MOSCÚ, RUSIA.- Pocas veces se ve sonreír al mandatario ruso, Vladimir Putin, y esta semana lo hizo luego de que el presidente de Siria, Bashar al-Assad, voló a Moscú para agradecer personalmente por su respaldo militar.

Se trató de una visita sorpresa y del primer viaje de Assad al extranjero desde que se desató la crisis siria en 2011, y tuvo lugar tres semanas después de que Rusia lanzó una campaña de ataques aéreos contra militantes islamistas en Siria, que también ha fortalecido a las fuerzas de Assad.

El Kremlin mantuvo la visita en secreto hasta hoy, cuando transmitió la reunión entre ambos líderes y divulgó una transcripción de lo que conversaron. No dijo si Assad aún estaba en Moscú.

“Primero que nada, quería expresar mi enorme gratitud a toda la dirigencia de la Federación Rusa por la ayuda que está dando a Siria”, dijo Assad a Putin, según una transcripción del Kremlin.

Putin afirmó que Rusia está lista para ayudar a encontrar una solución política y elogió al pueblo sirio por luchar contra los milicianos “casi por su cuenta”, diciendo que el Ejército sirio había conseguido recientemente unos éxitos notables en el campo de batalla.

BOMBARDEAN HOSPITAL

Mientras eso sucedía, el martes un bombardeo de precisamente aviones rusos dejó 13 muertos en un hospital de campaña en el noroeste de Siria, entre ellos un fisioterapeuta y una enfermera; la clínica quedó “dañada seriamente”.

Rusia afirma que con sus bombardeos busca debilitar tanto a los yihadistas del Estado Islámico (EI) y a otros grupos “terroristas”, pero EU sostiene que la verdadera intención de Moscú es apoyar a los rebeldes que combaten a las fuerzas leales al presidente sirio.