Invasores de Marte fue una película de 1953 que surgió en el “boom atómico/paranóico” de los años 50’s (acabo de inventar el término). Comparte el mismo elemento de otras películas más reconocidas de la época como “La invasión de los usurpadores de cuerpos” (Don Siegel, 1956) y “El día que la tierra se detuvo” (Robert Wise, 1951): la sensación de amenaza hacia los Estados Unidos y de ahí en adelante, al mundo. lo particular de “Invasores de Marte” es que su personaje principal es un niño, en sí la película se vuelve un tratamiento de “Pedro y el lobo” pero… con marcianos.

Puedes verla en estos momentos por Youtube, no tiene desperdicio.

https://www.youtube.com/watch?v=L_BKLvNIBRI

La crítica está en la película, pero es innegable que este producto fue consumido más por los niños que por los adultos de la época. Niños que a la hora de ir a la cama desobedecían a sus padres, prendían su lámpara, y se ponían a leer un montón de revistas con historias de ficción, siempre acompañados de su confiable rifle de perdigones, no fuera a ser que llegara un comunista o un extraterrestre por la ventana.

Uno de estos niños se llamaba Wade Williams y creció para volverse millonario y conseguirse una colección personal de películas que vio durante su infancia, desde Ed Wood hasta los filmes de la segunda guerra mundial de Frank Capra. Resulta que uno de sus favoritos era “Invasores de Marte” y al tener los derechos del proyecto, buscaba que Hollywood aceptara la película como un clásico, además de contemplar un remake. En buenas manos esta sería una producción multimillonaria de un estudio gigante y –según su plan- con Steven Spielberg a la cabeza del proyecto. No se dio el asunto y tuvo que pasar al plan B: Cannon Films. El estudio más recordado por las millones de películas de Chuck Norris nunca decía que no a un proyecto y pusieron como director a uno que ya tenían bajo contrato: Tobe Hooper.

Sí, el Tobe Hooper de “La Masacre de Texas”.

David Gardner (Hunter Carson) es un niño que vive con sus padres en una casita al lado de una colina. El niño es amante de los temas del espacio gracias a su padre, que trabaja en la NASA, por lo tanto a David le gustan indagar tanto de planetas, así como preguntarse si de verdad existen los extraterrestres. Una noche en la que ve una lluvia de meteoros junto a su padre presencia algo extraño a la hora de dormir: una nave espacial se estrella justo detrás de la colina que está por su casa. David le menciona el asunto a su familia, a lo que su padre lo calma diciéndole que la mañana siguiente irá a investigar el lugar. A partir de ese momento sus padres comienzan a actuar de manera extraña y ambos presentan una herida en el cuello. Lo peor es cuando al llegar a su escuela, la maestra que tanto odia resulta que también tiene esta herida en el cuello y actúa de manera extraña, la única persona que le cree a David es la enfermera de la escuela, Linda Magnusson (Karen Black) quien comienza a indagar junto al niño en un pueblo en donde cada vez menos gente es de confianza.

Y no hay nada más aterrador para un niño que descubrir que la odiosa de su maestra es aliada de los extraterrestres.

En una casualidad benéfica para la película, Hooper se declaró fanático de la versión original y encontraba perfecto el elemento de la invasión extraterrestre visto a través de los ojos de un niño, ya que por mucho tiempo había estado buscando hacer un proyecto para toda la familia (recordemos que está en disputa si él es el director oficial de Poltergeist, esta idea no hace más que generar más sospechas de que él no lo fue). Desgraciadamente Hooper es un director que sin presión alguna te genera una obra maestra, con intromisión del estudio, deja entrever a ojos prejuiciosos de que es un incompetente.

Invasores de Marte es una de las segundas.

Abandonar el concepto de paranoia para enfocarse en la historia de un niño presenciando algo extraño suena bien, suena a que los realizadores entendieron al público de ese tiempo, son los 80’s y la película más exitosa de todos los tiempos es E.T (Steven Spielberg, 1982). Sin embargo, algo falla. Inicia bien y conocemos a una familia de lo más peculiar, pero de pronto avanza a pasos agigantados para dar comienzo no a sospechas, sino a que el niño de inmediato sabe que son extraterrestres, no se juega con falsas nociones, y… por alguna extraña razón de pronto se vuelve lenta y repetitiva en cuanto llegamos a la parte de los militares.

Los cuales son los típicos militares salva mundos, pero en aburrido.

Tampoco es que uno debiera ponerse estricto, es una película de Canon después de todo, el presupuesto debió de ser una miseria –como en la mayoría de sus proyectos- pero al conocer de inmediato el origen del misterio ya no hay sobresaltos, este problema se debe a un guión tedioso por parte de Dan O’Bannon, quien también era un “hit and miss” con sus proyectos.

A pesar de la falta de presupuesto, hay un trabajo interesante por parte de Rick Baker con los extraterrestres, que dan una pinta de inútiles y baratos pero también de uno que resulta bastante creativo y guiño a cierto enemigo de cuatro tortugas con nombres de artistas del renacimiento.

Hunter Carson a pesar de ser pésimo actor… de alguna manera captura algo especial. No tiene un atractivo visual común como el de todos los niños que veías en las películas de Hollywood, es una versión normal y cachetona de un niño que sobresale por la interacción con Karen Black, quien resultaba ser su madre en la vida real. Y Karen, a pesar de ya estar en una etapa en donde hacía cine de dudosa calidad y enfocada al terror, se entrega. Poco importaba el dinero, ella siempre era esa persona de los ojos raros y, pues no sé ustedes pero ver una película de esta actriz con su hijo, parece que en realidad hacían esta película para entretenerse y generar un lazo de amor. No querían ganar un OSCAR, pero si entretienen a más de uno, con eso basta.

Tienes que amar la sobreactuación de Karen y la poca emoción de su hijo.

De ahí en más, tienes a Louise Fletcher quien quedó siempre relegada en papeles de mujeres mandonas molestas y aquí no es la excepción, siendo una maestra molesta que no hace mucho (qué desperdicio de actriz) y Laraine Newman como la madre de David es bastante agradable, siendo la primer mujer de SNL en pasar a la pantalla grande.

Invasores de Marte tiene corazón por parte de los involucrados, lo que no tiene es ambición. Tobe Hopper demostró que era un director en autómatico y fue una desgracia si entendemos que este era un proyecto que buscaba cambiar su imagen en el medio. Aún así es una película que he visto desde que era niño, a menudo mientras la dejaba correr en la tele mientras revisaba la tele guía anotando las películas por ver de ese mes y de vez en cuando captaba mi atención. El proyecto soñado de Williams ahí está, pero quizás el aprecio que le tenía a la película original no traspasaba la idea de ser una de esas películas que tu infancia añoró, independiente de la calidad de esta.