SAN NICOLÁS DE LOS GARZA, N.L.- No se trata sólo de llorar y decir que el arbitró echó a la Fiera de la liguilla (aunque fue un importante factor) porque a pesar de todo León se despidió de la fiesta grande con la cara al sol. Los Verdes quedaron eliminados en su duelo semifinal ante los Tigres tras perder por 2 goles a 1 (3-1 global).

Vamos a ser sinceros, León dominó al menos 70 minutos de juego, y cuando mejor empezó a funcionar hubo errores del central, César Arturo Ramos Palazuelos, que terminaron por afectar el rumbo del encuentro.

Los Verdes se pusieron arriba en el marcador apenas al minuto 16 con un golazo de Luis Montes, la Fiera sólo necesitaba un gol más para asegurar el pase a la final. Sin embargo, justo sobre el final de la primera mitad, André Pierre Gignac puso el del empate, no obstante el francés estaba en posición adelantada. El asistente no lo señaló.

Pese al empate, León siguió con el mismo estilo ofensivo para el complemento puesto que seguía necesitando sólo un gol más. Los pupilos de Javier Luis Torrente atacaron a los Universitarios con intensidad pero sin caer en la desesperación. Los Tigres se veían claramente superados.

Al 61′, los Verdes volvieron a llamar a la puerta de Nahuel Guzmán, primero con un remate al travesaño y después con un gol anulado porque el abanderado consideró que la pelota había salido del terreno de juego en el receptor, antes de que se sellara la anotación.

Consciente de que en cualquiera momento se le podía escapar el pase a la final, Ferretti envió a la cancha a Lucas Zelarayán quien un par de minutos más tarde conseguiría el 2-1 definitivo con un extraordinario tiro cruzado.

El marcador no se movería más a pesar de que la Fiera en ningún momento dejó de buscar más goles. Si bien el arbitraje fue un factor importante, hablar de él sería demeritar la labor de los Verdes en la cancha.

Tigres jugará una final más, el rival saldrá de la llave semifinal entre América y Necaxa. Los Verdes por su parte dan por terminado un torneo en el que iniciaron probando las mieles de la derrota, ocuparon el sótano de la tabla general, y terminaron rozando la gloria.