Cuando una carrera deportiva llega a su fin, es difícil y triste dejar ir esa parte de la vida.

El deporte, para muchos, los ha acompañado prácticamente desde que empezaron a caminar, y si a esto se agrega que lograran éxito a niveles importantes, la despedida resulta más complicada.

El atleta merece entonces, en ese importante y amargo paso, un empujoncito de las autoridades deportivas de su disciplina.

Si tiene los méritos suficientes se ha ganado un evento organizado especialmente para darle las gracias por su contribución al deporte y al reconocimiento que su municipio, estado o país haya logrado con su desempeño.

¿Por qué será que las más de las veces estas cosas funcionan distinto en México?

Y DICE UNA
Se va Cuauhtémoc Blanco de la selección, en el partido amistoso en el que México enfrentará a Israel en el estadio Azteca.
El juego servirá como despedida del Tricolor de México, antes de partir hacia Brasil para sus últimos juegos de preparación y su participación en el Mundial.
Y en ese marco, con un lleno garantizado en el Coloso de Santa Úrsula, ‘El Temo’ también dirá adiós a la playera de la selección.
A mí, el Hijo Predilecto de Tepito jamás me cayó bien, pero debo reconocer que el tipo dejó de ser el curioso pandillerito que en su inicio cobijaron en el América para convertirse hacia el final de su carrera en un auténtico líder.
Me parece que la despedida que le harán al ‘Temo’ fue más rápida que una sopa Maruchan. Cuauhtémoc merecía un marco como el que se espera mañana en el Azteca, pero en un partido especialmente diseñado para él.

Y DICE DOS
Muchos jugadores mexicanos han acumulado méritos suficientes para recibir juegos de despedida con honores, pero a la Federación Mexicana de Futbol eso parece pasarle de noche.
Los dioses del Olimpo panbolero azteca, en cuanto cruzan la puerta de entrada a las oficinas de la Femexfut, se olvidan que los que juegan son personas que dan su tiempo y su esfuerzo, y muchos a veces hasta su vida y sus familias, por destacar en este deporte y por poner en alto el nombre de México.
Allá adentro del edificio de la colonia Condesa, la vida transcurre como en otra dimensión, como en otro canal.
No se trata de estar organizando cáscaras para agradecerle a todo el mundo por ponerse la del Tricolor, pero sí debería existir un comité que pudiera evaluar quiénes podrían ser objeto de un homenaje y organizarles el jueguito, que además de interesante como tributo, bien planeado les reflejaría seguramente una excelente tajada en las taquillas.
Pero hablar con los dioses del panbol azteca es como explicarle matemáticas a una tortuga.

Y DICE TRES
Ya se acercan las vacaciones y los escuincles escolapios invadirán las casas, tomarán posesión de los sillones, de los controles de televisión, y no cederán ni un milímetro, se luche lo que se luche y se haga lo que se haga.
Las caricaturas, los pleitos, y los berrinches convertirán los próximos dos meses en la ‘Casa de la Risa’ cada uno de los hogares. Bullying casero contra papás y abuelos.
Te propongo algo, tú que me estás leyendo y que conoces el drama vacacional, el eterno berrido del chamaco chillón…: ¡Cánsalos! Sí, cánsalos, llévalos a hacer ejercicio, a aprender y practicar un deporte, a que desfoguen esa energía.
Las unidades deportivas y algunas otras organizaciones cuentan con planes vacacionales, para que los niños se diviertan y aprendan durante las vacaciones, y para que los papás disfruten al menos de un ratito la paz de sus hogares.
Y si se me permite el comercial, te propongo otra cosa… acércate con nosotros para que aprendan a jugar tochito bandera. Te garantizo que se van a divertir y que este deporte se convertirá en parte de sus vidas de aquí en adelante.

NO ES POR AMARRAR NAVAJAS…
Pero si a mí se me permitiera organizar el juego de despedida de ‘El Temo, sería contra Trinidad y Tobago en el Azteca, y con Ancil Elcock en la alineación como un especial regalito para ‘Cuauh’.