SLAUGHTER HIGH (1986).
Veamos este póster:
Esto… esto es algo a lo que podemos llamar perfección.
No dice nada de la película, ese esqueleto está tan mal hecho y no se ve amenazador, podemos apreciar que por lo menos un ser humano sí llegó a utilizar el Wordart de manera profesional y tiene más la apariencia de ser un dulce que una película del género “slasher”, y ojalá se quedara así… porque Slaughter High es bastante torpe.
En Doodosville High, Marty Rantzen (Simon Scuddamore) sufre del acoso diario de unos tarados que demuestran que: a) La escuela tiene menos de 10 alumnos y b) Al parecer Marty es el único “nerd” de la escuela. Un día, Carol Manning (Caroline Munro) invita a Marty a tener sexo en las regaderas, y oh sorpresa… se encuentra con los abusivos de su plantel.
El día continúa y los idiotas siguen molestando a Marty hasta que una broma se sale de control y este termina con quemaduras graves en la mitad de su rostro. El tiempo pasa y en una reunión escolar de los idiotas que se hace DENTRO DE LAS INSTALACIONES ABANDONADAS EN PLENO DÍA DE LOS INOCENTES QUE TAMBIÉN RESULTABA SER EL CUMPLEAÑOS DE MARTY, comienzan a caer uno por uno, pues al tipo al que le hacían bullying, está en ese lugar, y al parecer obtuvo súper fuerza y conocimientos letales por quemarse con ácido.
Hay una idea con potencial en la película: el hecho de que las muertes ocurran sucedan en un día festivo siempre permite a los realizadores implementar la tradición, colores y actividades del momento en la matanza del degenerado en turno, pero aquí esto es meramente un elemento que ni saben aprovechar y ni entienden, y es que Slaughter High es una producción inglesa, lo cual explica el repentino acento británico que de pronto aparece en la boca de los personajes, además de creer que el día de los inocentes termina en determinado horario.
Y si a eso le sumamos su ejecución, vaya, es bastante aburrida.
Primero tenemos un flashback ETERNO que nos deja ver el cómo los personajes principales eran unos reverendos idiotas que resulta innecesario; gracias a este devora tiempo no los conocemos en el presente, y como no los conocemos ni hay un desarrollo todos son molestos, estúpidos y sin algún rasgo que los defina. No voy a decir que la saga del de la máscara de hockey tiene un desarrollo de personajes igualable al de Bergman, pero por lo menos tienen una identidad sacada del adivina quién: sabemos quién es quién.
Y por lo tanto, como no nos importan, los queremos ver morir y aquí… la película tiene sus momentos de lucidez. Los efectos son cumplidores y hasta creativos, vemos desde unas tripas explotando hasta la piel de una mujer derretirse, y se complementan con la ineptitud de la historia que deja de ser importante y se vuelve hilarante por momentos como ver a una mujer bañarse después de ver explotar a un hombre y un acto de infidelidad dentro de una escuela mientras un sujeto los comienza a matar.
También es interesante la locación. A pesar de que no es para nada una escuela, el deterioro del lugar presenta momentos en donde las tomas tienen una atmósfera cautivante, digna de otra película que supiera usarlas mejor. Y el final, es como si no supieran qué dirección tomar y te encuentras con 3 giros de tuerca incoherentes y que más que espantarte terminan haciendo que rías porque ¿De verdad era tan complicado hacer una película de un asesino en el día de los inocentes?
Al final Slaughter High es una película que pasó sin pena ni gloria, resulta molesta por sus personajes y demostró que no todos tienen la capacidad de hacer al menos una película “slasher” competente, y por eso debemos estar agradecidos.