SE LA JUEGA POR OLIVA, DIPUTADO TORERO DEL PRI
GUANAJUATO, GTO.- El legislador local del PRI, Guillermo Romo, mejor conocido como el diputado torero, le hizo esta tarde otra faena de antología a su coordinador Francisco Javier Contreras, al subir a tribuna, muy floreado y campechano, a defender el honor del ex gobernador del PAN Juan Manuel Oliva Ramírez.
Luego de la horrorosa lectura de un discurso en el que se señala que el hambre era hambre y la pobreza pobreza, Romo advirtió a sus compañeros de bancada que no se atrevan, jamás, a corretear al inquilino de Punta del Este si no tienen los pelos de la burra en la mano.
Incluso le reprochó a su compañera Yulma Rucha el no haber señalado antes las supuestas transas de Olivabá y sus cuarenta compadres.
El discurso del diputado priísta fue tan sui géneris, que arrancó los espontáneos aplausos de algunos diputados panistas, entre ellos el siempre sonriente Javier González Saavedra.
“¡Mucho, Memo!”, le gritaban desde las curules azules, justo cuando abandonaba, por segunda ocasión, el salón de sesiones del Congreso (la primera fue cuando bajó a tomar una pastilla y atender los asuntos de una corrida de toros que está organizando, situación que obligó a Javier Contreras a ir por él y llevarlo de regreso a la curúl).
Luego de la estocada, el jefe de los priístas accedió a una rueda de prensa banquetera en la demostró que le perturban las acciones de su muchacho desobediente.
Tan es así que mientras aseguraba que la postura de Romo no desequilibraba al grupo parlamentario, al mismo tiempo lo daba por descontado al decir que le quedaban 10 diputados y no 11.
Del otro lado del pasillo, el siempre asombrado coordinador de los diputados del PAN, Juventino López, no aceptaba dentro de sus huestes al diputado torero.
Dijo que el apoyar a Oliva era una opinión muy propia del priísta y que a ellos ni les va, ni les viene. Aunque tampoco le hacen fuchi, ya que con Romo en la bolsa, los panistas tendrían mayoría calificada.
Por lo pronto tanto el PRI como el PAN buscan cortar las orejas y el rabo de “Pajarito”, el diputado que cuando habla… se vuela la barda.