MÉXICO, D.F.- En una semana negra para la economía azteca, la mezcla mexicana de exportación, el peso y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) acumularon sus niveles más bajos en al menos los últimos cinco años.
Ante este panorama, la prensa extranjera coincidió en que las condiciones actuales colocan al país en la antesala de un Efecto Tequila, como el ocurrido en 1994 cuando la política monetaria y la inestabilidad política devaluaron en 50 por ciento el peso mexicano.
En el caso del barril de petróleo, la mezcla cerró en 53 dólares con 72 centavos, lo que significa una pérdida de 68 centavos con respecto al cierre previo y 48.28 dólares en el año.
La mezcla promedio del petróleo mexicano se coloca en su nivel más bajo desde el 5 de mayo del 2009.
El dólar libre cerró la jornada cambiaria en un máximo de 15.02 pesos, un incremento de 18 centavos respecto a la sesión anterior, su cotización más alta desde el 2009, en instituciones bancarias de la capital mexicana, y se compró en un mínimo de 14.42 pesos.
El Banxico indicó que ayer, el peso cerró la sesión con una depreciación de 1.6 por ciento o 23.2 centavos, y por primera vez activó el mecanismo de subasta de dólares al asignar los primeros 200 millones de pesos, a una tipo de cambio promedio ponderado de 14.7544 pesos.
La inyección de dólares se da después de que durante el martes y el miércoles, las subastas se declararon desiertas.
Aunque el viernes no abrieron los bancos ni la BMV, el hidrocarburo sí cotizó en los mercados internacionales.
El balance semanal de la BMV también fue negativo al perder 3.51 por ciento respecto al viernes. De acuerdo con analistas, dos de los factores que influyeron en la caída del mercado mexicano fue la incertidumbre ante una posible alza de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) y la volatilidad en el mercado de hidrocarburos.
Analistas nacionales señalan que los datos macroeconómicos de los últimos días, hacen prever un negro panorama para la economía mexicana en 2015, pues se espera una mayor inflación, un peso más depreciado y un menor crecimiento económico.