FORTALEZA, Brasil.- ¡Dios bendito sacrosanto y redentor! hay que insistir: ¿Dónde demonios estaba este equipo? Sí, no hay que ofuscarse, Brasil fue mejor en el terreno de juego, pero lo que hizo México al conseguir un empate en el partido que ya se daba por perdido “en el papel”, fue monumental, fue sublime. El Tri sumó un punto de oro ante el “scratch” en su segundo juego en la Copa del Mundo con todo y el mejor partido en la vida de Guillermo Ochoa.

Y es que la verdad, el cuadro del “Piojo” Herrera le cantó un tiro frontal a los mismísimos pentacampeones mundiales que, aunque fuertes dentro de la cancha, nomás no se pusieron las pilas para clavarnos el de la ventaja. De verdad, bendito Memo, se la debemos completita.

Inicio duro

Tras los primeros 15 minutos con un dominio parcial para los locales, México se puso chido defendiendo el honor y vendiendo cara la derrota con sus respectivas aplicaciones de la chilanguiña vía dos tres leñazos para consumar el “estate quieto” de ley.

La neta, uno de los que más trancazos se llevó fue Neymar que por cierto se alzó luego de burlarse al “Maza” como si se hubiese llevado al más fuerte y técnico de los defensores, alguien debería decirle quién demonios es Rodríguez.

Desde el medio campo mexicano, Héctor Herrera sorprendió a todo Brasil, con un disparo de larga distancia que exigió a fondo Julio César, cancerbero brasileño, que se lanzó impresionante para tapar su arco. Nomás que México no se quedó con las manos cruzadas, el Tri le dio chance a los cariocas para demostrar que acá también había portero.

Una jugada más tarde Paco Memo demostró andar chido y salvó su meta del remate de Neymar con un vuelo a la derecha para negarle a todo el Castelao la chance de estallar en un grito al unísono que ya se comenzaba a escuchar.

Brilla Ochoa

Todavía en la agonía de la primera mitad, Memo “Su Majestad” Ochoa salvó otra vez los nuestros con un encare solitario ante una tripleta de jugadores brasileños que aprovecharon el regalito la zaga nacional. No cayó el gol gracias al Santo Niño de Atocha, San Pascual Bailón o gracias al santo de su devoción. Para el complemento la historia sería básicamente la misma.

El cuadro mexicano agarró el papel de dominador para el segundo tiempo, se puso guapo y comenzó a darle un bailecito suave a Brasil, era una marchita lenta, un danzón romanticón, un son bien jarocho, era un baile pues. La neta eso se celebra, fueron 10 minutos de dominio claro, sí, pero podríamos apostar a que fueron los minutos más felices del mexicano promedio.

¡Grande Memo! Gracias

¿Cómo le suena un boulevard llamado “Paco Memo Ochoa”? ¿Se imagina al arquero como Presidente de la Nación? Porque mínimo ya tiene millones de votos asegurados.

Y es que el cancerbero del Tri literalmente ya se merece un lugar en los libros de historia, fue el héroe del partido y el ídolo de todo un país, fue el responsable de sumarle un punto más a México y acercarlo a la posibilidad de calificar a una segunda ronda, la neta, inesperada.

Mire, seamos claros, ni se caliente ni se entuma, la conclusión es bien simple: México le jugó al tú por tú a un favorito para coronarse como campeón del mundo, México le jugó de frente a uno de los equipos más grandes a nivel mundial. Esto obviamente no nos pone a su nivel… pero a ver, atrévase a bajarnos de la nube, ¡cálele! ¡ándele!

Fotos: IMAGO 7/AP