CLEVELAND, EU.- El presidente Donald Trump llevó a su terreno de estridencias y caos al candidato demócrata Joe Biden durante el primero de tres debates presidenciales que sostendrán antes de las elecciones del próximo tres de noviembre. 

Tras las constantes interrupciones del candidato republicano, Biden terminó llamándolo “payaso” para de inmediato disculparse por ello y decirle presidente. 

Este tipo de aspectos, además de la mirada baja y los constantes titubeos, hicieron de Biden el perfecto caldo de cultivo para Trump, quien simplemente vio como pasaba el tiempo del debate sin que su contrincante aprovechara el escándalo de evasión de impuestos revelado días antes  por el New York Times.

Trump fue constantemente embestido por Biden en torno al tema de las muertes por Covid-19, que ha cobrado la vida de más de 200 mil estadounidenses. Sin embargo, no fue suficiente.

Mejores resultados logró el moderador Chris Wallace, al llevar a Trump al terreno del racismo y cuestionarle si llamaría a la calma a los supremacistas blancos.

Luego de llamarlos “chicos orgullosos”, Trump no condenó a esos grupos racistas y su papel en los episodios de violencia que recientemente a sufrido ese País. 

Aseguró que no se trata de un problema de la izquierda, y no de ultraderecha, a cuyos grupos pidió apartarse. 

Trump atacó a Biden con supuestos actos de corrupción por parte de uno de sus hijos y ello generó que el demócrata perdiera el control en el terreno personal. 

Biden señaló que Trump no ha hecho nada por el país en 48 meses, a lo que Trump respondió que Baiden no ha hecho nada en los últimos 48 años. 

Ese fue el tono del primer debate presidencial, en el que también se juega el futuro de los más de 38 millones mexicanos que viven y trabajan en ese País.