Por fin sucedió: el estreno del nuevo episodio de Star Wars. Hay una singular mezcla de razones por las que la gente asistió a ver una película de espadas, robots y naves en las altas horas de la madrugada. Unos iban por el morbo gracias a que la franquicia se ha vuelto un “trending topic” -yo me preguntaría cuándo no lo ha sido-, otros iban por ser el estreno del año, y muchos íbamos por algo más esencial… de alguna manera, algo le agradecemos a esta franquicia.

Parece estúpido desde una simple perspectiva de las cosas el hecho de sentirnos apegados a una serie de películas, después de todo parecería que nunca han hecho nada por nosotros, pero si piensas así, por lo general hay un rotundo “estás en lo incorrecto” de parte de la gente que no lo ve de esta manera. Muchos eligen su estilo de vida en base a las películas, tienen como recuerdos muy apreciados cuando vieron las película por primera vez, buscan labores dentro de la industria fílmica por Star Wars, o que al menos su trabajo tenga una pizca de una galaxia muy lejana. No podemos decir que Star Wars nos dio la vida, pero vaya que nos otorgó un buen sabor de boca en la infancia.

Escuchar que habría un episodio donde veríamos lo posterior al “Regreso del Jedi” me emocionó, las precuelas si bien las vi en su momento, no son de mi agrado, había carencias en esas tres películas,  y siempre quise saber qué fue de los personajes que sentía parte de mi familia, puesto que yo mismo adopté a estos personajes como de mi calaña tras atestiguar por primera vez Star Wars en la pantalla grande… con la edición especial pero no importa, puedo soportar que un dinosaurio generado por computadora se aparezca en la pantalla y el “Jedi Rock’s”, porque detrás de eso hay una aventura sin igual.

Además de contar con el mejor trailer de toda la maldita historia.

Todo mundo esperaba LA MEJOR PELÍCULA DE LA HISTORIA… pero recordemos: siempre caemos en ese error. Siempre esperamos más y omitimos lo que vemos en pantalla, nuestra idea de lo que puede ser siempre será algo perfecto, y ¿saben algo? Star Wars dista de ser perfecto, incluso en sus mejores entregas. Pienso eso mientras en el momento en que se apagan las luces y aparece la icónica frase “Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana”, todos gritamos, no como una fanática de Los Beatles con espuma en la boca, más bien con respeto, y alivio: estamos listos para el viaje.

En el planeta Jakku, Poe Dameron (Oscar Isaac), el mejor piloto de la nueva e instaurada república está en una misión secreta, recibe un documento que guarda en su confiable androide llamado BB-8 y justo a tiempo, pues ha llegado un grupo de soldados que son parte de La Nueva Orden, un equipo que sobrevive a los ideales del imperio galáctico. Este grupo liderado por Kylo Ren (Adam Driver) y sin preguntar nada masacran a toda la aldea y capturan a Poe. No todo parece malo para el piloto ya que un soldado -que estuvo en la masacre y tuvo miedo, a diferencia de sus compañeros- lo ayuda a escaparse pero terminan otra vez en Jakku.  El Stormtrooper que ahora tiene por nombre Finn (John Boyega) se encuentra abandonado en el desierto y sin rastro alguno de Poe, comienza la búsqueda de BB-8 que ahora se ha hecho amigo de una habitante de este desolador planeta, una que cuenta los días en los que ha estado abandonada y que se llama Rey (Daisy Ridley). Una amistad surge entre estos dos mientras tratan de develar el misterio de lo que alguna vez se conoció como Jedi.

El despertar de la fuerza a falta de otra palabra es… sorprendente. Explota frente a ti y presenta lo que sin tapujo alguno se puede considerar como la mejor película de Star Wars desde aquella donde nuestros héroes celebraban en medio de una fiesta de ewoks. Y he estado pensando esto durante todo estos días, a mi parecer se habrá inmiscuido con la trilogía original como una de las mejores. Sí, yo ni siquiera consideré que en algún momento la nueva entrega pasaría más allá de ser complaciente o de mínimo que no tuviera a Jar Jar Binks, lo cierto es que a pesar de los debates, y errores que tiene -como toda película- es imposible no haber sentido algo de emoción durante esas dos horas con quince minutos, y eso es lo que me hace pensar en esta posibilidad.

