THE FRIGHTENERS (1996).
Extraño muchas cosas. Extraño el chicle que venía en empaques de curitas, las tarjetas de colección de superhéroes que canjeabas por corcholatas o que comprabas en tiendas de posters que se encontraban en el centro de mi ciudad, la trinidad sagrada de los cereales (Count Chocula, Boo Berry y Franken Berry), extraño la vieja casa de mis abuelos con su árbol de limones gigantes e higos y los maratones de terror que acostumbraba hacer en este mes mientras hacía casa de campañas con sábanas y anotaba detalles sobre las películas que veía… pero sobre todo, extraño a Peter Jackson.
Peter Jackson saltó a la fama y obtuvo el reconocimiento de la crítica cuando fue el corazón encargado de traer a la Tierra Media a la pantalla grande de manera exitosa en tres películas. Ganó incontables premios, e hizo que los “nerds” voltearan a ver a un director que como ellos, había comenzado con cosas vulgares, grotescas y violentas.
Pero ¡Oh, Dios! Eran las cosas vulgares, grotescas y violentas que el mundo necesitaba.
Mi infancia no fue la misma gracias a Bad Taste (1987) y Dead Alive (1992), películas que rayan en lo absurdo y que son prueba de que no todo se ha filmado, después de todo no siempre vez al legendario “mono rata de Sumatra” o a un grupo de extraterrestres que piensan cosechar carne humana para sus hamburguesas. Estas obras no buscan ganar un premio, o ser críticas ácidas a nuestra cultura, solamente están realizadas para soltar una risa eterna y es por ello que tienen miles de adeptos. Pero la naturaleza de un realizador en ciertas ocasiones dictamina que debe de enfocar sus esfuerzos a otras cosas, y en 2016 se cumplen 20 años de que Peter Jackson dejara por la paz al estilo que lo vio nacer.
En el pueblito de Fairwater hay una misterio que envuelve a los habitantes, o por lo menos cuando estos fallecen de maneras misteriosas. Nadie se explica el por qué y no hay patrón alguno más que la víctima haya fallecido por causas de un ataque al corazón. La gente tiene miedo y este miedo es perfecto para gente como Frank Bannister (Michael J. Fox) quien es un farsante que se hace pasar por investigador paranormal y limpia espectros. La gente lo toma por un bromista y oportunista pero resulta que Bannister tiene el don de ver espectros, a los cuales termina reclutando para que espanten las casas y así gane dinero; Bannister comienza a chantajear al matrimonio Linksey, pero cuando el esposo de este fallece por las mismas causas que rondan las muertes de Fairwater, Frank y la viuda Lucy (Trini Alvarado) comienzan a develar un misterio que incluye a un asesino serial que ha continuado su labor en el más allá.
The Frighteners –me rehuso a usar sus títulos en español, son TERRIBLES- en efecto, fue el último intento de Jackson por crear una película de humor negro y se pueden percibir varios cambios en su forma de dirigir. El más notorio es que la película juega más con el uso del cgi que, seamos honestos, ya no se percibe del todo perfecto en estos tiempos. Tienes a los espectros y su transparencia que funcionan muy bien pero cuando se trata del espíritu villanesco de telas y que se apropia de una pared o puerta, no se siente el volumen de este y sabemos que es sobrepuesto, por lo tanto no hay ilusión. Obviamente uno no puede ser exigente en este terreno, ya que Wetta acababa de nacer y eran inexpertos, pero sí se percibe que el jugueteo por parte del director fue para terminar de inmediato su primer proyecto en Hollywood.
Y podría ser un clásico, de no ser que es muy inconsistente. Es como si Jackson y Fran Walsh a la hora de hacer el guión tuvieran múltiples ideas que intentan fusionar sin darle el desarrollo adecuado. Y es triste esta falta de cohesión, porque por independiente cada idea es muy funcional.
Estamos acostumbrados a ver a Michael J. Fox con esa imagen eterna de Marty Mcfly, pero aquí aparece como un patán descuidado por el que no siempre sentimos aprecio, fue una decisión de Fox natural, (no sería la primera vez que intentase quitarse la imagen del chico de Hill Valley) pero aquí funciona y causa gracia ver cómo se las arregla a pesar de no ser una figura imponente y su baja estatura. Sus amigos espectrales, son un poco molestos. No porque la idea sea mala, pero son de una sola nota: El Juez (John Astin) hace chistes sobre lo viejo que es, Cyrus (Chi McBride) hace chistes de negros pues porque es negro y Stuart (Jim Fyfe) es víctima de las burlas de los demás porque es un nerd. A veces dan gracia, otras son molestos, pero no para terminar odiando la película, lo que logran es que uno piense que la relación de estos tres con su amigo es muy vaga, están por estar.
Lo que disfruto de la película, es hacia su segmento final. A pesar de volverse apurada, la película explota en un humor negro bastante perturbador. Jeffrey Combs siempre es un placer culposo, porque sus personajes rayan en la linea de la locura agraciada, el detective Milton Dammers es odioso, y a pesar de que haya sufrido tanto, no deja de ser un imbécil al cual quieres ver muerto. Y el giro de la pareja asesina serial, creo que es donde The Frighteners se vuelve incómoda, porque somos testigo de la masacre que ocurre por parte de dos sujetos zafados, interpretados maravillosamente por Dee Wallace -sí, la mamá de Elliot– y Jake Busey quien parece salido de un manicomio, igual que su padre.
The Frighteners fue un fracaso de taquilla. En parte porque Universal Pictures hizo caso omiso a las peticiones de Peter Jackson y Robert Zemeckis de que el proyecto se estrenara en Halloween. Su lanzamiento en pleno verano fue fatal y le hizo daño a la imagen de Jackson, quien se tardó unos cuantos años en volver a dirigir algo. Ahora lo veo triste y cansado, hacer películas de hobbits cuando el nunca quiso filmarlas me dejan pensando en si su chispa creativa sigue cálida. Sigue tratando de producir sus proyectos de ensueño y eso es admirable, pero Peter: si Hollywood ve con asco tu trilogía de Tintin ¿podrías volver un día a las tripas y chistes obscenos? Yo te lo agradecería.