Por Betto Martínez.-

Con la novedad, gente, de que ya hay nueva reglamentación para poner en orden el crecimiento del Cuévano, porque ya muchos se habían volado la barda y las invasiones ilegales de terrenos estaban dando bronca tanto a la autoridad como a particulares.

El cabildo, es decir los meros chidos del gobierno municipal, ya le dio el visto bueno al Plan de Ordenamiento Territorial o POT (para los que quieran abreviar) y es que urgía un ajuste al plan anterior, pues no se le metía mano desde el remoto año de 1994.

Digamos que el POT es un instructivo de cómo debe crecer el municipio y para qué se debe utilizar cada pedazo de suelo, si para viviendas, negocios, empresas, reserva ecológica, así como qué tan arriba de los cerros se puede construir, entre otras especificaciones.

Para armar el nuevo plan, autoridades municipales, asistidas por un despacho externo, pidieron la opinión de diferentes sectores de la sociedad e incluyeron las propuestas, luego le dieron una última pulida hasta dejarlo como quedó finalmente, ahora sólo es cosa de que se publique en el periódico oficial para que entre en vigor.

Ahora nomás falta que la siguiente administración no le valga sombrilla y se aplique para instruir gente y en serio hacer cumplir el reglamento.