LEON
Counterpoint

POR DETENCIÓN ILEGAL, DEMANDA BOTELLO A LA FISCALÍA ESTATAL

LEÓN, GTO.- La ex alcaldesa priista de León, Bárbara Botello Santibáñez, denunció penalmente al Fiscal Anticorrupción del Estado de Guanajuato, Marco Antonio Medina Torres, y a quienes resulten responsables, por detenerla cuando existía un amparo vigente a su favor. 

La denuncia se presentó ante la Fiscalía General de la República  por el delito de violación a un auto de suspensión definitiva, el cual fue concedido mediante amparos en el transcurso de su defensa.

Y es que según argumentaron sus abogados, la Fiscalía General del Estado de Guanajuato fue notificada la existencia del amparo el 15 de enero del 2018.

Pese a ello, la Fiscalía Estatal solicitó el ejercicio de la acción penal contra Bárbara Botello el 14 de mayo del 2019 y fue capturada el 30 de ese mismo mes y año. 

“La suspensión estaba vigente, porque no fue sino hasta el día 5 de septiembre del 2019 que ese amparo se resolvió de forma definitiva. Ea decir, que desde la fecha de concesión, hasta el 5 de septiembre, estuvo vigente la suspensión de amparo”, explicó el abogado Alejando Ochoa.

VALIENTES CON LAS MUJERES, PERO COBARDES CON LOS DELINCUENTES

Bárbara Botello fundamentó la denuncia de la siguiente manera:

“Como ustedes recordarán, fui detenida por agentes de la Fiscalía General de Guanajuato, con lujo de prepotencia y brutalidad.

Del análisis del video que ha circulado, se desprende que los más elementales derechos y las formalidades más esenciales fueron pisoteados en mi perjuicio, actuando los agentes del gobierno con saña y apartados totalmente de la legalidad.

En Guanajuato, el estado de derecho es vulnerado por un gobierno autoritario, que aplica la justicia selectiva, que persigue a sus enemigos políticos y que deja impunes a los delincuentes. Ayer Guanajuato y León eran orgullo de México por su prosperidad, por su tranquilidad, porque se vivía en armonía. Hoy Guanajuato y León son nota roja en el país. La violencia se ha impuesto ante la incompetencia o connivencia de nuestros gobernantes. No es una opinión, es la realidad que lamentablemente se impone y se hace presente día con día.

Por eso he creído que alzar la voz es no sólo un derecho sino además una obligación moral para intentar concientizar de que esto no debe suceder en una sociedad civilizada y nadie debe ser tratado como yo he sido agredida.

Desde hace más de 10 años, los panistas no han cesado de perseguirme. He sido denunciada electoralmente, civilmente, administrativamente, penalmente. Han ordenado auditorías que a nadie más le han hecho. Han hecho uso de todo el aparato del Estado para lastimarme. Han intervenido mis teléfonos y difundido mis conversaciones privadas, me han seguido, me han espiado, me han calumniado a través de panfletos, de redes sociales y de un periódico oficialista.

Pero el daño ha trascendido más allá de mi persona. Al perseguirme a mí, han dañado a mi familia, a mis hijas, a mis amigos y, en general, a mi entorno.

La obsesión y la saña de quienes ahora gobiernan y el tiempo y recursos materiales y humanos que han dedicado a perseguirme serían dignos de mejores causas, como, por ejemplo, atender los problemas de inseguridad en que tienen sumido a Guanajuato, el Estado más violento del país.

He decidido levantar la voz porque considero injusto que un grupo político que detenta el poder desde hace ya treinta años en Guanajuato, sea capaz de afectar los derechos y la integridad de quienes tienen otra postura política, de quienes militan en otros partidos o de quienes ellos consideran una amenaza para la conservación del poder en sus manos.

Pero hay algo más, la evidente misoginia que no pueden ocultar. Les dolió en el alma que una mujer les haya ganado la presidencia municipal de León. Hicieron todo para boicotear nuestro gobierno y luego se dedicaron a perseguirme en venganza por haberme atrevido a ganarles una elección.

En Guanajuato nuestras autoridades son muy valientes con las mujeres, con quienes no compartimos su ideología y su partido, pero son cobardes con los delincuentes, con quienes han ensangrentado a nuestras comunidades, nuestros municipios, nuestro estado. Son omisos con los corruptos de su casa.

