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SERES DE UNA LEJANA GALAXIA / por: Gerardo Mares

Los casos de secuestros perpetrados por creaturas fuera de este mundo es un fenómeno que sigue interesando, además de creyentes en el tema como Pedro Ferriz Santa Cruz o Jaime Maussan, a un buen número de cineastas que se han dado a la tarea de inocular en nuestra psique, el temor colectivo más disparatado que se haya inventado la humanidad.

Todo parece indicar que a estos bastardos “seres extraños de un planeta que se extingue. Destino: la Tierra. Propósito: adueñarse de ella” (voz en off de The Invaders, programa de T.V. producido por Larry Cohen) ya no les bastó el destazadero de vacas con el que se dieron vuelo por las praderas de la América Profunda hace varios años; un suceso ampliamente reportado por la nota sensacionalista y recreado de manera efectiva en la película de Alan Rudolph, Endangered Species (1982), thriller artesanal que pierde el rumbo a medio metraje, pero que sin embargo tuvo la virtud de poner el énfasis en el clima de paranoia que poco a poco se iba propagando con el consecuente encubrimiento gubernamental.

El punto de inflexión para esta corriente que fusiona la ciencia ficción con algunos elementos del terror y el suspenso, corre por cuenta de Steven Spielberg en su celebérrima Close Encounters of the Third Kind (1977). A pesar de su irritante tono New Age y la simpatía que suele proyectar por los monigotes animatrónicos, el director no tuvo empacho para elaborar una atemorizante secuencia dramatizando el rapto de un infante, escena que puso los pelos de punta a medio mundo.

De entre la considerable cantidad de alucinados que perjuran haber sido víctimas de grotescos experimentos alienígenas, el affaire que involucra a un grupo de leñadores en el año de 1975, en un nivel elemental, puede catalogarse como la abducción más intrigante, creíble y hasta verificable dentro del fenómeno mediático de la ufología.

Para Travis Walton, todo empezó una noche en que regresaba de sus labores de tala en un denso bosque de Snowflake, Arizona. Acompañado de su mejor amigo Mike Rodgers y varios trabajadores más, este inesperado contacto a mitad de camino, derivó en un avistamiento colectivo que puso en peligro al grupo de rednecks.

Travis, desoyendo las advertencias, abandonó la “seguridad” de la camioneta para observar al ovni in situ sufriendo segundos después, un colapso al ser golpeado por un rayo. Aterrorizados por lo presenciado, los leñadores huyeron y dando parte a la policía declarando punto por punto su encuentro con la nave espacial.

La desaparición y retorno de Walton en condiciones inhumanas además de las pesquisas policiales, fueron reseñados en el libro Fire in the Sky: The Walton Experience y hasta la fecha, a pesar de algunas opiniones en contra, los argumentos y pruebas de polígrafo de cada uno de los implicados no han podido ser desmentidas del todo, según los supertítulos informativos de la escena final de Fuego en el Cielo, la película dirigida por Robert Lieberman que retoma de manera puntual, cada uno de los acontecimientos que marcaron la vida de los leñadores y que dividieron a una comunidad agreste.
Lieberman no se limita a poner en pantalla el conflicto que generó el evento en una traducción literal; además recrea una época de manera creíble y con esto basta y sobra para convertirse en la mejor película al respecto.

No tan convencido de la probabilidad que esto haya sucedido, el realizador tamiza sus dudas a través de un montaje paralelo, sembrando dudas en el auditorio si en realidad pudo haberse tratado de un experimento perpetrado por otras manos, debido a la semejanza del pasillo del hospital con el entramado de la nave.

No conforme con esta ambigüedad meta-fílmica, los productores se avientan dos chascarrillos al diseñar un plato volador que luce tremenda artificiosidad, cómo rememorando las naves de la serie protagonizada por David Vincent (Roy Thinnes) y una breve musiquilla que recuerda a esos viejos seriales de humor involuntario.

Sin embargo, respetuoso de sus biografiados y dejando ironías de lado, el cuadro del linchamiento social por parte de la policía o de la comunidad de Snowflake, se describe sin tapujos en toda su crueldad. Si Travis lucha por su supervivencia en sabe carajos dónde, Mike debe convencer a un pueblo incrédulo, ignorante, insensible y dispuesto a tomar la ley en sus manos de ser necesario, tal como podría ocurrir en algunas de nuestras ciudades.

A este respecto, James Garner se merienda la película plagiando su héroe más famoso (Brett Maverick) transmutándolo en un tira de una vena cínica, sarcástica y escéptica que resulta más invasiva que la de los visitantes espaciales.

Ya entrando en los ambientes del horror, la experiencia de Walton muestra una serie de detalles que o se habían pasado por alto en otros filmes similares, o no les dieron la debida importancia: un ambiente gótico en una nave de aspecto petrificado, polvosa y probablemente maloliente que sugiere un viaje demasiado prolongado, llena de cachivaches y señales ominosas que indican una serie de raptos humanos como el estremecedor zapato de un niño; harta acumulación de mugre alejándose de la idealización platinada y aséptica con que se asocia la tecnología extraterrestre.

Ya en pleno ejercicio de la creatividad, el director pone a sudar al actor en la secuencia de la ingravidez, haciendo patente la angustia y terror de un cuerpo no entrenado ni adaptado para sobrevivir en una condición extrema.

Bueno, ya rayando lo enfermizo, los mismos instrumentos de disección lucen preocupantemente sucios y oxidados, como si ya hubiesen sido utilizados en infinidad de exploraciones forenses.

Con dos versiones para su explotación, Fire in the Sky huye del tremendismo y ambiciones documentales tipo The Fourth Kind (2009) o Alien Abduction. Incident in Lake County (1998) y testimonia la imbecilidad humana en asuntos que rebasan por completo, una adecuada comprensión y lógica…

Fuego en el cielo (Fire in the Sky)/ D: Robert Lieberman/ G: Tracy Tormé basado en el libro Fire in the Sky: The Walton Experience de Travis Walton/ F en C: Bill Pope/ E: Steve Mirkovich/ M: Mark Isham/ Con: D.B. Sweeney, Robert Patrick, Craig Sheffer, Peter Berg, Henry Thomas y James Garner/ P: Paramount Pictures, EUA, 1993

GERARDO MARES RODRÍGUEZ: CRÍTICO DE CINE Y RESEÑA MUSICAL DE LA REVISTA 012, EL PORTAL DE NOTICIAS RUTA BJX Y CONTRAPUNTONEWS.COM

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