LEÓN, Gto., 30 de agosto de 2014.- Lea bien y por fa… no hiera a las personas que le rodeen: León es sinónimo de innoperancia, la maquinita no jala, no  hay puntería, no hay suerte, no hay victorias. El bicampeón del futbol mexicano perdió su finura, perdió su futbol y agudizó su crisis con la derrota por 2-1 sufrida este sábado ante Pachuca en su propia casa.

Nuevamente hay que encomendarse a la verdad, a la sinceridad, la Fiera tuvo dos caras muy marcadas, una en el primer tiempo que denotó falta de compromiso y poca entrega, y otra en el complemento que la neta, puso todo lo que había faltado en la primera mitad. Huevos, por no decirlo de manera fina.

La verdad, aunque todo empezaba chido, el partido de este sábado podría calificar como una de las pesadillas más grandes en la vida del uruguayo Gustavo Matosas. Tres cambios obligados y una expulsión en los primeros 45 terminaron por destrozar las ideas de estrategia que el entrenador Esmeralda.

Del juego violento al exceso de tarjetas

Eso sí, es justo mencionar que el arbitraje no fue perfecto, complicó el  trámite del partido, y que los Tuzos, la neta, pasaron más tiempo en el pasto que jugando a la pelota.

Ojo, la neta esto no implica que sólo saltaron a la cancha para dejarse caer… bueno, parcialmente sí, pero también León presentó una cara completamente nueva, una llena de violencia, de patadas excesivas y de golpes que simple y sencillamente explican la cantidad de tarjetas amarillas que se sacaron durante el duelo.

Pero ya en temas de futbol, la neta no hay mucho que decir. Apenas con 22 minutos en el cronómetro, Hirving Lozano, sí, así se escribe… ¡no es broma!, marcó el primero para el cuadro hidalguense con un disparo fuertísimo que se clavó en la meta de Yarbrough y en el orgullo de los 11 Esmeraldas en el terreno de juego.

Justo tras esta jugada, para tratar de aminorar las consecuencias de sus errores, Iván Pineda fue el primero en abandonar el terreno de juego por lesión, ingresó en su lugar Arturo Ortiz.

Roja a lo “Aris”

Pero la mata seguía dando, esta vez al 32, Nacho González perdió la cabeza, trató de golpear a un contrario en la disputa por la pelota y se ganó la segunda amarilla (a lo “Aris”) para caerle temprano a las regaderas. En el cobro de la falta, Dieter Villalpando reventó el travesaño con su tiro.

Sin embargo, pese al aliento de la afición, que la neta demostró ese cierto amor incondicional que los agnósticos no llegan a entender, al 37 Lozano volvió a aprovechar un error defensivo de la Fiera para entrar solo al área tras una descolgada y conseguir el segundo para la visita tras cruzar a William con la pelota.

La situación con los Verdes era caótica nivel película de Hollywood en pleno clímax, la neta no había por donde y la verdad no había con qué. Todavía a cinco del final, Villalpando se volvió a poner loquillo y en otra jugada a balón parado estrelló la de gajos en el travesaño. Por cierto, William Yarbrough saldría lesionado también, ingresaba Christian Martínez.

Complemento de cambio

Algo pasó en el vestuario, Matosas estalló, seguramente, hubo regaños, hubo críticas, hubo golpes al orgullo, al honor. Y es que como si se tratara de otro partido completamente nuevo, los pupilos del uruguayo saltaron a la cancha llenos de actitud, salvo algunas excepciones como Marcos Caicedo, que desaprovechó otra chance para demostrar que el futbol sí es lo suyo… aún no se le nota.

Derley de Jesús Souza, José Juan Vázquez, Elías Hernández, José María Cárdenas, la neta de todos ellos en el complemento puede haber buenas críticas, los morros se la rifaron, le entraron directito a los guamazos y terminaron por hacer ver menos mal a un equipo que estaba agonizando.

Con 12 minutos en el cronómetro Carlos Peña aprovechó un revota defensivo de los Tuzos y consiguió el del descuento, la neta hubo más chances, pero no hubo más que decir. León intentó, casi murió en la línea, lo cierto es que murió, murió en la cancha y agudizó su crisis.

Hirving Lozano se rifó el doblete que le dio la victoria a los Tuzos.