TIJUANA, B.C.- Pues nada… León cambió de parecer, cambió de actitud, cambió de estrategia y ahora carga con las consecuencias de todos esos cambios. Tras un partido que se complicó más de lo que debería, el Bicampeón del futbol mexicano cayó ante los Xolos de Tijuana por 3 goles a 2 para prácticamente decirle adiós a la liguilla. Hay esperanzas, e increíblemente aún hay posibilidades matemáticas de entrar a la Fiesta Grande, aún no se apaga la veladora.
Y es que seamos bien sinceros. Haciendo un análisis de esos que les llaman “en frío”, León mostró dos caras completamente diferentes tan sólo en los primeros 45 minutos: un real rostro sediento de victoria, de goles y de ganas de trascender, y otro de una Fiera en estado de shock, temerosa, sin puntería y sin ilusión alguna.
Como si hubiesen cambiado el chip en cuestión de segundos, como si se les hubiera olvidado la filosofía de juego que tanto profesaron dentro de la cancha, justo cuando más intensidad ponían buscando horadar la meta de Cirilo Saucedo, un error de marcaje entre Nacho González, con cierta colaboración de Jonathan Bottinelli y Edwin Hernández, terminó por regalarle el gol a los fronterizos gracias a un remate de Dairo Moreno.
Para colmo, luego de dos faltas que podrían calificar como innecesarias… tontas, para resumir, el propio González se ganó la tarjeta roja y terminó su participación en el trascendental duelo después de sólo 32 minutos.
Realmente, de forma completamente inexplicable, León bajó los brazos, entregó la victoria de manera tempranera, le dio la espalda al resultado positivo, y con ello, muy seguramente a su entrenador, Gustavo Matosas. Y es que realmente nada le salió al León, todo estuvo mal, la suerte simple y sencillamente no le sonrió a los Esmeraldas ni por error.
Uno de los errores más recurrentes en los primeros 45 minutos para la Fiera fue Marcos Caicedo. No es que queramos ser crueles, pero es de suponerse que, pese a los contratos vigentes, estos fueron los últimos minutos del ecuatoriano vistiendo la playera del León. Pasó de noche. Otra vez.
Reacción fortuita, descalabro anunciado
Cierto, para el complemento hubo una ligera, breve y casi imperceptible mejoría. León de alguna u otra forma se las ingenió para llegar un poco más a profundidad, pero sin éxito. Eso sí, aprovechando un bajón tremendo por parte de los Xolos, y una sonrisita de la suerte, muy de lejitos, al 68 “Gullit” Peña remató sin dirección para empatar el marcador gracias a un fortuito desvío de la zaga tijuanense. El 1-1 ya era una realidad.
Pero como entre gachos, el destino se pinta solo, un par de minutos más tarde llegó el segundo gol de los locales nomás para demostrar que, para León, hay malas noches… y cosas desastrosas como las que pasaron ayer en la cancha del Caliente. Luego de una mano clarísima de Derley dentro del área que no fue sancionada, Jonny Magallón metió la pelota en su propio arco para hacerse la versión norteña del harakiri.
Ya para reducir casi a cero las ilusiones Esmeraldas, Darío Benedetto aprovechó una descolgada en los últimos minutos del partido para encarar en completa soledad a Christian Martínez y marcar el tercero de la noche; Finalmente, para morir con la cara al sol, Mauro Boselli marcó su 12º gol del torneo para poner el 3-2 definitivo, este tanto, por cierto, lo pone como líder de goleo.
Juguemos al matemático, no apaguemos la velita, este último gol de la Fiera mantiene la diferencia en +2, sí, se requieren un montón de resultados, básicamente un milagro como el del Clausura 2014… donde los Verdes, curiosamente, consumaron el bicampeonato.
