LEÓN, GTO.- Jorge Arturo “N” tiene más de 48 horas intentando presentar denuncia contra un grupo de policías de León, quienes el fin de semana lo detuvieron ilegalmente y lo extorsionaron para dejarlo en libertad. No lo ha logrado a consecuencia de las pandemias del Covid-19… y la inoperancia institucional.
El joven, de 30 años de edad y músico de profesión, acudió a las instalaciones de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHEG) al sur de la ciudad, y a la Dirección de Asuntos Internos, en el centro; en ninguna de estas instancias fue atendido.
Lo más que obtuvo fueron correos electrónicos y números telefónicos para presentar la denuncia a distancia, debido a la pandemia por Covid-19.
La mañana de este martes Jorge Arturo “N” finalmente recibió la llamada de una abogada de la PDHEG, identificada como Andrea Pérez Rocha, quien escuchó su caso, pero no inició expediente de queja o denuncia.
De hecho, la abogada terminó delegando las facultades de investigación de la Procuraduría de los Derechos Humanos a la Fiscalía General de Justicia. “Ellos se comunican contigo”, dijo tras colgar el teléfono.
En la Dirección de Asuntos Internos la suerte no fue mayor; el denunciante narró los hechos en un escrito dirigido al correo institucional de la dependencia. No ha tenido respuesta.
LOS HECHOS
Aproximadamente a las 2 de la madrugada del pasado domingo 9 de agosto, Jorge Arturo “N” regresaba a casa, en la calle Zeus de la colonia El Retiro, después de semanas sin tocar a consecuencia de la pandemia.
Un compañero de grupo le echó un aventón en su carro y tres casas antes de llegar al destino, fueron interceptados por varios oficiales a bordo de una patrulla.
Los uniformados los bajaron y los interrogaron.
Adentro del vehículo los oficiales encontraron una cerveza abierta y ese fue el motivo para presionar a Jorge Arturo “N”.
Al revisarle sus bolsas, los oficiales notaron que traía dos billetes de 500 pesos, que eran la paga obtenida después de tres meses de inactividad.
Después, una pregunta de los policías fue recurrente hacia los detenidos “¿la quieres librar?”.
Jorge Arturo “N” terminó esposado y su compañero liberado. El cargo, según los oficiales, fue el de ingerir bebidas alcohólicas en la vía pública.
Sin embargo, Jorge Arturo “N” jamás fue llevado ante un juez calificador por esa falta administrativa.
Fue obligado a circular esposado en la parte trasera de una patrulla por las colonias aledañas, donde la pregunta policiaca era constante “¿tons qué, la quieres librar o no?”.
LA EXTORSIÓN Y EL BILLETE FALSO
Jorge Arturo “N” accedió a darles 250 pesos de su paga para evitar pasar toda la noche en una celda.
Un policía le pidió que le diera rápido uno de los dos billetes de 500 pesos que notaron que traía, con la promesa de que le regresarían el cambio.
Al regresarle el cambio, un oficial le pidió que se metiera rápido los billetes a su bolsa.
“Ahorita te acercamos a tu casa we, no te preocupes, porque aquí sí está bien cabrón en esta colonia, no te vayan a asaltar”.
Esas fueron las palabras que uno de los oficiales le dijo a Jorge Arturo “N”.
Ya en casa, el afectado sacó el cambio que le dieron los oficiales, y se percató de que un billete de 200 pesos era falso.
Transcurrido esto, Jorge Arturo “N” decidió poner denuncia ante todas estas instancias que prometen defender los derechos de las personas, pero hasta ahora se ha dado cuenta que desafortunadamente, también eso, parece ser falso.