Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Las principales avenidas de León se encuentran en un estado lamentable, el acceso en varias colonias populares es casi imposible y en cientos de calles el transitar es casi un deporte extremo.
El ya pesado tránsito a la salida a Silao se complica aún más por las recién iniciadas obras de SAPAL para un nuevo recolector pluvial y las inundaciones a la altura de los outlet´s hacen que entrar o salir de la ciudad o dirigirse a colonias de la zona lleve hasta el triple de tiempo que en condiciones normales. A cualquier hora y cualquier día de la semana la situación es caótica.

El inconcluso distribuidor vial Benito Juárez provoca enormes filas para los habitantes del norte de la ciudad y la terminación de dicha obra se ve que tardará muchos meses más. También sufren severas inundaciones el recién estrenado Eco-Bulevar que une León con San Francisco del Rincón y no se diga el Torres Landa, que luce deteriorado y cada vez menos funcional.

En avenida las Torres, a la altura de Maravillas están haciendo obras para el SIT y pronto en López Mateos empezarán las demoliciones de algunos paraderos, lo que va a complicar la vialidad de tan importante arteria. En el Timoteo Lozano, entre el socavón y la ampliación del SIT es un verdadero caos y la salida a Cuerámaro, incluyendo el desnivel deprimido, está hecho pedazos, con baches por todos lados. Lo mismo ocurre con el bulevar Francisco Villas y el Hermanos Aldama.

Es obvio que el factor lluvia ha incidido en forma importante en el deterioro de avenidas, pero si a eso le sumamos la falta de mantenimiento y la construcción de obras en plena temporada de lluvias, ha convertido la situación en algo insoportable para los ciudadanos.

La ciudad luce sucia, las calles llenas de tierra y los parques y jardines sin mantenimiento. Continuas fallas en el alumbrado público y un descuido marcado en el Centro Histórico y Ruta del Peatón.
La actual administración de León no está a la altura de las necesidades de la ciudad, no cuenta con verdaderos programas de conservación y mantenimiento y no se sabe de acciones que coadyuven a preservar los lugares atractivos para los leoneses y turistas.

La ciudad de León lleva años descuidada, y los nuevos atractivos han corrido a cargo de inversionistas privados, pues por parte del gobierno no hay proyectos de alto impacto como fueron en su tiempo el Parque Explora o el Metropolitano.

Se han construido y se siguen construyendo hoteles de gran prestigio y con infraestructura de primer mundo y eso hace muy importante que la ciudad no sea descuidada, al contrario, que cada día cuente con más atractivos que logren atraer visitantes nacionales y extranjeros.

La prestación de servicios ya es una actividad económica muy importante de la ciudad y esto obliga a mantener León con alto nivel competitivo. Atraer más convenciones, eventos deportivos y académicos, festivales, concursos y porque no, pensar que tal vez sea prudente realizar la feria de León dos veces al año.

El Festival del Globo, el Rally y La Feria son eventos muy exitosos, pero ya insuficientes. Hay que buscar más atractivos para que la gente venga a la ciudad a visitarnos y las autoridades deben comprometerse que León dará la bienvenida con avenidas y calles en buen estado, limpias, con alumbrado y seguridad.

Hay que consolidar las actividades industriales y de prestación de servicios como herramientas del crecimiento y esto ayudará a la mejoría económica de todos los leoneses, porque a mayor demanda de trabajo, mejores salarios y más bienestar. Sí ciudadanos y gobierno asumen dicho compromiso, el éxito para la ciudad está garantizado.

Nuestros vecinos como Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí y Morelia nos están dejando atrás. Hay que redoblar el paso, trabajar a marchas forzadas y planear proyectos que nos consoliden como destino turístico y de negocios. Los inversionistas privados están demostrando que asumen el riesgo y se la juegan con León, solo falta que tengamos autoridades comprometidas y de la altura necesaria para tan importante reto. ¿Quién dice que no se puede?

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.