¿QUÉ HAY DEL RECORD STORE DAY EN NUESTRA CIUDAD? (PRIMERA PARTE).
El día es odioso: hay nubes grises presagiando algo de lluvia sobre la ciudad, pero esta no llega, en vez de eso los tristes humanos tenemos el cuerpo pegajoso porque la temperatura no ha sido benevolente. No he dormido bien estos días y tengo una cara de poco entusiasmo desde hace más, pero hoy es un buen día… quiero creer eso.
Hoy se celebra el Record Store Day, y es un día que me gusta mucho, o por lo menos me gustaría que me gustara: me explico.
El día es donde tenemos material exclusivo en viniles y donde se celebran a las tiendas de discos que, independientes de una empresa gigante -que poco a poco van cayendo cuál Hindernburg moderno- han sobrevivido el inicio de un nuevo siglo que piensa que no son tan necesarias. Ahora, hay un elemento importante en en mi cuestión y es que soy de León, y amo mi ciudad (en serio), pero carece de tantas cosas, entre ellas tiendas que pudieran saciar mis necesidades como el sujeto que soy.
Está bien, soy severo y es que hay un fenómeno curioso que puedo presenciar. Mientras que en mi infancia había tantas tiendas de discos -independientes o no- no había tiendas de cómics, ahora es caso contrario: menos tiendas de discos y más de cómics.
Es obvio que no se necesita responder la razón por la que estas tiendas ya no existen, está muy claro, pero de alguna manera pesa el ver que aquel lugar en donde compraste tu primer disco ahora sea un lugar abandonado… o un Oxxo/Subway (elige qué destino resulta ser el peor). Aún con todo eso trato de mantenerme optimista y este día he decidido visitar las -has donde yo sé- 3 tiendas de mi ciudad, que encima de eso anunciaron que se unirían al festejo, quizás no tan glamoroso como otros lugares pero no importa, sirve que analizamos la situación y de paso salimos un rato del hogar.
Asisto a la confiable linea de la oruga que y trazo mi primer destino: Melomanía, la tienda es la primera que conocí y puedo decir que la he visto desde sus inicios, atendiendo siempre de manera amable Gustavo Tejada Padilla (qué hasta el día de hoy sé cómo se llama, es uno de mis principales errores: nunca preguntar cómo se llama la gente). He visto cómo se ha trasladado la tienda y cómo ha implementado la venta de cómics en ella, aunque llevaba mucho tiempo sin asistir, al grado de que desconocía que se habían cambiado de local.
Tras hacer una breve investigación dí con que la tienda se encontraba en Plaza Insurgentes, aquel lugar siempre me ha resultado familiar e interesante: hay una variedad de locales que han cerrado dándole un aire apocalíptico, incluso hay uno que dicen las malas lenguas tuvo la inesperada aparición de Lucifer Estrella de la Mañana. Era una “disco” -nada menso el príncipe de las tinieblas- y sí vas y no hay moros en la costa puedes asomarte hasta donde te permiten las cadenas para comprobar con morbo su abandono.
Ess una plaza comercial que ha visto perecer muchos negocios, pero persiste en la memoria de muchos por ser el segundo hogar del infame Chumani y del primer local de Rockstar Burguer. No tardé nada en encontrar el local, y al llegar a este lo primero que constato es Gustavo quien me recibe con una sonrisa sorpresiva, una sonrisa que cautiva a sus clientes.
Tras atender a unos jóvenes que estaban por esos momentos nos disponemos a hacer la entrevista, Melomanía ahora es un lugar más pequeño, pero atiborrado de cosas; pasamos a la “oficina” del lugar y mis ojos perciben algo de inmediato: Dos viniles con la música de la alemania nazi de Hitler ¿quién chingados querría esas cosas? y más importante ¿cómo consiguió esas “joyotas”? sólo él lo sabe, así que en medio de una computadora y discos y cómics por los suelos comenzamos:
Deus: Aquí estamos en…
Gustavo: Melomanía León.
D: ¿Cuántos años tiene tu Melomanía?
G: Ya va para 5 años… en Mayo cumple 5 años.
D: ¿Y por qué te cambiaste?
G: Melomanía ha sufrido varios cambios que considero muy buenos; empezamos en plaza de la Tecnología con un changarrito chiquitito, sirvió y agarramos un lugar más amplio, y pues ahora buscamos algo más grande…
D: Señal de que está funcionando…
G: Jala sí, eso es lo que nos gusta.
D: ¿Por qué decidiste abrir una tienda de discos?
G: Esa es una pregunta bien bonita: desde que tenía 11 años colecciono viniles, un hobby gracias a mis tíos que me regalaban sus discos que ya no querían y así iba a sus casas por colecciones enteras; llegué a obtener una gran cantidad y decidimos quedarnos con nuestra colección, además de vender o cambiar los que no queríamos para incrementar la colección. Fue en un momento crítico en mi vida porque estaba entre dos chambas y debí elegir entre ellas. Mi papá me dijo “oye tienes muchos viniles ¿por qué haces una tienda? Material no te falta” lo cual no me pareció mala idea. Y así nació Melomanía.
