(SPOILERS: ESTÁ REPLETO DE ELLOS ASÍ QUE MEJOR VE EL EPISODIO)

Dato curioso: el domingo tuve un evento familiar en donde había cerveza a morir y comida por montones… y como buen ser humano decidí abandonar a tiempo favorable el lugar porque tenía una cita con la “caja idiota”. Yo y un incalculable número de personas tienen la misma cita, la cita que llevan esperando por un año: Game of Thrones.

Amo Game of Thrones, es la serie que me hizo volver a apreciar la televisión y darle oportunidad a otros proyectos, porque su servidor estuvo muy lastimado con esa cosa que conocemos por LOST. He tenido discusiones filosóficas sobre las pláticas de sus personajes, me emociono al hablar de las batallas, y aprecio la producción que tiene. Sí, la serie puede que tenga más desnudos de los necesarios y la violencia deja claro que es algo PARA ADULTOS, aunque en su defensa puedo decir que antes las intenciones eran más baratas. Game of Thrones es un fenómeno cultural que ha encontrado nuevos nerds y está a la par de otras franquicias queridas.

En conmemoración de su estreno, estaré aquí semana a semana dando a notar mis puntos sobre cada episodio, así que SPOILERS (por si no has leído lo que dice arriba):

¿Recuerdan a Jon Snow? El que no sabe nada sigue muerto en una de las decisiones más sorpresivas -sino es que LA sorpresiva- del año pasado. Todos estábamos a la espera de verlo revivir por obra de Melissandre, y una pista para la esperanza de miles de personas era el título de este episodio: “The Red Woman”, clara alusión a la bruja fascinada con la sangre azul. Retomamos la controversial escena,  y sí: Jon Snow está muerto. Hasta que Ser Davos escucha los lamentos de Ghost y decide ir la atroz escena. Lo interesante es que Ser Davos se da cuenda de que no sólo, Jon  está pudriéndose, sino que todo el sistema donde está ahora. Ahora cuenta con un puñado de hombres, y esperando la magia de Melissandre quien está más afectada por el suceso de lo esperado.

¿La escena no les remite a Rembrant y su obra del doctor Tulp?

Mientras tanto Ser Thorne muestra su cobardía y se esconde en las fundaciones que se suponen siguen de La Guardia de la Noche, Y a sabiendas de que Snow puede volverse un zombie, lo quiere en llamas. La gran ironía de Game of Thrones persiste: el juego del poder ciega a los participantes de un mal mucho más peligroso que los va a engullir.

Ramsay Snow ¿triste? Eso parece, pues ahora su juguete preferido está frío como la nieve y no bromea asegurando que su dolor será regresado 1000 más fuerte. Este momento de tristeza es corto, pues luego vuelve el clásico Ramsey. Theon y Sansa sobrevivieron a su salto suicida y huyen de los secuaces de Ramsay. Sansa sigue teniendo una evolución que me agrada, no es parte del juego como pensábamos que sería, pero ahora comprende más el universo en el que se metió a pesar de su eterno sufrimiento y por primera vez en mucho tiempo, vemos algo que le sale bien, puesto que ahora Brienne y Podrick se unen a su partida para ayudarlos, claro que esto se tardó una temporada entera en donde el dúo esperaba una señal que nunca llegó… y por cierto, Stannis Baratheon sí está muerto (¿o no?) Un desperdicio forzado si tomamos en cuenta en cómo pasó, además del poco tiempo en desarrollo para su caída de un personaje que debiera ser trágico.

Jaime tiene malas noticias para una Cersei que apenas y se acaba de recuperar de su humillación; ahora su corazón está más ennegrecido y ni qué decir de Jaime que acababa de ver a su hija morir. La calma de estos dos es perturbadora si consideras que dos de sus hijos han fallecido, los Lannister no se preocupan de nadie más, son dos y nada más. “Que se jodan todos”, es el nuevo lema de un Jaime que ya no se puede ver tanto como un héroe redimido que esperábamos.

