Por Adolfo Enríquez Vanderkam

La percepción de los leoneses sobre la inseguridad creció 6.5% en el último trimestre del año, al pasar del 76.3% al 82.8% de ciudadanos que sienten que no es seguro vivir en León, lo que coloca a la ciudad como la de mayor percepción de inseguridad en el centro del país.

Estos datos son graves, y los únicos que no quieren ver la realidad son el gerente de León Héctor López Santillana, su Secretario de Seguridad Pública Luis Enrique Ramírez Saldaña, su Director de Policía Edgar Osvaldo Jiménez Arcadia y su Director Operativo Jorge Guillen Rico.

El hecho de que más de ocho de cada diez leoneses adultos no se sientan seguros en su persona ni en sus posesiones, para cualquier gobierno debe ser una alerta roja, que los obligaría a revisar la permanencia de los altos mandos, los planes, estrategias y el porqué de tan pobres y vergonzosos resultados.

Lamentablemente la lentitud de actuar de la administración de León ni siquiera ha puesto la seguridad como tema central y de máxima prioridad y sus funcionarios rehúyen a la prensa y se niegan a dar explicaciones, solo dicen que hay que esperar, esperar y esperar.

De cambios y/o modificaciones, por algún inexplicable motivo no están ni a revisión ni a discusión.

Esta semana lamentamos la muerte de un policía que acudió SOLO a una llamada de auxilio ¿Quién dio la orden qué los patrulleros viajarán solos sin escolta? ¿A quién se le ocurrió mandar a un joven elemento de apenas 22 años de edad a cubrir un evento en una colonia conflictiva como es Los Limones?

¿Por qué no fue apoyado a la brevedad por los demás compañeros que se encontraban cerca? ¿Dónde quedó la capacitación, la estrategia y los planes? Con su misma arma mataron al policía y eso simplemente es inadmisible.

Ojalá y el Ministerio Públio por lo menos ésta vez integre bien la averiguación previa y que el supuesto asesino se quede preso por muchos años, ya que el famoso “Mantecas” ha pisado la cárcel más de 40 veces y siempre sale libre.

Y la otra cara de la moneda es algunos malos policías que están fuera de control y que hacen notoria la falta de disciplina y liderazgo en la corporación.

Violación a menores de edad, dos muertos en los separos, un joven muerto de un disparo por un policía, otro joven muerto cuando un policía lo golpeó en la cabeza con un cohetón, tortura de un ciudadano por el grupo Gama-Whisky, quemándole los genitales y 59 denuncias por violación de derechos humanos en los últimos 10 meses.

En redes sociales en grande el reclamo de malos tratos, abusos y corrupción de algunos elementos, y eso también ya es muy preocupante.

Entonces tenemos una corporación con disciplina relajada, sin liderazgo, sin estrategias, con un plan de trabajo que solo existe en el papel y una imagen cada día más deteriorada entre la ciudadanía.

A eso le aunamos un escalofriante incremento en ejecuciones, que los robos a casa-habitación, comercio, cuenta-habientes y transeúntes siguen a la alza y un gobierno que se niega a ver la realidad, pero que ya agotó la paciencia ciudadana, que exige cada vez con voz más fuerte resultados y una seguridad aceptable en sus calles.

¿Qué necesita pasar para que López Santillana se dé cuenta que los nombramientos que hizo (o le impusieron) no son los idóneos? ¿Más muertos? ¿Más violencia? ¿Más robos? Pues vendrán, porque hoy en materia de seguridad la administración de León está a la deriva, sin la más remota idea de que hacer y sin oficio para por lo menos tocar fondo ya.

Sin un verdadero golpe de timón las cosas van empeorar cada vez más y todo recaerá en aquel que prometió cuidarnos como si fuéramos su familia ¿Va qué va?

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.