D: Ahora que celebramos el RSD ¿Cómo ha estado la clientela?
G: Bien, llevamos prácticamente 3 días de festejo con lo de Estéticas del Rock de la Ibero, fueron días de conferencias directas y venta de viniles y pues hoy rematamos con el RSD.
D: Según yo tengo por entendido tú no estás afiliado con el Record Store Day.
G: Era lo que iba a comentar hace un rato: hay algo me gusta del Record Store Day, pero lo que empezó siendo casi casero ahora es Institucional o comercial… como quieras decirle. Cuando entra el CD de repente las compañías disqueras desmantelan las maquiladoras de viniles, salvo en Europa y Japón que siguen. Empiezan a surgir tiendas como las mías de discos usados o semi nuevos porque la gente se mueve por la cuestión de “calidad” (y lo digo así porque hay un debate al respecto) Se decide festejar a estas tiendas y de repente regresa el auge del vinilo, vuelven a editarlos y para apoyar estos lugares lanzan en RSD sacando ediciones especiales y promocionales de lo que no estoy tan de acuerdo con esto porque fue una fiesta que era particular…
D: …¿Y por qué estás en contra de eso?
G: No estoy en contra, lo que pasa es que la filosofía de las pequeñas tiendas es eso: ser casero, y cuando se vuelve mundial, deja el aspecto regional o particular donde compras tus viniles, esa es la parte que rescato del RSD, no lo comercial, lo de la pérdida de la tienda.
D: ¿No estarías dispuesto a afiliarte?
G: Ya estoy afiliado sólo que yo no pido las cantidades que me piden para estar dentro del evento…
D: Entonces tienes que vender cierto número de copias, como en Diamond comics ¿Si el cliente busca uno del evento qué haces?
G: Lo pido y pues tarda lo normal que son 2 semanas de hecho acabo de pedir estos (me muestra una lista de pedidos), el de Mew Under Glass y el de Lush, estos dos son exclusivas del RSD, y ya los encargué, todos los puedo conseguir. Déjame decirte que la gente prefiere viejas ediciones que las re-ediciones, de hecho tengo discos nuevos en la pared de en frente.
D: ¿Cómo ves la competencia de parte de otras tiendas? ¿Son hermanas?
G: Pasa algo muy curioso: de las tiendas que existen en León, ellos cuando quieren discos especiales vienen a comprármelos. No estoy en contra, es bueno para mi negocio y ellos satisfacen a sus clientes. Yo me enfoco en mis gustos y los demás a lo suyo. Hay una que intenta abarcar todo género…
D: …Es bueno eso ¿no?
G: Sí pero es fuerte, conocer todo de todo es complicado. Yo que me encargo del Jazz/blues/rock progresivo clásico nunca acabo, siempre hay una lectura que me deja algo nuevo, siempre surge algo, entonces abarcar todo género está complicado, entiendo que es su negocio y se respeta. Son mis competidores porque vendemos lo mismo pero no es lo mismo, nos enfocamos en nuestras especialidades y los clientes se acomodan a los estilos de cada uno, es un poco de adoptar tu tiendita de música, esa es la parte que adoro de la competencia.
D: ¿Como ves el mercado a futuro?
G: El auge es fuerte, apenas llega a León, y en un año va para arriba. León es una plaza particular, y no se casa con los estilos; se acaba la moda y todo mundo se aleja: restaurantes, antros, lugares específicos que en 6 meses se muere y no se paran ni las moscas. Esa parte muestra que León es muy inconsistente. Mis clientes los tengo desde 5 años y son fieles a mí y a mi tienda, aunque me cuesta más trabajo porque conseguirles rarezas es complicado, pero me gustan los retos. En 5 años será bueno, espero que la gente se case con el formato, es un formato bonito y romántico, algunas ediciones tienen password y CD’s : comprando el vinilo tienes todo el paquete. Parte del glamour del vinil era lo de los insertos Esas cosas son nutritivas y por eso la gente los compra ¿Qué tanta permanencia tendremos? No sé, tenemos 5 años y espero otros 20 y más.
D: ¿Qué piensas de Spotify y Tidal?
G: (suspira) Es una renta. La calidad de audio que tienen los formatos digitales en general el FLAC aunque tenga 5.1 canales necesitas un sistema de audio que va de 30, 000 pesos.
En ese momento llegaron unos clientes al local, Gustavo me pide permiso para atenderlos ¿Por qué habría de negárselo? Él simplemente va y los atiende sean lo que sean que buscan, sea una edición rara o un cómic. Me quedo pensando en si la tiende tiene más éxito sea por la venta de cómics o por la venta de discos, de alguna manera me recuerda a un proyecto de ensueño que tuve en un punto de mi vida con mi mejor amigo, tarda lo necesario y regresa a su lugar para continuar con la entrevista.
