RE-ANIMATOR (1985).
Entonces… tienes la gran posibilidad de hacer una película de horror, la pregunta del milenio ¿qué haces?
Muchos intentarían hacer “terror psicológico” y no me mal interpreten adoro ver eso, pero hacerlo no es fácil, en realidad ningún género ni sub categoría es fácil… sin embargo, la gente menosprecia a los demás géneros con la justificación del terror psicológico y su falta de elegancia y calidad, así es, hay gente que no sale de “El Resplandor” por el mero hecho de ser de Kubrick, y cómo osas decir que Raimi hace horror si el finado director hizo que Jack Nicholson usara un hacha. Es entonces que te apenas por este tipo de personas que excluyen películas como Re-Animator y te preguntas ¿nunca se habrán divertido?
Herbert West (Jeffrey Combs) es expulsado de una escuela médica en suiza, esto tras hacer explotar a su profesor con un misterioso experimento que llevaba a cabo –y luego, sigue una excelente secuencia de títulos-. Tiempo después, West continúa sus estudios de medicina (por alguna razón el explotar a su profesor no fue causa de expulsión) y se hace amigo de Dan Cain, un pasante de medicina que le ofrece a West asilo en su sótano. Encima de eso comienza a hacer enemistad con el Doctor Carl Hill, el cual odia a West por su actitud pedante y mira con ojos libidinosos a la novia de Dan, Megan. Herbert comienza a experimentar de nuevo, y sabemos la finalidad de este suero, revive a los cadáveres pero siempre ue pasa, los no-muertos son violentos y poseen una fuerza sobrehumana.
Stuart Gordon es un director de horror infravalorado, creo que es un sujeto que puede hacer de todo, y en su variedad mejor pulida adapta a la perfección el estilo burlón y violento de las revistas pulp y de horror como Eerie y Cuentos de la Cripta, revistas que fueron el hogar para H.P Lovecraft y Robert E. Howard. No se toma en serio, y esa es su virtud, pues en vez de pensar en cómo ser una película fiel a la obra de Lovecraft, es una bolsa de sangre, sesos, violencia, y escenas creativas de sexo, paradójicamente siendo fiel al estilo y ambiente de locura del autor… y por eso debemos amarla. Stuart Gordon decidio hacer una película enteramente vulgar y estúpida, pero realizada con un detalle y cariño palpable. Los efectos tradicionales nos hacen pensar de una época en donde mientras más creativo te ponías en tus muertos, más querido eras entre el círculo selecto de leyendas.
Herbert West es el científico loco de los años 80’s por excelencia. Solitario, desinteresado y manipulador; siempre detrás de sus lentes gruesos que ocasionalmente le tapan los ojos con el reflejo de la luz haciendo de su presencia algo más enigmática. Capaz de matar lo que se le interponga o lo que le parezca útil para sus experimentos, se vuelve el doctor Frankenstein y toma a Dan como su Igor personalizado. Jeffrey Combs es un gran actor, pues a pesar de ser un monstruo y un patán, nos agrada y nos vende la idea de que lo que anda haciendo es lo correcto, es la mezcla perfecta de un desgraciado, un loco y por supuesto, un imbécil, pues gran parte del problema que se avecina es por su falta de profesionalismo.
Si West es un bastardo ¿qué puede ser su némesis? fácil, ponlo frente a un sujeto que lo repudia no por el hecho de que lo que hace es inmoral, sino por celos, y que habla como el Conde Contable de Plaza Sésamo. El doctor Hill no tiene paciencia con West, y es un duelo de egos lo que ellos tienen -estúpido, si te pones a pensar que pelean por un suero altamente peligroso-. Aparte es un degenerado que se retuerce del deseo por Megan, logrando saciar sus deseos en la escena más famosa de la historia del sexo zombie, escena que nunca ha sido superada y dudo que sea posible. David Gale era un actor que siempre obtenía el papel del villano que adoras odiar, y Re-Animator le da su papel más memorable, es una pena que haya fallecido, pues puedes notar su profesionalismo a pesar de estar gran parte de la película sin cuerpo y en una tina de sangre.
Y si hablamos de gente infravalorada, ahí también entra Richard Band; su trabajo en Re-Animator es un clásico, lleno de mucho estilo y una mezcla bien lograda de humor y suspenso. Inspirado en el maestro de maestros Bernard Herrmann (específicamente Psicosis), no sólo en este trabajo, sino en casi todasu filmografía, es el compositor que tiene un balance entre lo barato con sus sintetizadores, y el uso elegante de una orquesta. Hay una edición en Vinyl de Re-Animator que recomiendo mucho, o puedes buscarlo en digital o físico, ideal para tu fiesta de disfraces, y uno de los temas esenciales del horror.
Recuerdo la primera vez que vi Re-Animator la cuál tiene por título en nuestro país “Resurrección Satánica” -es en serio ¿qué tienen los traductores en contra de nuestro país? ¿y por qué todo tiene que ser satánico?- fue en TNT por la madrugada, y a pesar de que no me espantó, me fascinó por su capacidad de hacernos sentir empatía por un sujeto que bien podría ser el villano en otra película. Me reía por elementos tan tontos como sentir que hay escenas cortadas, y por su violencia (nunca volví a ver a los gatos de la misma manera)… y por supuesto, la veía a escondidas pues la idea de que tus padres pasen y vean a una rubia despampanante desnuda en una cama de morgue no es fácil de explicar.
¿Es la película adecuada para los niños? pues no, pero los niños son niños, y siempre terminan viendo las cosas que les prohibes. Si algo logró Re-Animator fue que conociera a dúo Richard Band y a Stuart Gordon, siendo este último el que me corroboraba la idea de que el ser director de cine, no es ser mamón empedernido. Si tu visión de las cosas es la de representar zombies desnudos peleando sin cesar, pelea por tu visión, y haz la mejor película de zombies desnudos peleando sin cesar se la historia.
Sólo para recordarte: no la veas en el trabajo.
https://www.youtube.com/watch?v=WkQN32xhI5I