Nadie daba ni un peso por  el proyecto de los Warren que James Wan estaba desarrollando hace dos años. Es por eso que Warner Brothers se sorprendió mucho cuando, tras los previos de audiencia, la película tuvo una enorme aceptación por parte de los asistentes. Fue tan positiva la situación, que decidieron darle fecha de estreno de verano.

Una película de terror en verano, y una de las principales del estudio para esa temporada, eso llevaba mucho tiempo sin suceder; generalmente las películas de terror salen para la temporada de octubre-noviembre o en la etapa olvidada de enero febrero (meses en que los estudios  grandes comenzarán a pelear en el futuro). Así que había una esperanza en que El conjuro se volviera un éxito de taquilla, y… el comienzo de una posible franquicia.

A comienzos de los 70’s, la familia Perron se muda a una casa en Harrysville, Rhode Island. Esta familia está conformada por Roger, Carolin, y sus 5 hijas. La casa es bonita, algo descuidada pero de apariencia rústica, nada que detenga a esta familia que parecen llevarse muy bien.

¿A alguien más le viene a la mente la Tribu Brady?

Sin embargo, la familia comienza  a presenciar fenómenos inusuales en la casa, cada vez más frecuentes y pasando de ser sólo ruidos a de pronto recibir ataques por una fuerza desconocida; Los Perron, asustados buscan ayuda y se encuentran con Ed Warren (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga), pareja investigadora de los paranormal, y bastantes célebres a la hora de separar los hechos con lo sobrenatural. Al principio, los Warren asisten bajo el concepto de que pueden ser cosas comunes y corrientes, pero se van dando cuenta de que la situación de la familia es más grave que sólo ruidos en el sótano y las tuberías.

Ed y Lorraine como la película los representa.

Recuerdo haber visto la película en un cine en la playa, esta función estaba casi tan llena, que la gente podía sentarse en el suelo y ver la película….y tengo la siguiente teoría: El cine se disfruta en masa. Si una función llena no tiene bebés chillando, niños preguntando sobre la película y corriendo por doquier, e individuos  con risa descompuesta, te toca una de las mejores experiencias de asistir a una película, porque todos se vuelven partícipes en las emociones que afrontan como una sola entidad; el conjuro ha sido una de estas funciones.

Seamos honestos, no aporta nada nuevo a la mesa, el género de casas embrujadas son tan viejas como el cine mismo, pero hay algo que nos atrae de estas películas. Es esta sensación básica que a todos nos pasa cuando en una noche, todos se reúnen para contar sus experiencias personales sobre casas abandonadas, propias, o donde se solía vivir y algo raro pasaba. Nos atrae la idea de saber que esto puede ser palpable y lo tenemos más frecuente como miedo que a los mutantes del espacio exterior. Eso es lo que nos hace ver este tipo de películas, no importa su calidad.

Calidad, que resulta impecable en la película a la hora de generar tensión y miedo. Parte de eso es por las secuencias donde James Wan ha elegido hacer un híbrido entre elementos clásicos (como las escenas donde el ruido impone sobre lo que vemos, y la cámara sin poco movimiento, hasta el “jump scare”), pasando por los elementos modernos (como usar el found footage en la película). Esta mezcla, con los convenientes momentos de humor, hacen que de manera irónica, se sienta como si fuese una idea nueva, en un verano dominado por adaptaciones de comics y pocas licencias nuevas en el horizonte.

Y es entonces que James Wan se vuelve un maestro a la hora de hacer que tus pantalones se ensucien.

Algo que noté es la actuación de los niños; los niños pueden ser un completo infierno a la hora de hacerlos servir en una escena, pero estos niños se notan completamente asustados, y te compadeces de ellos. Además de los niños, los adultos entregan una actuación bastante sólida para los estándares. La pareja de los Warren son un matrimonio que denota una cooperación entre cada uno, Ed siendo el más técnico y de datos históricos, y Lorraine con sus habilidades paranormales, hacen un buen equipo y hasta tienen química Patrick Wilson y Vera Farmiga en la pantalla.

Me quedaré con las ganas de una versión con Betty White y Ernest Borgnine.

Lo que sí debo admitir que no me agrada, es la tan celebrada muñeca  Annabelle. Creo que eso es un intento demasiado forzado de hacer que algo te de miedo y no lo logra; me parece que la muñeca original genera más ese efecto pero probablemente no se pudo conseguir los derechos de Raggedy Ann. Aunque la secuencia donde presentan la muñeca me agradó, me gusta cuando las películas presentan un universo establecido y una aventura que precede a los títulos iniciales.

“Oh cielos, me pregunto si la muñeca estará poseída”.

El conjuro se ha vuelto una de las películas más taquilleras en cuanto al género de terror supone. Es por ello que Warner Brothers ha decidido hacer más películas basadas en los casos de la pareja Warren; ojalá vean a su producto anterior y se den cuenta que para realizar una película de terror entretenida, no necesariamente tiene que aportar algo nuevo a la mesa, pero sí tener a alguien con el talento suficiente para generar una película que al final de cuentas, es una celebración de los filmes y técnicas que han pasado por nuestros ojos.

http://youtu.be/Vjk2So3KvSQ