LEÓN SIGUE SIN GANAR, PERDIÓ EN CASA ANTE RAYADOS
LEÓN, GTO.- Pues nada… la única novedad del partido de la Fiera es que el estadio se llenó, porque en lo deportivo, la crisis sigue creciendo, nada se rescata, nada vale la pena. León perdió en casa por 3-1 ante los Rayados de Monterrey.
Y es que la verdad, a estos restos del Bicampeón, ya poco queda por criticarle y no precisamente porque rocen la perfección, sino porque tachan en la vergüenza. La noche simple y sencillamente fue tétrica para el equipo de Gustavo Matosas que poco a poco se aleja de la dirección técnica del equipo.
La neta, y en buen plan, León hace semanas que perdió el futbol y quién sabe dónde demonios lo dejó, porque ni de milagro se nota que ya lo haya encontrado; No hay idea, no hay trascendencia, no hay intensidad… no queda nada.
En su enfrentamiento de este martes ante los Rayados todo salió mal, todo. Apenas al minuto 16, Dorlan Pabón aprovechó la primera jugada de peligro para los Regios y vacunó a la Fiera por primera vez. No hubo movimientos en el marcador durante los primeros 45 minutos.
Interesante complemento
O el regaño de Matosas estuvo fuerte, o todo fue producto del convencimiento propio, pero León, por un ratito al inicio del segundo tiempo se animó a entrarle machín al wateke, producto de ello llegó el gol del empate al minuto 47 con un remate de Mauro Boselli tras una peinadilla de Nacho González. La afición estalló en júbilo sin suponer que la felicidad iba a ser catafixiada por la depresión.
Tras dejar ir un par de oportunidades importantes, Monterrey volvió a dar un golpe de autoridad bien dado. Y es que luego de un juego de manos salvajes entre Nacho González y Jesús Zavala en pleno cobro de un córner, donde el árbitro decidió amonestar a ambos, el zaguero leonés perdió la marca, y Zavala le ganó el remate para poner arriba a los Rayados por segunda vez en el juego.
Luego de la pifia, en un cambio disfrazado con tintes estratégicos, Nacho fue sacado del terreno de juego entre tibios aplausos y dos tres abucheos crueles.
Aunque otra vez llegaron oportunidades para la Fiera, una desatención defensiva en un contragolpe terminó por traducirse en el tercer golecín para el Monterrey. Lucas Silva desbordó como carterista del D.F., y sirvió nuevamente para Pabón.
El colombiano tuvo buen tino y consiguió el tercero para la visita, el gol definitivo, el que levantó a la afición leonesa de sus asientos… para encaminarlos a la salida. Esto está feo.