MÉXICO, D.F.- El poder del Internet ya surte efectos: el 9 de junio circuló y y se rápidamente viralizó un video donde se ve a un morra prender fuego a pequeño gato, en Aguascalientes.

En la grabación se ve cómo la mujer toma a un pequeño gato blanco, le vierte un líquido sin identificar y posteriormente trata de prenderle un cerillo.

“Métela al tambo, güey”, se escucha la voz de otra joven de 16 años que graba mientras la morra de 26 años intenta incendiar al minino. “Quítate, Daniel”, le dicen al niño que aparece en la grabación y que es hijo de la mayor de las mujeres.

Luego la madre de Daniel coloca un cerillo encendido sobre la espalda del gato y comienza a quemarse el pelaje del animal. No suficiente con ello, la mujer de 26 le tira más líquido contenido en una botella de “Coca” y la flama aumenta.

El gato huye despavorido y en el video se oyen las risas en medio del comentario: “te pasas de verga”.

En Aguascalientes la pena máxima por maltrato animal es de tres meses de cárcel o 34 mil pesos de multa, sin embargo, la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia también investiga el caso de la mujer de 26 años, por corrupción de menores pues su hijo presencia el acto.

Cunado el video se hizo viral, la Asociación Amigos Pro Animal de Aguascalientes localizó el domicilio de las mujeres y puso la denuncia ante la Procuraduría Estatal De Protección Al Ambiente (Proespa) y el Ministerio Público, donde los agentes y lo psicólogos se asustaron porque las chavas declararon que les pareció divertido torturar al gato.

Ana Victoria Zavala Enríquez, cofundadora de la Asociación, manifestó que este sería un importante precedente en materia de defensa de los animales, y que de ser declaradas culpables por maltrato animal, se trataría del primer caso donde alguien “pisa” la cárcel por este delito en México.

A propósito de este hecho, les dejamos esta frase del famoso escritor checo Milan Kundera:

“La verdadera prueba de la moralidad de la humanidad, la más honda (situada a tal profundidad que escapa a nuestra percepción), radica en su relación con aquellos que están a su merced: los animales”.
“La insoportable levedad del ser” (1984).