G: Para escuchar el formato requieres mucho dinero, cualquier otro formato no pasa de 240/kb, yo sigo pensando que los 320/kb mínimos que te da una calidad de vinilo es mejor aunque sea en el estéreo. Ese bajo analógico es el que te pone los pelos de punta, nunca un bajo digital logrará eso. Es la facilidad y cantidad de canciones que conscientemente nunca vas a escuchar en tu vida, aunque tengas un terabyte de música, dudo que vayas a escucharlo todo.
¿Y a qué se debe el auge?
G: Es fácil y cómodo tener 20000 canciones en tu celular, lo que haces es conectar tu ipod al coche o caminar con él, eso es padre. imagínate tener un tornamesa al caminar (risas) la comodidad está chida, la calidad es otro aspecto. El sentido de pertenencia es otro aspecto importante. Tener 20000 canciones no son tuyas, tener un disco sí.
Para terminar, y siempre soy molesto con estas cuestiones, dime tus 5 discos favoritos
G: ¡Nooooo eso es horrendo! ¿Tú lo has hecho?
Claro, ahora que he cumplido 25 años de vida y con la lógica de que sólo puedes cumplir 4 etapas de tu vida –eso espero- he estado analizando mis primeros 25: 25 discos, 25 canciones, 25 cómics, 25 libros y así, por ejemplo: puedo decirte que Pet Sounds, Station to Station y…. Pues hasta ese momento me falla la memoria y esos pinches 25 discos de pronto no aparecen cuando más los necesitas, Gustavo ríe y se da cuenta de que tiene clientes, me pide permiso para atenderlos mientras yo batallo con mi cerebro. Cuando regresa ya es más fácil de que le diga que olvidaba Horses, Born to Run y El Dorado, pero creo que es algo tarde para eso: gracias, estúpido cerebro, nunca me fallas.
G: Yo estoy con…. (piensa).
O cuando eres adolescente y de pronto cuando tu vida cambió al escuchar un disco…
G: Pearl Jam me definió muchas cosas, igual Nirvana. Metallica fue grande para mí aunque sólo fueran sacudidas en la cabeza, hasta el disco negro, ahí valió madre ahí dije, valió madres mi banda favorita. Ten de Pearl Jam fue un gran disco, Nevermind también pero los mandé a la chingada por Tool: es una belleza de banda, 10 000 days es igual de bueno que el primero pero me quedo con Aenima, Pet Sounds es un gran disco, el rubber soul es un gran disco para mí, mucha gente dirá Sgt. Pepper o el disco blanco, In my life es punto y aparte… (piensa) me falta uno… (sigue pensando) ya… Led Zepellin II y con ese recuerdo mucho a mi padre, por eso es muy especial. Es complicado porque de repente en un año empiezo con blues y acabo con carcass y luego me meto al progresivo…Pink Floyd y estoy con Wish you were here, y luego paso a Gentle Giant y mando al carajo todo… son ciclos (risas).
Sí, la música son etapas, como yo con los Beatles, te puedo decir que es mi banda predilecta aunque pasen los años y ya no los escuche como antes.
G: Exacto, nunca estás fijo (risas).
Gustavo me estrecha la mano y se siente satisfecho con la entrevista, igual yo. así que se dispone a atender una clientela que se va acrecentando conforme queda la última hora para cerrar el local; es una clientela de curiosos y de clientes frecuentes. Yo como siempre me dispongo a ver el material que tiene en su tienda, es uno de esos placeres de la vida: pasar los dedos sobre viniles buscando uno que te llame la atención.
Mientras lo hago unos jóvenes comentan sobre los mangas que quieren comprar y un sujeto le pide a Gustavo que si puede poner un vinilo para “calarlo”: se trata del último concierto en Japón de Deep Purple, una curiosidad que la propia banda detesta, pero eso le da un toque mágico. Mientras “Burn” se escucha en el lugar con un aura de burbuja, encuentro me quedo viendo a la clientela y a Gustavo: ellos se sienten como en casa y la tradición de poner un vinilo a probar es algo que dudo que pudieras hacer en otras tiendas de franquicia… son esos pequeños detalles lo que hacen que valga la pena tener estos establecimientos, a pesar de lo difícil que sea mantenerlos.
Sonrío y le digo a Gustavo que desgraciadamente me tengo que ir, que tengo en la mira el Crime of the Century de Supertramp y que vendré por él. Feliz como siempre me agradece por la entrevista y me dice casi en un tono de preocupación: “no te pierdas ya tanto”.
Sería porque vio mi rostro apagado o porque de verdad no estuve frecuentando el lugar desde hace mucho, le agradezco su preocupación y le reitero que no va a pasar. Me voy del lugar mientras “Love Child” me despide: tengo otra tienda que encontrar.