¿Qué significa el rey Arturo para mí? fue uno de los primeros temas que me interesaron de manera drástica en la niñez, todo empezando por estar en la oficina hogareña de mi padre; mientras él estudiaba, solía poner su música, esta tradición (que de seguro siguió haciendo pero omitió a mi hermano y a mí por ser cada vez más latosos) estaba llena de una calma que podías percibir en el ambiente. Entre mis discos favoritos, yacía uno de Rick Wakeman: The Myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table, título un poco corto pero poco me importaba, su épica historia y estilo me dejó completamente marcado. Ese fue el Boom de mi búsqueda, debía buscar todo lo relacionado al rey Arturo.
Libros, comics, discos, películas, todo. Devoraba todo junto a mi hermano, que también obtuvo ese virus de la búsqueda Arturiana. Era tal nuestra fascinación que hasta diseñábamos campañas basadas en Arturo para Age of Empires (el dos, obviamente), pero una película de la que nunca tuve acceso, fue aquella de la que una vez leí en las revistas que comprábamos: Monty Python y el Santo Grial.
Cuando por fin la pude obtener, me encontraba frente a un gran tesoro: prácticamente había devorado todo lo del personaje hasta llegar a este punto, donde sería testigo de una película basada en uno de mis héroes literarios ¿Tenía miedo de que fuese a ser diferente a lo que era Arturo? claro que sí, cuando eres un fanático de hueso colorado, por lo general tiendes a volverte terco y huraño con un cambio que aparezca en una adaptación.
Recuerdo haberla puesto junto con mi hermano un sábado en la mañana, y tras el término de este último paso nos percatamos de que estábamos afónicos: habíamos presenciado la madre de todas las estupideces jamás concebida en nuestro plano existencial.
La película sigue al rey Arturo (Graham Chapman) acompañado de su escudero Patsi (Terry Gilliam) que se encarga más de traer unos cocos para hacer el ruido del trote de Arturo. Ellos están en busca de caballeros para poder ir a Camelot; tras reunir a Sir Bedevere “el sabio”(Terry Jones), Sir Lancelot “el valiente” (John Cleese), Sir Galahad “el casto” (Michael Palin), Sir Robin “el no tan valiente como sir Lancelot (Eric Idle), y Sir No aparece en esta película.
Cuando por fin llegan a Camelot, se dan cuenta de que es demasiado tonto, pues bailan y cantan todo el día. De la nada reciben un encargo de Dios (la voz de Chapman): ir en busca del Santo Grial; entonces el grupo va en busca del cáliz sagrado mientras se enfrentan a caballeros, monstruos, y demás estupideces.
Yo nunca había visto Monty Python, ni sabía del grupo cómico, es por ello que me pareció sorprendente el hecho de ver tanta estupidez en una película. No me mal interpreten, me refiero a estúpido porque una gran parte del humor de los Python es una embarrada de estupidez, pero una de calidad insuperable y tan graciosa, que es difícil de olvidar. Esta carga de humor se refleja desde los cuestionamientos inútiles e insoportables, pasando por situaciones totalmente absurdas. pero muy por dentro, la película es una obra de arte en cuanto a la comedia.
Uno de primer bocado recibe estos momentos tontos, pero también hay detalles en el fondo que no aprecias a primera vista, como ver repetidamente una mujer golpeando a un gato, o la situación de los castillos, o las tres lineas de texto de una carta que se vuelven eternas a la hora de leerlas en voz alta, te ríes de estos momentos, la película es como una pintura de el Bosco, detalles por doquier que nunca se te hará vieja; y en ocasiones entiendes la crítica que sutilmente aparece, como los cuestionamientos religiosos y a la monarquía, te quedas pensando en cómo existe un mundo donde la aparente lógica choca con la incoherencia de las situaciones, y de cómo un sujeto que anda trotando con su escudero haciendo ruidos de caballos puede desesperarse, si él está igual de loco que todos.
Todo Python funcionaba a la perfección por la gran química que el equipo tenía, se vuelve un maratón de sketches y personajes por doquier, y cada miembro le agrega un humor inigualable, ya es decisión personal elegir su representante favorito, y yo lo encuentro con Graham Chapman. Me parecía el sujeto más agradable, además de ser una especie de líder entre el grupo, de las 5 películas que hicieron, Chapman queda en un papel estelar, además de no quedarse atrás con otras apariciones. Aquí es un Arturo que trata de mantener el temple; valiente, noble, y el menos estúpido de todos, es fácil de seguir, y lo hacemos, nos sentimos impulsados a saber cómo terminará su búsqueda, aunque nunca digan para qué carajos quieren un cáliz, por mucho una de las representaciones más atrevidas del personaje.
Además de las grandiosas actuaciones, hay que recalcar que la película tiene elementos que hacen posible el creernos esta etapa del medievo. La dirección de los dos Terry’s es muy bien lograda, con los vestuarios y la selección de locaciones que por momentos le dan un misticismo hermoso, con esos castillos en la niebla, en conjunto saben en qué momento es necesario el chiste, o hacer más épica la escena con un tema musical de Trevor Jones. Además de tener las extrañas y tradicionales animaciones de Terry Gilliam que son de un estilo único.
Es complicado tratar de explicar el por qué funciona, cuando la vi terminé enamorado, y me hizo buscar más trabajos de Monty Python, siendo este a mi parecer su trabajo menos crítico y más enfocado a lo idiota, pero no por ello la que menos causa gracia. Es una de las comedias más influyentes de todos los tiempos, decir esto es ponerla junto a los dioses del tema, y con una muy merecida justificación; ha permeado el imaginario popular, es un referente de culto que puedes encontrar tanto en novelas, videojuegos, musicales y demás
¿y por qué no? sus personajes son entrañables, las situaciones se vuelven más hilarantes e impredecibles a cada minuto, parte de un guión perspicaz, y al final… todo es parte de un gran chiste formulado por auténticos expertos, hará que a muchos de ustedes les moleste (recuerdo que un amigo salió mentando madres tras verlo), pero he ahí la broma: Monty Python se burla de nosotros, lleva haciéndolo 40 años, y parece que se burlarán de nuestros hijos, nuestros nietos, y de los conquistadores alienígenas que busquen nuestros fluidos para sus licuados de cultivo de plantas.
Por eso, agradezco la situación que tuve, me encontré con una película que no era nada de lo que yo esperaba, pero me otorgó más para toda la vida… de cierta manera uno bebe del agua de este cáliz de la comedia, se vuelve parte de uno, y predica la palabra del “Imbecilismo”
Sabes que estás frente a una gran película cuando tiene la audacia de ponerse al nivel de “Los 7 Samurai” e “Ivan el Terrible” y no tomarte en serio, uno de los mejores trailers de la historia.