Y con ello es lo que Star Wars con George Lucas nunca volvió a ser por muchos años.

J.J Abrams es el nuevo director -el cuarto- y pues tenía una labor complicada. Episodio VII pudo ser un producto fácil de hacer agarrando la nostalgia y el morbo y no entregar nada más, ejemplos así no son necesarios de exponer, prácticamente las salas de cine se han vuelto el mercado número 1 de esta situación; sale un poco de su zona de confort y de una manera donde notas la pasión y armonía de todo el grupo que conformó el proyecto. Abrams le rinde homenaje a “Una Nueva esperanza”, su capítulo predilecto y también el que lo hizo interesarse por el cine. Es notoria la similitud de esta película con la primera entrega de la franquicia, y esto puede resultar en un factor divisivo (acostúmbrense a ver esto en la reseña). Personalmente creo que alude más a la idea del legado y repetición que ser un descarado “remake”. Muchas veces estamos destinados a hacer las mismas cosas que nuestros antepasados hicieron -si no me creen, vean el ascenso de Donald Trump-, este patrón de similitudes no es letra por letra, pero sí la base y sobre todo si has visto “Una nueva esperanza”. Lo otro es, que al final de cuentas Abrams le rinde homenaje a una de sus películas predilectas, casi de la misma manera que Lucas en su juventud le rindió homenaje a cientos de proyectos que lo hicieron hacer cine, llevando la idea del círculo tanto en la extensión argumental como la propia existencia del proyecto.

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Con caras nuevas para una nueva generación y las de antaño sirviendo de docentes en esta llamada aventura espacial.

 

Abrams y su equipo hacen una mezcla de efectos tradicionales con efectos de vanguardia en cgi, logrando una comunión entre estos dos y donde realmente nos hacen creer los lugares que estamos visitando, creyendo que los personajes principales están en un lugar palpable y peligroso, no en una simple pantalla verde. Y todo esto lo logran gracias al aspecto visual de la película que se vuelve sorprendente si comparas el trabajo representado con el del diseño conceptual, es casi fotorrealista.

Y la atinada elección de Dan Mindel como director de fotografía -el habitual de Abrams- permite que la película siempre se vea enorme, literal necesitas verla más de una vez para apreciar el detalle de todo lo que sucede en el campo visual.

Y la atinada elección de Dan Mindel como director de fotografía -el habitual de Abrams- permite que la película siempre se vea enorme, incluso para el ojo entrenado se necesita ver más de una vez para apreciar el detalle de todo lo que sucede en el campo visual.

Tenemos una nueva dinámica de equipo con un trío que es bastante peculiar. Daisy Ridley como Rey es un personaje interesante y una bocanada de aire fresco, pues es el personaje principal de una franquicia recordada por sus héroes, casi no tanto por sus heroínas. Un personaje misterioso, agradable, y al igual que Luke, se ve desolada en un planeta que está enteramente jodido, con el sueño de llegar a ser algo más grande o de descubrir el misterio de quién es. Es enérgica, es hábil a la hora de la pelea y realmente no se vuelve nunca la damisela en peligro.

El otro personaje con el que nos sentimos cercanos es Finn. Quizás el que más sentimentalismo tiene puesto que es un sujeto que enteramente decide abandonar su vida como trabajador del mal y por primera vez conoce una cara que no le exige la muerte de una persona. Muchas personas ven la química de él y Rey como forzada, pero pues es comprensible y nunca es de estorbo, siempre en apoyo uno del otro, aunque escondan quiénes son en realidad. Boyega es un actor nuevo en el mundo del cine, y Finn pudo haber sido un “sidekick” horrendo, de esos patiños que no olvidamos con una connotación negativa -¿verdad, Jar Jar?- lo cierto es que al igual de Rey, es más de lo que en un principio aparenta y se vuelve un hombre con un espíritu de lo correcto que está al mismo nivel de los personajes clásicos.

Poe Dameron es lo contrario. nada nuevo, es la personificación de lo “cool” como en su tiempo fue Han Solo. El mejor piloto de la galaxia -¡Y Vaya que lo demuestra!-, Poe es un personaje carismático que quieres ver más en pantalla, desgraciadamente no sucede y su siguiente inclusión puede parecer fuera de contexto y hasta barata, pero de cierta forma es un alivio puesto que queremos más de él y de su fiel acompañante BB-8 que quizás sea la inclusión más lograda de toda la maldita película.

