LEON
Clímax

LA MASACRE DE TEXAS

El cine de terror siempre está lleno de momentos históricos; podemos revisar la línea del tiempo del género, y siempre habrá un antes y un después en todas las épocas. Lleno de controversia, éxito, repudio, quizás el momento más notorio de los tiempos modernos sucede con una película que hace que las demás tiemblen, o por lo menos eso hace pensar tanto a críticos como a la audiencia

Una película que se ganó la reputación de ser la más horrenda de la historia, de hacer que la gente vomitara, saliera de las salas de cine, y llorara. Y todo esto con tan sólo el título: “La masacre de Texas”.

Vemos al inicio de la película un texto donde se nos informa que lo que estamos a punto de presenciar, es verídico, seguido de pura obscuridad, y unos ruidos extraños; ocasionalmente escuchamos el flash de una cámara, poco a poco revelando a lo que se le está tomando foto; la escena culmina con el “arte” formado con cadáveres que alguien está dejando por  todo Texas.

 

La revelación del "arte", es uno de mis momentos favoritos del género. No sabes qué está sucediendo, sólo escuchas ruidos de alguien, además de un flash de cámara que le produce una inmensa satisfacción a este anónimo artista.

La revelación del “monumento”, es uno de mis momentos favoritos del género. No sabes qué está sucediendo, sólo escuchas ruidos de alguien, además de un flash de cámara que le produce una inmensa satisfacción a este anónimo artista…muy, perturbador.

 

Después de esta extraña secuencia, conocemos a nuestros protagonistas, un grupo de amigos que viajan en una camioneta por la carretera de Texas; este grupo se dirige a la casa de los familiares de Sally y Franklin, hermanos del grupo. Además de visitar la casa, quieren saber si la tumba de su abuelo ha sido profanada por estos vándalos artistas de cadáveres.

Mientras se dirigen a la casa, recogen a un sujeto que camina por la carretera. El sujeto es extraño, y poco a poco incomoda a los muchachos, los cuales lo sacan del auto en el momento en el que ataca a Franklin. Huyen del lugar mientras el sujeto golpea el auto y lo embarra de su sangre, preocupados y algo alterados por el encuentro con este sujeto, se dirigen a la casa.

Al llegar, se dan cuenta de que está completamente abandonada, y está en medio de la nada (o eso parece), un aire desolador invade el lugar, y conforme se van adentrando, parece ser que tienen vecinos, pero estos no son exactamente amables.

La película, contrario a la leyenda que se le hizo, y el boca en boca del público, palidece en cuanto a violencia, salvo una escena completamente explícita de gore, bien podría pasar a ser una película para un público más juvenil (y esa era la intención, Tobe Hooper intentó que la película tuviese un “PG” es decir, para todo público, cosa que no sucedió). Entonces ¿Qué es lo que hacía temblar a la gente en ese tiempo?

varias cosas.

Para comprender mucho de la importancia de la Masacre de Texas, tenemos que pensar en esa época; claramente el anuncio que nos indica que el filme está basado en hechos reales, espanta, nadie hubiese esperado a que esto sucediera en una película de horror. Ejemplos de películas basadas en libros (inspiradas en hechos reales) aparecían desde los inicios de la década, pero nunca algo tan perturbador que juraba ser un hecho real. Eso engancha al espectador a ver qué clase de crímenes atroces se cometieron, después de todo, la película se llama “La Masacre de Texas”, no es exactamente un paseo en un campo de flores.

Lo segundo, y que todavía se traslada muy bien hasta nuestros tiempos, es su ritmo frenético; en ocasiones la película tiene un look bastante barato, pero juega con nuestras percepciones. Por momentos la cámara se vuelve un personaje más con los adolescentes, sobre todo a la hora de mostrar lo grotesco. Esto también es muy bien logrado por los cortes rápidos de edición, nos desorientan y nos hacen sentir incómodos. Particularmente en la escena de la cena con la familia de Leatherface, los cortes son rápidos, los ruidos aumentan, los gritos de desesperación son nuestra banda sonora, y tenemos vistazos rápidos a los familiares, a los ojos, y todo eso en segundos. Es en este punto en el que la película se vuelve 100% aterradora, y ese look barato se vuelve un look sucio, y muy bien cuidado, ya que nos da náusea.

 

Haciendo de tus comidas dominicales con toda la familia, menos grotescas.

Gracias a esta secuencia, comienzas a pensar que tus comidas familiares son menos grotescas de lo que realmente son.

 

Y Leatherface…bueno, es de los monstruos más emblemáticos del cine; su aspecto tosco y enorme nos recuerdan a Karloff y su monstruo de Frankenstein (que, como en cualquier reseña que lo mencione, siempre tengo que reiterar que no está mal decirle Frankenstein). Claro que este, no está compuesto de múltiples cadáveres, pero comparte la semejanza con su máscara compuesta de sabrá cuántos hombres. Es amenazador, perturbador, y su primera aparición es toda una sorpresa, pues…además del póster, no hay una indicación de que un sujeto así saldrá en la película, y menos de una forma tan inesperada.

 

Leatherface, al igual que la película, es un completo enigma: no sabemos quién es, o por qué hace esto. Resulta bastante efectivo el mantener ese aire de misterio, pues nos deja de importar para saber cómo podríamos sobrevivir.

Leatherface, al igual que la película, es un completo enigma: no sabemos quién es, o por qué hace esto. Resulta bastante efectivo el mantener ese aire de misterio, pues nos deja de importar para saber cómo podríamos sobrevivir.

 

La película se beneficia de los villanos, algo que hasta la fecha el género toma como primera enmienda; en La Masacre de Texas, nos encontramos con una galería de excéntricos muy peculiar, desde Nubbins, quién desconcierta con su locura y poco sentido común, su hermano Leatherface, quien es el que realiza los asesinatos, y de un modo extraño cumple el rol de la mujer en la familia, su padre, un viejecillo con modales, y el abuelo…que es cuando la película rompe el molde de lo realista y se vuelve al punto total de lo grotesco. Esto no es malo, es justamente la intención, Tobe Hooper tiene un sentido del humor peculiar en la película, y que en la única secuela oficial, daría rienda suelta. Por lo menos en esta entrega, el humor explota como olla express hacia el final de esta.

Sí la considero esencial para cualquier amante del género, también la considero influyente, y es de mis películas favoritas…pero no por ello adoro totalmente lo que tiene; es un estigma personal, pero el personaje de Franklin es aborrecibile, el punto de ver a un hombre parapléjico en el viaje es el de dar lástima o generar empatía de un personaje tan patético, pero se vuelve demasiado molesto por ser quejumbroso, y por no ayudar en nada…aunque parece ser que la película entiende mi problema y me gratifica de manera mórbida.

E involucra orina.

Involucra orina.

 

Se debe de  ver, me parece más impactante cuando te pone a pensar. En lo personal me pasó; estaba en la carretera rumbo a nuestra ciudad, de niño, volteando a ver el paisaje, cuando de pronto encontré casas de descuidada apariencia, afuera de una de estas, yacía un hombre sentado en los escalones; me volteó a ver, como si tuviese un radar localizador de pequeños entrometidos, y quedó serio ante la situación…pero nunca quitó los ojos amenazadores de mi presencia. Puede que sólo haya sido una coincidencia, pero me dejó pensando en su vida, en lo que hace, y si de alguna forma…esto incluye una motosierra como principal herramienta de trabajo.

Porque los monstruos, desgraciadamente, existen.

 

Por cierto, la restauración de la película por su 40 aniversario está de rechupete.

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