URUAPAN, MICH.- El padrastro de Érika Kassandra Bravo Caro, la joven enfermera asesinada en el municipio de Uruapan y desollada del rostro, confesó haberla torturado y asesinado el 3 de diciembre, es decir, tres días antes de que fuera localizado el cuerpo de la joven, informó el procurador de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro.
El fiscal dijo que la Procuraduría ordenó la detención de Daniel Mendieta Sainz, de 42 años, “quien confesó haberla golpeado en reiteradas ocasiones y provocarle diversas lesiones en el cuerpo”.
Explicó que Mendieta Sainz mató a Erika luego de intentar abusar sexualmente de ella y forcejear por varios minutos, pues durante las investigaciones se reveló que, de acuerdo con testimonios de varios amigos de la joven de 19 años, su padrastro ya la había violado cuando tenía 15 años.
Al respecto, de acuerdo con los datos proporcionados por el procurador michoacano, el detenido detalló haber asfixiado a la joven para después meterla en la cajuela de un vehículo, y así, llevarla al lugar donde fue localizado el cuerpo de la víctima.
Agregó que algunos cabellos encontrados en la cajuela del automóvil de Murillo y vegetación que se localizó en la ropa del propio padrastro, fueron indicios para sospechar de él.
Érika en su fiesta de 15 años.