¿Cómo es posible amar a una pelota naranja metálica? no tengo la menor idea pero sucede.

¿Cómo es posible amar a una pelota naranja metálica? no tengo la menor idea pero sucede.

Pero qué puede ser de Star Wars sin un villano de peso… y Kylo Ren, es un 50% 50% entre audiencia y conocidos de la serie, yo me inclino ante la idea de que es un muy buen personaje. A diferencia de Vader y El Emperador y…. pues Vader y El Emperador, Kylo Ren o no está experimentado, o está oxidado. Probablemente el único en su tipo, no es del agrado de La Nueva Orden, organización que no lo respeta y lo enfrentan, y vaya que ponerte al tú por tú con un tipo que usa una máscara negra y está perturbado necesita de muchos cojones. Pero eso es lo que lo hace grandioso, es un personaje que se gana su lugar, que quiere superar a sus antecesores y que encima es un personaje muy trágico. Sus acciones lo hacen odioso pero a la vez, tenemos algo de respeto por saber más o menos a dónde va esto. Quizás odies el rostro de Adam Driver, pero su actuación, su porte, su falsa confianza y su ira -porque de eso se trata ser un Sith, la ira que los hace fuertes- lo hacen un villano que uno debe de temerle y que es satisfactorio ver en conflicto con nuestros héroes.

Pude escuchar el trabajo de John Williams antes que la película y casi muero de llegar al nirvana por la situación, ahora que al momento de escucharlo, al principio no me extasió. El sonido de Williams está, con todo y los temas tradicionales de los personajes clásicos, pero si esperas tener un tema moderno que te haga olvidar los demás, no va a pasar, no por ello quiere decir que sea malo; una vez superadas las expectativas puedes darle una segunda oportunidad y es cuando los temas surgen. El primero es el tema de Rey, uno que es pequeño a comparación de el de Luke, pero que tampoco es infantil como el de Anakin, se desenvuelve con maestría y sutileza, y no te das cuenta cuándo se vuelve algo enorme. Para momentos de impacto hay una nueva marcha de los rebeldes -en este caso la resistencia- que por ocasiones me recordó al sonido de Giacchino en “Medal of Honor”, y por último el tema de Kylo Ren, que es probable que mute con las próximas entregas… si es que Williams sigue en el proyecto, de mientras hay un tema amenazador que dista mucho de ser una marcha, es más un tema negro como el alma y que tiene su clímax en una de las últimas pistas. John Williams podrá parecer que decepciona, lo cierto es que no es explosivo como antes, pero pues el paso del tiempo es inminente mi querido lector y John Williams tuvo problemas de salud que le impidieron ciertas labores.

 

No es una película perfecta: Los villanos vuelven a usar un plan que parece que raya en lo estúpido (más grande es mejor ¿no?), y la capitán Phasma, aquella que tanto se había presumido queda relegada a un par de escenas y… nada. Es algo molesto pues se había hecho tanto escándalo por el género del stormtrooper cromado. Así mismo la aparición de Max Von Sidow es mucho peor que la situación de Phasma, si estornudas te la puedes perder, pero  ¿esto realmente la hace horrenda? de la misma manera ¿la situación de la similitud la hace floja? no creo, guste o no este aspecto de la saga, es inevitable el no sentir algo en el alma cuando vemos aparecer a nuestros personajes favoritos, así como el transcurso del tiempo que no se ha quedado atrás y los ha puesto a pruebas que si bien no conocemos, entendemos que los han dejado marcados.

Al final, la gente se queda con la “peor” de las sensaciones… bueno, depende de a quién le preguntes. tendrán que esperar 2 años para saber del destino de Poe, Rey y Finn, 2 años que son poco si tenemos en cuenta que antes la espera era más larga. Episodio VII revitaliza la saga, emociona a su audiencia y presenta un producto que está a la par de la calidad que supone debe de ser. Suena frío, pero dicho de otra manera es: pocas experiencias cinemáticas son como la que tenemos en la sala de cine esta temporada y no podría estar más feliz por eso.

 

 

 

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