SNOOPY Y CHARLIE BROWN: LA PELÍCULA.
Tenía miedo de que se hiciera una mala película de Peanuts, o Snoopy y Charlie Brown, o Rabanitos, o Carlitos y su pandilla (benditas traducciones). El trabajo de Schulz fue y es esencial por la forma en la que ilustra los problemas que los niños suelen tener; entra en una trinidad de historietas cómicas con niños por protagonistas junto a Mafalda y Calvin & Hobbes, siendo el que más me gusta de los mencionados; ya es cuestión de cada quién “insultarlo” por según ser una copia de calca de la niña que odia la sopa y así entrar en un acalorado debate de que no es el caso, cosa que me ha pasado un par de veces en esta vida.
Hacer una película de estos personajes requiere de mucho amor por el proyecto, y no actualizarlos al mundo moderno, por ser una producción de Blue Sky Studios, estaba bastante nervioso. El estudio de animación de Fox que se hizo famoso por tener una serie de películas donde un chiste es la base de 5 entregas, adaptaciones no fieles del material, y otra serie de películas que cuenta con el peor doblaje jamás concebido en la historia de nuestro país -ustedes saben cuáles son, sobre todo el último caso- me dejaban esperando que la nueva película de Charlie Brown fuese una porquería para complacer a un público instantáneo y dejarla en el olvido.
¿Y saben algo? no fue así.
Charlie Brown es un pobre niño con gracias a la suerte de vida que le toca. Cansado de esto decide cambiar cuando un camión de mudanza llega junto a su casa y con ello una niña pelirroja de la que queda enamorado. Obviamente al ser Charlie Brown, no tiene el valor para hablarle, pero sí toda la torpeza del mundo, lo bueno es que junto a él están sus dos fieles compañeros: Linus, el niño sabio y que tiene una dependencia a una mantita, y un Beagle con una personalidad única y divertida que responde al nombre de Snoopy.
Estaba cerrando los ojos esperando algo que me fuera a decepcionar por el uso moderno, y es que ver a la ardilla nefasta que tienen por mascota el estudio en un corto animado previo me dejó desesperanzado. Lo cierto es que el director Steve Martino en un giro sorprendente tanto para su carrera como del estudio respeta el material original y presenta lo que bien podría ser el mejor trabajo de los dos. Martino ve en Charlie Brown a un héroe como pocos, pues lo importante en el niño es su forma de prevalecer a pesar de todo, este concepto es muy maduro, tomando en cuenta que bien pudo ser fácil hacer algo que con el estampado de la marca vendería como pan caliente.
Él y su equipo respetan el trabajo original con la ayuda de los familiares de Schulz -caso concreto su hijo y nieto- quienes fueron los encargados de hacer el guión, una expansión de un especial llamado “Estás enamorado Charlie Brown”. Así la película está casi segura de una transgresión, Está Charlie Brown con su optimismo, Linus con su sabiduría, Snoopy con su manía por ser humano, Lucy como un apoyo/abuso para casi todo mundo, la ineptitud de Peppermint Patty y más.
Uno de los mejores aciertos de la película es el estilo visual, los personajes son fieles a sus contrapartes de papel e incluso cuenta con una animación que podría parecer barata; los personajes no se mueven de manera natural, no fluida y los escenarios apenas y tienen movimiento, esto es un cálido homenaje al estilo empobrecido de los especiales de televisión donde no importaba que no tuvieran animación contendiente de lo mejor de la historia siempre y cuando todo lo demás sirviera.
Aquí es cuando esto se volverá divisor en la crítica, pues mucha gente reclama de que Charlie Brown y Snoopy no presenta algo nuevo, y se va por la segura. La verdad es que esto se tuvo que hacer así, es preferible un material que aluda a todos los años de material original, lo básico de la trama y no la obligación de usar giros inesperados y reinterpretaciones de personajes innecesarias, Charlie Brown y sus amigos son algo que no se amoldan a nuevas generaciones, sino que estas se adentran al mensaje clásico, y crece con ello; detrás de su simpleza yace una película que es apreciada por los adultos por su humor negro, y los niños pueden entretenerse con Snoopy.
Puntos extras para Christophe Beck que hace adaptaciones de los clásicos temas de Vince Guaraldi y los trae a una nueva generación, demostrando que su trabajo traspasa barreras generacionales. Respecto a la demás música Beck realiza un par de temas sobresalientes para los nuevos personajes como fifi y el pausado y mágico momento de la niña pelirroja. El uso de canciones modernas podría ser causa de rabietas de más de uno, pero se debe admitir que son bastante pegajosas.
https://www.youtube.com/watch?v=udZJv00RQQI&index=1&list=PLPByCpdKvRmlrAo8ZxkHSPBWAW9Aq0vYM
Si tengo alguna queja debe ser el uso masivo de las fantasías de Snoopy, esto es personal, pues conforme he crecido, menos me importan las aventuras del perro y saber más de Charlie Brown, por ello estaba desinteresado en saber de sus peleas con el barón rojo, no que estas en algún punto resultaran tediosas -es donde la película tiene un uso creativo del 3D- y de alguna manera suavizan las situaciones con Charlie Brown ya que sirven como paralelismo a sus infructíferos intentos de conseguir el amor de la niña pelirroja.
Snoopy y Charlie Brown es un cálido regreso de unos personajes que han hecho tanto por el medio impreso y que no solemos pensar muy seguido en eso. Es entretenida, llena de momentos en donde la lágrima puede salir sea por una sonrisa o por sentirse identificados con lo que sucede. Nos hace recordar de cómo era la vida de un niño hace más de 50 años y no tiene la presunción de querer sacar una secuela obligada e innecesaria.
Quién diría que la mejor adaptación de un cómic o historieta este año sería la de un niño que está enamorado y quiere volar una cometa.