En el gobierno que encabecé se cometieron errores. Claro que sí, como humanos nadie está exento de equivocarse. Pero nunca desviamos un solo peso del erario. Y todo lo que se recaudó y lo que logramos gestionar en el gobierno federal ante el boicot del gobernador y su partido, está invertido en obras como no se hizo antes y como no lo ha hecho el actual alcalde, quien ya va para seis años y todavía no se ve que arranque su gobierno.

Nadie que decida militar políticamente en la oposición, nadie que cuestione a estos gobiernos que ya se hicieron viejos después de treinta años en sus fortunas, nadie que sea mujer y quiera participar en política, nadie, debe ser perseguido como yo lo he sido.

Como ustedes saben, cuando ocurrieron los hechos de mi detención, yo gozaba de la protección de la justicia federal a través de un auto de suspensión del acto reclamado. La Fiscalía de Guanajuato lo sabía y a pesar de eso procedieron a mi detención.

Y eso es un delito federal. Por lo que acudí hoy a presentar la denuncia por esos hechos delictuosos, que violan derechos humanos y que deberían avergonzar a cualquier servidor público con un mínimo de sentido de la ética y de la legalidad.

Yo le pido a las instituciones de procuración e impartición de justicia federal que actúen conforme a derecho y que castiguen a los responsables. Solamente de esta manera estaremos contribuyendo a evitar que en el futuro se vuelvan a cometer atropellos de esta naturaleza.

Fui la primera mujer presidenta de León y estoy muy satisfecha del trabajo realizado, de haber llevado las mejores escuelas a los lugares más pobres, de haber creado las plazas de la ciudadanía en los polígonos de pobreza, de haber negociado la gratuidad para los adultos mayores en el sistema de transporte, de haber hecho avanzar dos etapas el Sistema Integrado de Transporte, de haber dignificado bulevares como el Vasco de Quiroga y el Insurgentes que los panistas habían abandonado por décadas, de haber traído el primer parque industrial para León, de haberle construido una casa digna a las mujeres y otra a los jóvenes, de haber llevado parques extremos a las colonias populares, de haber resuelto el problema ya añejo del flujo vehicular en la zona norte de la ciudad a través del Distribuidor Vial Benito Juárez, de haber traído un enorme hospital del IMSS para León, de haber rescatado la histórica Plaza de Gallos, de haber embellecido el Centro de la Ciudad y de tantas obras más, con las que jamás podrá competir el presidente actual.

Y ése es el fondo del asunto. No aguantaron que una mujer haya venido a ponerles la muestra. Por eso se han dedicado a denostar, a agredir, a calumniar y a perseguir. Porque exhibimos la mediocridad de sus gobiernos.

Y decidieron judicializar la política. Hacer uso de las instituciones para golpear políticamente, para mantenerme callada y amenazada y, si les fuera posible, para eliminarme.

En ese afán de dañarme han afectado a quienes fueron mis colaboradores. Por perseguirme a mí los han sometido a procesos civiles, administrativos y penales con toda clase de artimañas y perversidad.

Desde que fui detenida, he vivido con miedo por lo que puedan hacer en mi contra. Temo por mi seguridad y por la integridad mía, de mi familia y de mis colaboradores cercanos. De tal manera que si algo nos llega a ocurrir hago responsable al gobernador del Estado y al Fiscal General del Estado.

Queda claro que, si estoy viviendo un proceso legal, no es por la comisión de un delito, sino por la mezquindad y la bajeza de otros.

Mi proceso es una muestra clara del fracaso de la procuración de justicia y del Gobierno del Estado en Guanajuato, que se ensañan con una mujer, pero son omisos con los verdaderos corruptos, que metieron y perdieron el dinero de los leoneses en Metrofinanciera, que compraron terrenos a precios inflados multimillonarios y que crearon empresas fantasmas como Cereal y Pastas Finas para comprar barato a los campesinos y venderle carísimo al gobierno.

Este capítulo debería avergonzar a quienes lo iniciaron y a quienes lo están continuando, la razón y la autoridad moral no asisten a mis perseguidores.

Yo creo que los guanajuatenses de bien, más allá de partidos e ideologías políticas, no debemos permitir esta clase de utilización del aparato judicial para linchar a los adversarios políticos. Debemos proteger la libertad de disentir, de criticar y de participar en política fuera del grupo que se enquistó en el poder desde hace treinta años”.

Share: