LEÓN, GTO.- Se necesita tener bien fajados los pantalones para producir un video o clip musical recurriendo a una choteadísima convención; en un punto de vista personal, cuyo peor defecto consiste en la sobreexplotada puesta en escena fuera de cualquier contexto; recreaciones donde por lo usual ponen a cantar a los ejecutantes dando por resultado un descriptivo acartonamiento. Esta tendencia por desgracia constituye una de las “narrativas” más socorridas en esta forma de expresión emparentada con la narración fílmica.

Aunque existen las excepciones de rigor: de consumo directo por el Facebook y el Youtube, Alive de la autoría de los denominados Candy Colors, tranquilamente se puede catalogar como la producción audiovisual de mayores recursos en la todavía incipiente industria audiovisual leonesa fusionada con la escena musical, chavos que en el sonido apostaron en lo inmediato sobre las texturas, la armonía y hasta la melancolía sombría de algunas composiciones de Placebo como influencia palpable.

Pero a diferencia del track, el video desprende una inventiva en una onda minimalista. Gran parte tiene que ver el arsenal del lenguaje utilizado por el realizador; un tipo que sabe de cine y que le saca todo el partido posible a la elaboración vectorial de los instrumentos que le aportan un airecillo raro, bien alucinado, gráficos que evocan ipso facto a los creados en el filme Stranger than Fiction de Marc Forster; instrumentos que van cambiando de textura y densidades y que supusieron largas jornadas en el diseño amén del trabajo en el montaje, por muy sencillo que parezca o se vea en pantalla. Aunque de repente ese teclado parezca levitar con vida propia y ponga en aprietos a las manos de su ejecutante, un pecadillo venial.

Este divorcio formal entre sonido e imagen propicia que la representación de Pons se coloque muy por encima de la canción, a pesar de una notable sincronía con las acciones y que siendo una exposición fragmentada, la noción de la continuidad oculte las costuras del raccord otorgándole una fluidez placentera. Vaya, el video es sorprendente de principio a fin tanto por su factura técnica como por la lejanía de la artesanía de la producción local que hace ver a Alive más de lo que es.

Si bien el clip manifiesta las virtudes de un narrador competente, no se cumple el desafío de ver en un plano abierto a toda la banda con sus instrumentos inmateriales, finalmente una propuesta sónica de ambición internacional debido a la elección del idioma inglés como base para la construcción literaria. Es de esperar que en el futuro, los bilingües de Candy Colors adopten una personalidad en lugar de jugar a la mímesis; talento parece que lo tienen, domino técnico hasta no apreciarlos en vivo. Finalmente imitadores y fusiles hay de sobra por todos lados.

Candy Colors son:

Juan Loredo, Vocalista

Hermann Stoever, Bajo

Ivo González, Percusiones

Daniel León, Guitarra

Diego Barrera, Guitarra

Oscar Preciado, Teclado