GUANAJUATO, GTO.- Adriana Manzanares tiene 27 años y siete de ellos los ha pasado en el penal de Chilpancingo, en el estado de Guerrero.

Ahí paga una condena de 22 años por el delito de homicidio en razón de parentesco.

Sin embargo, hay quienes piensan que en realidad fue sentenciada por aborto.

Es por eso que su caso se definirá este miércoles en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gracias a un amparo promovido a su favor por el grupo de defensa de los derechos de las mujeres, Las Libres, y la banda de la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Según lo narrado por Verónica Espinosa, corresponsal de la revista Proceso en Guanajuato, Adriana fue abandonada por su esposo, quien migró a los Estados Unidos.

Con el paso de los años ella se relacionó con otro hombre en su natal Ayutla de los Libres.

Producto de esa relación Adriana resultó embrazada y luego abortó.

El hecho fue descubierto por su padre, quien junto con su tío, que en ese entonces era el delegado de la comunidad,  la presentaron ante el pueblo para que la apedrearan.

Luego fue puesta a disposición del Ministerio Público, quien la consignó por homicidio en grado de parentesco y por ese cargo fue sentenciada a 27 años, pena que luego bajó a 22.

La defensa de Adriana estima que la investigación pericial que se hizo en este caso no es suficiente como para sustentar la condena, por lo que ha solicitado inmediata liberación.

Esto no es nuevo para Las Libres y la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económicas, quienes ya en el 2010, en Guanajuato, lograron la liberación de nueve mujeres en circunstancias similares.