado en Silao.

“Y esta es una tarea de todos, aquí no es echar para un lado y para otro, es una tarea de todos, pero sí, si algo indigna es, si algo la verdad a mi si me, me molesta es, es esto que se esté dando la impunidad y lo de ayer fue, fue un asunto que sí ya, no, no, no, no puede ser, no puede ser, no, no puede ser, digo, se matan entre ellos, andan en cosas chuecas, pero que ya hagan daño a gente inocente, esto si, creo que ya rebasó”, dijo Márquez.

Pintó la raya en el tema de quienes han sido ejecutados por motivos del crimen organizado.

No aclaró los casos, pero los hechos más recientes incluyen la masacre de seis personas en Apaseo el Alto y la ejecución de un ex candidato del PRD a la alcaldía de Pueblo Nuevo.

“Yo insisto, más que echar culpas, y lo he mencionado, se trabaja el tema de la prevención, pero también insisto, el tema de la impunidad, y eso se refleja, porque no nada más es un tema de Guanajuato, lamentablemente es un tema nacional, 30% de incremento a nivel nacional. Ya basta, ya basta, digo de que, de aquellos que hacen daño a la sociedad están de manera impune, campante, así por las calles”, dijo.

Concluyó al advertir la necesidad de que regresen los 600 elementos de la Gendarmería Nacional que se suponen habían estado a disposición del estado y que ahora no se tienen, pero hacen mucha falta para inhibir delitos.