EL ROCK EN TU IDIOMA / Por: Gerardo Mares
León, Gto.- Al margen de los recientes registros documentales producidos y exhibidos en nuestros lares con cierto impacto mediático así como una más o menos aceptable recaudación en taquilla (Alex Lora: esclavo del rocanrol. Luis Kelly. 2003. Seguir siendo: Café Tacuba. Ernesto Contreras y José Manuel Craviotto. 2010. Naco es chido. Sergio Arau. 2010, además del multirreferencial documental de Avándaro) esta conspicua producción cinematográfica pareciera dar la impresión que la documentación del rock tenochca por vía de la producción cinematográfica viviera una etapa dorada.
No ha sido así a lo largo de varias décadas. De hecho, la gran mayoría de los rockumentales más conocidos se realizaron bajo el amparo de la televisión pública afincada en la capital del país; programas de emisión catódica semanal entre la que recuerdo con mayor añoranza “Águila o rock” y algunos trabajos audiovisuales producidos por la empresa editorial Clío. En todos los casos, se contó con la destacada participación de notables cineastas de prestigio (como Paul Leduc for example) y algunos otros artesanos de notable visión crítica según el caso.
La constante más evidente en todas las transmisiones fue un estricto apego a las convenciones del género -en especial del reportaje directo y la entrevista fraccionada para dar un punto de vista multidireccional-, cierto regustillo por la música rock, además de la perenne precariedad de recursos. Bajo este esquema expositivo que pudiera erigirse como inflexible y rígido, el documental “No Tuvo Tiempo…” realizado hace algunos ayeres por Rafael Montero, aborda desde la óptica del recuerdo, parte de la vida y sobre todo la trayectoria musical de Rodrigo González, mejor conocido entre la masa urbana, el mundo de la trova, el rock urbano y el movimiento rupestre (compuesto entre otros por Eblen Macari, Rafael Catana, Nina Galindo et al) como el profeta del nopal, el poeta rupestre, Rockdrigo o Redrogo González. El documental tiene la virtud de incluir
en su corpus narrativo, algunas secuencias de las pocas presentaciones que se grabaron sobre el autor tamaulipeco, constituyéndose en una especie de registro de la memoria, a la vez que se va revelando el proceso de mitificación social acerca de un artista desconocido para la mayoría de los que gustan por el rock comercial y convencional; pero que sin embargo se ha generado un culto en cierto sector marginal
y contracultural de la escena rockera mexicana, cuya latitud más reconocible se ubica de manera inexorable en el tianguis del Chopo en el Distrito Federal.
El devedé que le agandallé a un compa y de origen descaradamente bucanero, contiene además algunas de las mejores rolas del Rockdrigo (El Feo, Tiempos Híbridos, Pórtate Sensato, Perro en el Periférico, Estación Metro Balderas) grabadas en los diferentes programas televisivos en los que participó al ir incrementando de forma irreversible su notoriedad como una especie de Bob Dylan barriobajero, donde se puede apreciar además sin ninguna dificultad, una época perdida para siempre, logrando contagiar un genuino sentimiento de nostalgia. Diría Arturo Meza “yo no navego en internet, yo navego en Hikuri”, y si es en compañía de una buena rola del Rockdrigo, qué mejor…
No tuvo tiempo, la hurbanohistoria de Rockdrigo/ D: Rafael Montero/ G: Rafael Montero/ F en C: No Acreditada/ E: Jorge Vargas/ M: Rodrigo González, canciones varias/ P: Jorge Pryor para Canal 22 Televisión Metropolitana, Producciones Volcán S.A. de C.V., Ediciones Pentagrama. México. 2004.