LA NOCHE DEL CAZADOR
La primera vez que vi La Noche del Cazador era un niño, quizás por eso me impactó tanto.
Recuerdo haberla visto después de ¿Cómo matar a un ruiseñor? (Robert Muligan, 1962). Siempre me ha parecido curioso, y me quedo pensando en el por qué la decisión de pasar una seguida de la otra: una tiene a un grandioso héroe, y la otra un terrorífico villano, lo que tienen en común es que en las dos obras el punto de vista principal ante la trama y los problemas, son niños… y no hay nada más aterrador que el desconcierto de un infante ante lo que le sucede.
Quiero creer que esa fue la razón de la doble función, quizás fue una mera y mundana coincidencia, coincidencia que siempre estaré agradecido de haber sufrido.
El río Ohio tiene una pequeña comunidad que apenas está surgiendo con una aparente urbe en medio de la vegetación, con dicho río como principal punto de vista del poblado; unos niños juegan a las escondidas afuera de una casa; el joven que debe estar contando termina rápido y se dispone a buscar a sus amigos, encuentra de inmediato uno, que no se escondió, y está pasmado del terror que está frente a él: un cadáver.
El perpetrador de este crimen, se llama Harry Powell (Robert Mitchum). Verán, Powell es un hombre con una misión, una misión divina, su único amigo es Dios y comprende que lo que hace con las atrocidades en este mundo llamadas “madres solteras” es algo justificable, pues el libro del Señor es un libro lleno de violencia, y sólo él lo comprende; lleva tantos asesinatos que ya no recuerda cuántos lleva, siempre con la intención de quedarse con el dinero de sus víctimas.
A punto de cumplir una fechoría más, Powell es arrestado por usar un auto robado, y tiene una sentencia de pocos días. Por otro lado, Ben Harper (Peter Graves) llega apurado a su casa, donde sus hijos John (Billy Chapin) y Pearl (Sally Jane Bruce) están jugando en el patio; al recibirlo John, nota que está sangrando, y que tiene un montón de dinero en sus manos. Apurado, Ben busca dónde esconder el dinero, pues sabe que no le queda mucho tiempo antes de que la policía llegue a atraparlo, así que esconde el dinero en una muñeca de Pearl, y les hace prometer que por nada del mundo le dirán a alguien dónde se encuentra el dinero. La policía llega y apresa a Ben, mientras su familia es testigo de cómo lo golpean y someten.
Por asalto, y asesinato de dos personas, Ben tiene pena de muerte, y mientras espera ese día, comparte celda con nada más ni nada menos que con Powell; en una ocasión, mientras Ben duerme, murmura sobre el dinero y los niños, cosa que le llama la atención a Powell, quien espera pacientemente su salida para buscar su nueva presa: La viuda Harper y los dos niños.
Como mencioné antes, la película tiene por protagonistas a los dos niños y a través de ellos son el cómo vemos su vida en el poblado y sobre todo, el cómo ven a Powell; los dos niños que encarnan a John y a Pearl son fabulosos. El personaje de John es hábil en este juego del gato y el ratón que Powell maneja con maestría, desde el principio no cae en sus garras, y siempre está dispuesto a cuidar más a su hermana, porque por el lado de su madre, hay un rechazo que tiene con ella. John siente más (o sintió) por su padre, y es por ello que la promesa del dinero es inquebrantable, además de ser lo único que su padre les dejó, por ende, su último recuerdo.
Pearl es una chiquilla tonta, pero inocente, a ella le cuesta trabajo creer que una persona como Powell pueda ser un monstruo, y siempre pone en riesgo a John y al secreto del escondite. Contrario a lo que podría pensarse, no es un personaje molesto por su inutilidad, más bien, comprendemos que ella no ve el mundo de la misma manera que John, por lo tanto le es difícil el entender que existen verdaderos monstruos en la vida real.
Y qué monstruo es Henry Powell.
Para empezar, es un personaje que utiliza el miedo a Dios como su arma secreta, siempre con los extremos de Amor y Odio, con esto convence a la gente y los hace sus pastores, él sabe de su facilidad de convencimiento entre los adultos, y sobre todo en las mujeres. De apariencia elegante e imponente, hace a todos partícipes de su juego en el que él es inocente.
Pero sin séquito, sin confianza, y con sus planes revelados por los demás, la apariencia gentil se vuelve en un hombre alto, corpulento, y con unos ojos que devoran, en estos momentos, las expresiones de su rostro se vuelven agresivas, y deja entrever al puño del odio, dispuesto a actuar sobre los demás. Es una excelente actuación de Robert Mitchum, que tristemente ha sido olvidada por muchos y nunca tuvo el reconocimiento que merecía, al igual que la película; gracias al cielo, las futuras generaciones comienzan a apreciar la gran actuación de Mitchel, y catalogando a Henry Powell como uno de los mejores villanos de la historia del cine, y con justa razón.
Probablemente ese fue el clavo que hizo que la película no tuviese el reconocimiento que merecía: era muy adelantada a su época. Retrata a un fanático religioso que utiliza la fe como su arma, y encima de eso es un asesino serial… hablamos de una película de 1955, mucho antes de Alfred Hitchcock y su Psicosis, que también fue vista con ojos alarmantes.
La noche del cazador es una película tensa de ver, tenemos miedo por lo que este monstruo le haga a los niños, y genera un gran suspenso por su ritmo y gran cuidado estético, lo que la hace además, una película hermosa de ver, no diré mucho sobre las escenas, pues estas son fascinantes de ver, y a la vez, generan un miedo increíble. La decisión de Laughton fue la de evocar el ambiente fílmico de la época muda y el expresionismo, es por ello que está plagada de sombras, contrastes en los personajes, y los movimientos sobre todo del personaje principal evocan a esa época.
Es una auténtica película de terror, y tiene el tratamiento de un auténtico monstruo; es una película que se guía por el lado de la visión de los niños, que tiemblan cuando piensan en el hombre del costal o el coco…. Powell es ese ser aterrador, enemigo de los niños y dispuesto a matarlos sin pensar en qué dirán de ellos, esto lo hace ver más como un ente maligno, y hay momentos en los que su brutalidad explota, al grado de casi rugir y acechar en la oscuridad. Y si a esto tomamos en cuenta una escena en particular que nos evoca a la ira de los aldeanos en los filmes de universal, puede que mi teoría sea cierta.
La recomendaré siempre, sobre todo a los niños; ellos sienten de inmediato la conexión con la historia, y para nada es aburrida. De igual manera La noche del Cazador también puede aterrar y fascinar a los adultos, pues volvemos a ser los niños inocentes y temerosos de antes, es posible que uno grite más que los pequeños en frente del televisor, o exprese más su emoción. Eso la hace una película que perdurará por años y generaciones por venir.
http://youtu.be/e5AKK_om1VU