EL TÜI NO SOLO CAMBIARÁ SINO MEJORARÁ LA VIDA DE CIENTOS DE FAMILIAS
LEÓN, GTO.- “La discapacidad no te define, se define en cómo haces frente a los desafíos que la discapacidad te presenta”, dice la esposa del Alcalde, Lula Solís Padilla, presidenta del DIF Municipal, institución que pugnó con otras dependencias e instituciones por hacer realidad el Transporte Urbano Incluyente (TÜI), que pone a la vanguardia a León en el país y América Latina.
Muchos programas se pueden referir como acciones que cambian la vida de las personas, pero ninguno como el TÜI que transforma y mejora la vida de quien que más lo necesita porque forma parte de sectores más vulnerables.
Con tres testimonios, de dos personas con discapacidad y un operador del TÜI, nos acercamos a ponernos en los zapatos de quienes participan en este programa que irá creciendo, conforme se vaya necesitando en la ciudad.
Los ocho vehículos adaptados trabajan en 16 rutas distintas y llegan a las cinco estaciones de transferencia del SIT más cercanas de donde viven los beneficiarios; cada unidad puede transportar hasta cuatro personas en sillas de ruedas y otras cuatro en asientos, todos con cinturones y medidas de seguridad; y se prevé que sean unas mil 200 personas las que de inicio usen este tipo de transporte diariamente.
LETICIA, MADRE, TRABAJADORA Y DEPORTISTA DE PARALÍMPICOS
“Soy Leticia Miranda, yo tengo 41 años de edad, tengo secuela de mielimeningocele (MMX, que es una masa quística formada por la médula espinal y que afecta a la columna vertebral), tengo un hijo de 12 años, ya pasó a segundo de secundaria.
“Para mí esto representa un gran avance en León, porque a los que vienen atrás, a los más chiquitos, chavos, nuevas generaciones ya van a hacer su vida normal, porque como dijeron en el presídium, no pedimos nada regalado, no queremos estirar la mano, simplemente que nos acerquen los medios, para mí esto es un gran avance”.
Ella trabaja en la Comisión Municipal del Deporte y dice que sí se lleva más tiempo, gasta más dinero en el taxi o en la gasolina y ahora con el TÜI ya va a moverse más rápido y sin gastar tanto dinero.
Dice que con la silla de ruedas se va a poder poder mover y llegar a la Estación Delta, “tomar el camioncito TÜI y llegar hasta mi casa que es en Maravillas, lo único que vamos a ver son los horarios”.
En cuanto a deporte dice que ella llegó a la Comude a los 17 años de edad, porque jugaba basquetbol, en donde fue seleccionada nacional por más de seis ocasiones. Ahora aquí en León se está conformando el equipo de básquetbol y van en quinto lugar, peleando por mejorar, como es ella, luchando siempre por salir adelante.
RICARDO CASTRO ESTÁ FELIZ PARA QUE SU MAMÁ NO LE BATALLE TANTO CON ÉL
Ricardo Castro Rocha. De 14 años de edad es un joven que se siente feliz porque salió en los videos promocionales del TÜI. Su sonrisa enorme se combina con el recuerdo de todo lo que tiene que hacer y lo que su mamá tiene que hacer por él: “Yo le batallaba pa’ jugar, y mi mami ya está muy cansada de cambiarme, de bañarme, de todo y yo tengo distrofias musculares, y nomás, le echo muchas ganas, mi mamá también, ella es mi ángel de la guarda, pero ya está muy cansada”.
Pero el TÜI comienza a cambiarles la vida. “El transporte está bien cómodo, con aire, se siente bien a gusto, ¿qué más?”
Elvia Rocha, mamá de Ricardo, dice que este transporte es una nueva oportunidad para las personas, para que puedan trasladarse a lugares diferentes y que le va a ayudar mucho, sobre todo en cuanto a no pagar el taxi, que les cobra 250 pesos, para ir a las terapias. Iban desde la comunidad de Duarte hasta el CEEM que está en Valle del Sol, cerca del Zoológico de Ibarrilla. Ahora, el traslado en el TÜI será gratuito hasta la estación de transferencia.
JOSÉ ALFREDO ES PARTE MEDULAR DEL TÜI; ES OPERADOR CERTIFICADO
José Alfredo Ramírez, como los otros choferes del TÜI, es una parte medular de este nuevo sistema de transporte: “Soy operador del TÜI, y para mí es una gran satisfacción pertenecer a este grupo más que nada porque es un acercamiento con personas que son increíbles.
“Yo era chofer de otras empresas, pero para llegar a esto tuvimos que llegar con una capacitación de casi dos meses de estarnos preparando, especialmente en cómo tratar a personas con discapacidad, de una manera más humana, de una forma más amable, de hacerlo como si fuéramos nosotros, como si fuera un familiar, pero en eso se convierten, en alguien familiar, porque vamos a convivir con ellos todos los días”.
Paciente y amable, espera a su grupo de personas que ahora son sus amigos y pronto serán como de su familia; acciona el elevador para subirlos en sillas de ruedas… Ayuda a los que van en los asientos, sabe de qué manera impulsarlos físicamente, pero en especial con frases de ánimo y de cariño.
“Pasamos por aquí, fue una gran selección de personal y aquí estamos… este transporte es un gran avance en primer lugar para la ciudad y un gran beneficio para todos los usuarios, más cómodo, más rápido y más felices”, señala José Alfredo para quien esta profesión es de amor.