MARSELLA, FRA.- La última semifinal de la Euro 2016 nos ha dejado dos noticias, una buena y una mala. La buena, es que ya no va a batallar tratando de pronunciar correctamente el nombre del alemán Bastian Schweinsteiger. La mala, es que ya no necesita practicarlo ni aprenderlo, porque Alemania quedó eliminada de la competición a manos de Francia al son de un 2-0 con doblete de Antoine Greizzman.

El juego fue intenso, y demostró una vez más que los partidos se ganan dentro de la cancha y no antes de jugarlos; Alemania llegó a la grama del Stade Velodrome como claro favorito a pesar de la localía del cuadro francés, sin embargo bastaron dos errores propios (muy bien aprovechados por Greizzman) para acabar con sus ilusiones de un título en esta justa.

Los primeros 44 minutos de partido fueron dominados por los pupilos del más raro de los entrenadores a nivel mundial, Joachim Löw, sin embargo un tremendo error de parte del impronunciable Bastian (Ctrl + c, Ctrl + v) Schweinsteiger, terminó por darle ventaja a los de casa.

El alemán decidió golpear la pelota con la mano de forma inexplicable ante los ojos del árbitro al minuto 45, por lo que no hubo dudas para sancionar la pena máxima que fue perfectamente cobrada por Greizzman.

Para el complemento, los germanos volvieron a salir a la grama del pletórico inmueble con actitud de triunfo, pero sobre la marca de los 70 minutos de juego, un nuevo error alemán dejó a Francia de cara al gol. Nuevamente Antoine Greizzman estuvo a la orden para empujar hasta el fondo de las redes la pelota que perdió la zaga alemana dentro de su propia área.

El 2-0 era definitivo, aunque Alemania se quedó cerca de descontar todavía en el tiempo de reposición, sin embargo no hubo tiempo para más.

El triunfo de Francia tomó tintes históricos debido a que ésta es la primera vez en la historia de un duelo oficial que la selección gala se impone a la germana. Ahora, los locales deberán buscar la felicidad de toda su nación este próximo domingo cuando se midan a Portugal con todo y la máxima joya del modelaje de ropa interior masculina: Cristiano Ronaldo.