NAIROBI, KENIA.- Miles de kenianos marcharon para honrar a las 148 personas que murieron en el ataque contra la Universidad de Garissa, y exigir mayor seguridad y una indemnización para las familias de las víctimas: 142 alumnos, tres policías y tres soldados; el gobierno decretó tres días de luto.

La multitud además protestó contra el gobierno por su incapacidad de garantizar la seguridad, tras la matanza perpetrada por la milicia islamista somalí Al Shabab, el jueves pasado, bajo la orden del profesor Dulyadin Gamadhere o mejor conocido como Muhamed Kuno, por no saberse el Corán.

Primero decapitaron a los universitarios que reconocían su fe cristiana. Quienes dudaban fueron sometidos a un test sobre el Corán. La matanza en la universidad es la más grave en Kenia desde los atentados de 1998 contra la embajada gringa en Nairobi, perpetrada por Al Qaeda, en los que 213 personas murieron.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha prometido llevar ante la justicia a los atacantes de la universidad y tomar represalias de “la manera más severa” por esta “matanza medieval bárbara”.

Cinco personas han sido detenidas e implicadas en el ataque, dos en la universidad y otras tres que presuntamente “coordinaron” la matanza y pretendían huir a Somalia.

Ahora, Al Shabaad profetiza nuevos genocidios contralos cristianos. El sábado cinco de los terroristas fueron abatidos por soldados keniatas, y sus cuerpos fueron paseados por las calles de Garissa para que la gente los apedreara y escupiera.