SOCHI.- Sólo México es capaz de escribir historias tan complicadas de entender, tan fuera del guión; el “Tri” se salvó de una burla histórica y logró vencer a Nueva Zelanda por 2 goles a 1 en la Copa Confederaciones en Rusia.

La selección tricolor perdía tras los primeros 45 minutos de juego.

Vamos, que no se trata de demeritan al rival ni mucho menos, pero dentro de los planes, enfrentar a los neozelandeses no se traducía precisamente como un reto en sí, no implicaba si quiera pensar en exigencias.

Ganar, eso sí era obligatorio pero hasta cierto punto se pensaba fácil.

Precisamente por eso, el entrenador nacional Juan Carlos Osorio mantuvo la estrategia del duelo anterior pero le dio minutos a algunos jugadores del banquillo; de igual manera sentó a figuras como Javier Hernández y Carlos Vela.

Pero el duelo resultó caótico como ningún otro. Nueva Zelanda saltó a la cancha con plenas intenciones de dominar a México, y lo hizo. Durante los primeros 45 minutos puso en serios predicamentos al equipo nacional mexicano e incluso se fueron adelante en el marcador con el gol de Chris Wood en la agonía del primer tiempo.

La sorpresa ya era una realidad y México estaba sufriendo como nunca. Pretextos habría miles pero la burla evidenciaría una realidad que ha sido criticada por pocos pero reconocida por muchos, el ya tan sonado: “México no juega a nada”.

Para el complemento, Osorio movió sus piezas buscando recuperar algo de lo perdido; fue entonces que Raúl Jiménez igualó los cartones al 54′. Mérito aparte para Javier Aquino, el oaxaqueño hizo suya la banda izquierda durante todo el segundo tiempo.

Ya con un dominio pleno del juego, el “Tri” apretó y adelantó líneas hasta revertir una situación que pintaba para tragedia; Oribe Peralta, otra vez tras asistencia de Aquino, concretó el segundo gol para México a 20 minutos del final.

El duelo ya agonizaba y no pintaba para mucho cuando ambos cuadros protagonizaron un bochornoso intento de bronca que tristemente dejó el claro que el ya tan sonado VAR, o para los que somos de Las Arboledas, apoyo arbitral con video, no sirve para mucho.

Y es que tras el incidente, donde mínimo eran necesarias dos tarjetas rojas, el silbante Bakary Gassama, de Gambia, sólo sacó tres amarillas; es importante destacar que el árbitro ya había reiniciado el juego sin ninguna sanción.

Al final de cuentas México sumó sus primeros tres puntos de la Confederaciones pero se lleva un sabor amargo para la preparación del duelo del sábado ante los locales: Rusia. Las cosas no pintan muy bien para el equipo nacional.