Guanajuato, Gto.- Esta es la noche en que las ánimas llegan al mundo terrenal a visitar a sus seres vivos, pero también éstos acuden a los panteones a pasar la noche con ellos, en su última morada.

Con ofrendas de comida, flores de cempasúchil, velas, incienso, música y serenata, sí serenata con mariachis pasan los dolientes la noche del 1 de noviembre en el Panteón Santa Paula, así se vive el ambiente, con nostalgia, con sus fieles difuntos.

Desde las puertas del cementerio se dibujan imponentes tumbas, unas adornadas otras aún vacías como si esperaran pacientes la llegada de su tributo, algunas sobresalen como la de Armando Olivares Carrillo, primer rector de la Universidad de Guanajuato, y atrás de ésta la del exgobernador del estado Manuel Doblado que se distingue por tener un grande monolito que tiene tallada un águila devorando una serpiente.

Otras que datan de 1850, 1900 o 1950 y las más recientes, esas se distinguen por sus criptas de piedra finamente tallada, las de aquellos niños que lucen dulces y juguetes, algunas hasta disfraces y cartas, en otras se asoman las fotografías de quienes abajo reposan.

Es el Día de Muertos, el fuerte, el abarrotado, en el que miles de almas acuden a los panteones de Santa Paula, al de Marfil, al de La Luz o de San Sebastián a revivir los recuerdos.