EL LIBRO DE LA SELVA.
“Remake”, no puedes decir la palabra del mal sin sonar como un incompetente o recibir miradas de odio. Yo no los odio, pero tampoco soy ciego en la materia, es decir: hay montones. La empresa del ratón ahora está en una etapa donde se va a hacer “remake” de lo que se considera(ban) sagrado, y eso es con sus clásicos animados. Ya hemos tenido hasta el momento la increíblemente exitosa -y desperdiciada- Maléfica (Robert Stromberg, 2010), Cenicienta (Kenneth Branagh, 2015), y en poco tiempo tendremos La Bella y la Bestia, Cruella, Tink, Dumbo, Mulán, Winnie Pooh, Pinocho, La Espada en la piedra… ni siquiera Fantasía se queda exenta del mismo destino.
Y si mencionamos las versiones actuadas de otros clásicos como Mi Amigo el dragón -entre otras- sí que hace pensar a uno en la situación actual ¿Son necesarios? ¿aportarán algo interesante o son mero reflejo del poco apoyo de los grandes estudios a ideas nuevas?
A decir verdad hay potencial en unos, como en el de esta ocasión.
El libro de la selva tuvo apenas su segunda adaptación fílmica por parte de Wolfgang Reitherman en 1967 y a través de la animación; es una de las películas más queridas del catálogo de clásicos de Disney, sobre todo en nuestro país ya que contaba con la voz del siempre genial Tin Tan (Sin olvidar a los maestros Luis Manuel Pelayo y Carlos Petrel); necesitas de ver su interpretación de Baloo para entender la pasión que tiene la gente por la película hasta el día de hoy, El libro de la selva resultó ser adoptada por los mexicanos y forma parte del clásico de cajón en muchas familias.
Mi versión favorita del material es la que el legendario Chuck Jones hizo.
https://www.youtube.com/watch?v=Q7qnp_HUREM
Yo por encima de la película, me fascina el material original. De niño tuve una etapa donde la selva me encantaba, no la selva de esa que ves en Discovery Channel, sino de esa en donde todo está rodeado de un misticismo, de que la selva y sus habitantes van más allá de lo comprensible por el ser humano sin dejar de ser peligrosa. Kipling en su obra original, presenta héroes que se enfrentan al proceso de madurar y de sentirse identificados en un lugar que puedan llamar hogar. y eso es algo que siempre quise ver: una adaptación fiel al material.
Y heme aquí, esperando lo mejor de una nueva versión, y dirigida por nada más ni nada menos que por John Favreau, el sujeto que inició el boom que ahora conocemos como “El universo cinemático de Marvel”.
¿Qué puede salir mal?
La verdad es que Favreau venía de años de un proyecto basado en Animal Kingdom y cumple de muchas maneras. Resulta irónico ver que la selva de la película sea una digital y nos asombre cuando nosotros hemos acabado con estos paraísos, pero mi comentario no va en un tono que recrimina, sino en que han logrado crear una selva a través de pura pantalla azul, una hazaña casi tan grandiosa como los animales.
Pero encima de que Favreau comprenda el avance tecnológico en el cine, también El Libro de la selva es una muestra de que el director puede darse momentos de sensibilidad magnificados por la edición y la música. Nunca pensé que saldría de la película con escenas tan memorables y repletas de una belleza y misticismo equiparables a las versiones anteriores. También es que el proyecto tiene una vena similar al de toda su filmografía: el hecho de crecer y de encontrar nuestro lugar en una familia, Elfo (2003) y Zathura (2005) e incluso Iron Man (2008) son prueba de ello.
Los animales como anteriormente mencioné se ven más que bien, y todas sus voces son excelentes decisiones. El “highlight” de la película sin duda alguna es Idris Elba como Shere Khan; es un tigre desalmado, sediento de sangre, violento y que impone e inspira terror no sólo a los personajes, sino a la audiencia. Nunca se acobarda y es un excelente elemento a contrastar con lo noble de Bagheera (Ben Kingsley), el liderazgo de Akela (Giancarlo Esposito) y la agresividad maternal de Raksha (Lupita Nyong’o). estos interactúan con un Neel Sethi que si bien se nota su falta de experiencia casi cada que habla, puedes apreciar el esfuerzo que el muchacho hace para desarrollarse en un mundo que en pre producción es azul y carente de animales.
Suena a la mejor película del mundo pero tuve un problema con ella: todo pasa sin mucho chiste, y ese problema carga por llevar el mismo ritmo y argumento de la versión animada. Lo interesante sería ver cómo Mowgli va creciendo y trata de buscar su lugar en dos mundos, eso es cuestión de años, no cuestión de días. El guión de Justin Marks trata de otorgar algo nuevo y de la misma manera reverenciar la versión que todo mundo ama, es este malabar de ideas que logra situaciones fallidas: el personaje de Kha (Scarlett Johansson) se siente desperdiciado, uno ve incoherente la relación de Baloo y Mowgli -sobre todo con el motivo por el que estos dos se conocen- y con las canciones que…. ¿en serio? ¿cuál fue la necesidad de ponerlas? se sienten fuera de contexto y forzadas, se agradece que se respete el material de los Hermanos Sherman, pero esta no era la ocasión adecuada para usarlas.
John Debney logra uno de sus mejores trabajos fílmicos en años. Compositor habitual de Favreau, la labor de Debney fue titánica: Respetar el trabajo de George Bruns y ofrecer temas con identidad propia. Desde el inicio con la obertura sabes que los temas originales van a ser tratados con respeto y sin nostalgia, de hecho la canción de Kha es utilizada con majestuosidad en “Kaa – Baloo to the Rescue” sin necesidad de cantar. Destacan los momentos como “The Rains Return” y “The Red Flower” en donde hay un guiño al tema desechado de Mary Poppins y que terminó siendo usado para el tema de Kha, temas emocionales y que dejan pensando por qué Debney es tan olvidado en el medio… y tenemos más basura de Hans Zimmer. Es uno de los mejores trabajos de este año y si tienes curiosidad, sí: están las canciones interpretadas por sus respectivas voces, así que si quieres sentirte seducido por una Scarlett Johansson viperina, no busques más.
El Libro de la selva no es un fracaso, a pesar de sus problemas me entretuvo más de lo que debía y creo que en cuestiones de “live action” -¿Se le puede definir así siendo que la mayoría de sus protagonistas son hechos por computadora?- estamos ante la mejor versión, ahora habrá que esperar a la versión de Andy Serkis que viene en dos años, una versión que está libre de toda referencia animada.
Un éxito de parte de Disney pero que, seamos honestos, nos deja todavía preocupados por la oleada de remakes que se vienen. Si por lo menos consiguen una persona que tenga el suficiente interés por el proyecto, así como la madurez fílmica de este, tengan por seguro de que la gente no diría nada… pero ese es verlo de una manera bastante optimista.