PALABRAS DE UNA GORDA, PARA “EL BRONCO”
Por: Gabilú Mireles
Blog: fatgab.com
‘A una niña gorda no la quiere nadie’. Esta frase no la escuché de una mamá asustando a su hija en la calle, ni siquiera la escuché en la novela machista de las 5 de la tarde. Esta es la frase que que se está volviendo viral porque se asegura que salió del reciente discurso de un líder de opinión, el gobernador de Nuevo León Jaime Rodríguez El Bronco.
‘A una niña gorda no la quiere nadie’. La repito y la repito y me duele cada vez más. Me duele porque sé al 100% que es completamente una mentira, a una gorda y a una flaca se le puede querer exactamente igual, porque una persona no vale más ni menos por su peso.
Me duele aún más por todas las niñas que ahora creen que esta frase es verdad. Si uno de los hombres más influyentes del estado del norte lo dice DEBE SER VERDAD. Él acaba de pronunciar en esas palabras ese miedo que todas las gordas hemos tenido en nuestras cabezas y que nadie ha dicho en voz alta. Ese que las revistas, la TV y el cine nos han hecho creer con sus miles de artículos para bajar de peso… Que siendo gordas nadie nos va a querer.
Pero está usted muy equivocado, Señor Gobernador, que a usted y a sus amigos no les gusten las mujeres con curvas no nos hace menos valiosas, no nos convierte en seres indeseables. No es usted el portavoz de todos los hombres de la tierra. Déjeme le explico que hay muchos hombres con la habilidad de ver más allá de nuestras tallas, así como habemos muchas mujeres a las que nos gustan gordos, bajos, pelones, greñudos, con barba, morenos o blancos. Ni uno ni otro es menos que el anterior.
Ahora, si lo que usted quería era hacer una declaración impactante para shockear y que la gente entendiera que la obesidsd es peligrosa, déjeme le digo un secreto… Eso ya todos lo sabemos. Pero lo está haciendo usted muy mal. Nadie aquí está ondeando la bandera de pro obesidad, pero con odio no gana usted nada. Con mensajes de auto odio y prejuicios superficiales como asegurar que ‘A una niña gorda no la quiere nadie’, no está provocando una conciencia saludable, está dando permiso al odio, al bullying y al fat shaming. Le está dando las armas a los niños para burlarse de las niñas con sobrepeso, como si su barriga y sus piernas menos esbeltas fueran algo de lo que vale la pena reírse.
Y peor, no creo que entienda el daño que le hace, no sólo a las gordas, también a las flacas. Con esa frase que ahora nos promete que estuvo sacada de contexto, vino usted a fregar a todas. A todas esas niñas que no pesan más de 45 kilos, aquellas adolescentes que están en pleno desarrollo y están creciendo, haciendo músculo, aprendiendo a querer su cuerpo, pero que dudan al ponerse bikini en la alberca porque su abdomen no es tan plano como el de su amiguita. Ellas ya estaban empezando a mimetizar a sus mamás delgadas, que se la viven probando todas las nuevas dietas y diciéndose a sí mismas que son horribles, que están mal, que están descompuestas… sin pesar más de 70 kilos y estando perfectamente saludables. A esas niñas que no están gordas, pero que creen estar gordas y que se compraron el cuento de que esa es la peor maldición que una mujer puede tener, a ellas les dio usted todas las armas para odiarse. Les acaba de dar usted un mensaje de odio que se llevarán siempre.
La obesidad sí es un tema importante y qué bueno que ya lo tiene en la mira, pero creo que hablo de parte de muchas de esas niñas gordas cuando le pido que si quiere usted prevenir la obesidad, hable de buena alimentación, hable de programas deportivos, hable de educación, hable positivo y no negativo. Háblenos con datos duros de salud, no de sus percepciones. No nos trate de asustar con mentiras porque no se la vamos a comprar.
A las gordas nos quieren muchos. Si usted no, pues usted se la pierde.