Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Lo creíamos bien intencionado, sensato, abierto a la crítica y a las sugerencias, hombre de bien que sabría escuchar consejos, una persona que de joven había sido seminarista, de origen humilde y de la cultura del esfuerzo, que pasó tiempo como migrante laborando arduamente en los Estados Unidos, es decir, un personaje que comprendería y sería sensible a los problemas que más aquejan a la sociedad y con la invaluable virtud de la sencillez. El PAN nos lo vendió como el candidato perfecto, como un hombre común que había vivido y sufrido por los malos gobiernos. Miguel Márquez era el adecuado para gobernar Guanajuato.

Pero como se sabe el poder corrompe y el poder absoluto, corrompe absolutamente. Apenas asumió el cargo y ya tenía el proyecto de “Guanajuato Iluminado”, donde quería hacer una compra masiva de lámparas LED a una empresa china, que curiosamente había visitado unos meses atrás. Y también arrancó su sexenio con otro multimillonario proyecto llamado ESCUDO, que no es más que arrendamiento de equipo de vigilancia, cuyo costo ascendió a la friolera cantidad de $2,700 millones de pesos, y cuyos resultados aún seguimos esperando los guanajuatenses, que hoy vivimos una violencia e inseguridad nunca antes vista en la entidad. El Secretario de Seguridad Pública Alvar Cabeza de Vaca Appendini dijo con que el programa ESCUDO, teníamos garantizado un trabajo profesional de inteligencia que iba inhibir el delito, y ya han pasado más de 4 años y no se ha podido reducir ninguno de los flagelos que azotan a la sociedad. Nadie se explica qué le debe el gobernador a Alvar Cabeza de Vaca y al Procurador Carlos Zamarripa que, a pesar de los evidentes malos resultados, se niega a removerlos.

No es posible olvidar que Márquez Márquez tiene una enorme deuda con los guanajuatenses por la muerte de 3 menores de edad en San Miguel de Allende, resultado de un injustificable operativo de la Procuraduría de Justicia del Estado y que urge sea aclarado hasta sus últimas consecuencias o en su conciencia quedará.
Y ya “mareado” por las adulaciones de quienes lo rodean para gobernar, Miguel Márquez no hizo nada para que su compadre Rafael “El Gallo” Barba Vargas se viera involucrado y beneficiado colocando amigos en puestos claves y haciendo negocios donde se pudiera. Hoy “El Gallo” Barba construye hoteles de decenas de millones de pesos y sin ningún rubor toma decisiones en varias dependencias de gobierno del estado…donde hay dinero de por medio.

Y como ya Márquez Márquez le supo al “caminito”, desde el 2013 en supuestas licitaciones que terminan siendo asignaciones directas y que ya se sabía perfectamente de antemano quien iba ganar, le compra medicinas por miles de millones de pesos a Intercontinental de Medicamentos y Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipos Médicos, señaladas por desabastos en hospitales y por haber introducido una insulina china de mala calidad que no cumplía con los requisitos para ser suministrada a los enfermos de diabetes. Otras licitaciones han dejado serias dudas, como la compra masiva de tablet´s, uniformes y mochilas para estudiantes y maestros.

Y aún hay más, pues sobre los terrenos para la construcción de la armadora Toyota, quedó al descubierto la participación de unos intermediarios, que “mágicamente” adquirieron tierras en el lugar preciso donde se iba instalar la empresa japonesa, para luego revenderla al estado tres veces más cara. Es evidente en ese asunto que hubo tráfico de influencias y uso de información privilegiada para beneficio de particulares. También se habla de que amigos (¿O socios?) de Márquez Márquez tienen intereses en parques industriales en los Pueblos del Rincón y en San Luis de la Paz.
Luego viene el asunto del Sistema Interurbano de Movilidad UNEBUS, en las que gobierno del estado aporta $285 millones de pesos para infraestructura que explotará el poderoso Grupo Flecha Amarilla, que en forma monopólica brindará servicio urbano y sub-urbano en todo el corredor industrial. Dinero público para negocio privado.

Y aún con todos estos cuestionamientos sobre la espalda de Miguel Márquez, el gobernador cree todavía tener la solvencia moral para nombrar a su sucesor, endeudando para ello al estado y dar más de $3 mil millones de pesos para un programa cien por ciento electorero llamado IMPULSO SOCIAL, cuyo objetivo primordial es posicionar al inmaduro, desangelado e inexperto de Diego Sinhué Rodríguez Vallejo para que sea el candidato del PAN y de Márquez para la gubernatura en el 2018.

Perdimos desde hace un tiempo al que creíamos buen samaritano llamado Miguel Márquez Márquez. Hoy es prepotente y su sonrisa ya no convence a nadie, tampoco sus supuestas buenas intenciones. Se molesta si se le pregunta por asuntos incómodos que su mismo gobierno ha generado y solo quiere ocuparse de temas que más por suerte que por eficiencia, le ha tocado a su gobierno cosechar, pero que son resultados de años de políticas de atracción de inversiones.
Miguel Márquez Márquez se molesta si lo comparan con Juan Manuel Oliva Ramírez, pero siendo francos, las irregularidades que se le imputan a Oliva Ramírez PALIDECEN ante los multimillonarias asuntos que hoy pesan y se le señalan al actual gobernador.

A Márquez Márquez le quedan poco más de año y medio de gobierno, que serán los más difíciles y en los que terminará con la escaza credibilidad que aún conserva. Después que finalice su sexenio, regresará a Purísima del Rincón y ahí, sentando en una piedra de su enorme rancho, pensará en la vacilada que alguno de sus incondicionales le dijo al oído de que era presidenciable y que era apto para dirigir los destinos de toda una nación, cuando Guanajuato le quedó grande y solo lo usó para asegurar su patrimonio personal. Los hombres del campo son de palabra y Miguel Márquez Márquez fue la triste excepción.

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.