Dorne por fin se acabó, los dioses quieran que sí. Una desgracia porque en realidad era lo que más posibilidades tenía de todo Game of Thrones; una nueva nación, una nueva identidad pero sólo vemos un sitio y una historia que no avanza, la muerte de Doran no es sorpresiva, se veía venir y el desperdicio de su hijo en un momento que puedes tomar como broma hacen que uno ya no quiera ver este lugar que se supone que rebosaba de belleza pero que resulta ser un jardín enorme, es como la representación de las peores vacaciones de tu vida.

Decepciona el lugar que vio nacer al gran Oberyn Martell.

Tyrion y Varys caminan por una Meereen destrozada sin problema alguno a pesar del pasado intento de matarlos por parte de Los Hijos de las Arpías que siguen odiando a Daenerys por abrirle los ojos a una esclavitud dependiente de los ricos. Hay un momento cómico que también muestra el lazo de estos dos personajes: la utilidad de los hombres sabios en un mundo que los requiere. No pasa mucho con estos dos (pero siempre se agradece su dinámica), aunque nos dejan pistas para saber lo que se viene, como un predicador de R’hllor y el puerto de la ciudad en llamas, los dos no se van a encontrar tan seguros ahora que Daenerys está lejos. Y encima de eso Khaleesi está en aprietos porque conoce una tradición que incluye a las viudas de los Khal gracias a su encuentro con los Dothraki. La parte de Meereen avanza lento si comparamos el frenesí de la temporada pasada, pero como todo primer episodio de la serie, posiciona las piezas en un nuevo tablero donde van a hacer frente.  Y tenemos la obligada escena de Jorah checando su herida de  psoriagris: lo entendemos, sufre como perro.

Arya Stark no puede escapar de Braavos y eso es por su condición, el miembro de los Stark que lleva el rumbo más grotesco y violento irónicamente ha quedado ciega y mendiga por la calle. Arya comienza a percibir los sonidos de la gente de Braavos en una escena que buen pudo ser más creativa pero da paso a que llegue la servidora del Templo del Blanco y Negro, quien le da una tunda con un palo y le asegura que mañana vuelve a darle más… su entrenamiento prosigue.

Y por supuesto, el momento que dejó a todos pensando (y a muchos asqueados). Melissandre, la siempre provocativa bruja roja nos muestra una vez más su escultural cuerpo para dejarnos con una revelación: su verdadera apariencia y la base de su poder. La escena nos muestra a una mujer que es más vieja que todos los personajes juntos. ¿Melissandre ha perdido su fe y capacidad de poder? lo único que hace es dejarse ver vulnerable y triste mientras se recuesta en su cama: oh sí fanáticos del bastardo… sigue muerto, esperen lo peor porque ella no está dispuesta a hacer mucho al parecer.

Me gustó este episodio, por lo general los primeros episodios de la serie no enganchan (a excepción del primero diría yo). Pero no deja de ser interesante y una muestra a lo que nuestros personajes preferidos harán durante el resto de la temporada. Hay un elemento interesante que puedes percibir en este episodio y es que las situaciones de cambio surgen para casi todas las mujeres.

Arya, Cersei, Sansa, Melissandre, y Ellaria vienen a este punto de la serie para cambiar el camino que han seguido, dígase estar ciega, planear un arrebato de ira, matar a un gobernante, generar un progreso para tu familia y capacidad de gobernar o simplemente dejar el camino que había llevado durante toda su vida, eso me resultó fascinante en cierta perspectiva de género tomando en cuenta que es una serie donde las mujeres suelen ser objetos sexuales y ellas sacan el provecho que pueden de esto; incluso el hecho de que el único desnudo no tenga carga erótica y sí uno de vulnerabilidad a un personaje conocido por ser una bomba de sexo le agrega puntos.

Aunque la dirección puede ser un poco tosca en ciertos momentos. Meramente cumplidor, sin muchas tomas creativas y el uso poco práctico de una “shaky cam”, algo raro tomando en cuenta de que es la continuación de la silla de director de Jeremy Podeswa, encargado de los últimos episodios de la temporada anterior, no por ello quiere decir que se vea feo, de eso nunca ha pecado la serie.

Lo sé, todos esperaban algo seguro desde el año pasado y Game of Thrones se volvió la peor novia del mundo al no decirte nada de lo que querías saber, pero ya son 6 temporadas en esta dinámica ¿les sorprende?