QUERÉTARO, QRO.- En uno de los duelos más difíciles para el León, y quizá uno de los mejores de las Águilas,  los pupilos de Ambriz se impusieron en la ida de las semifinales ante el América por la mínima, un resultado que no define la serie, pero le aporta mucha tranquilidad para la vuelta.

El duelo arrancó ríspido, fuerte; faltas y dos tres pataditas comenzaron a mostrar más o menos cuál iba a ser la tónica del encuentro; la pelota se disputaba en el medio terreno. Los verdes no alinearon a Iván Rodríguez debido a que sufrió una lesión muscular en el entrenamiento previo al encuentro.

Las controversias en un encuentro calientito empezaron a primera hora; sobre la marca del minuto 7, Ángel Mena tocó la pelota con la mano dentro de su propia área de forma muy circunstancial, y aunque en un principio se sancionó el penal, la revisión en el VAR dictaminó lo contrario. León sudó frío.

Y aunque el duelo táctico tenía mucho que ofrecer, ya en la ejecución no resultaba del todo atractivo; ambos cuadros se dieron duro y comenzaron a llegar las tarjetas para el América que tan sólo en la primera media hora de partido ya tenía tres amonestados.

Los verdes tuvieron la suya sobre el minuto 44 con un tiro libre de Ángel Mena que pasó realmente cerca del arco de Agustín Marchesín; sin mucho que relatar y realmente poco que ofrecer, la primera mitad llegó a su fin.

El segundo tiempo llegó cargado de emociones; fueron los esmeraldas los primeros en tocar la puerta con peligrosidad, pero de inmediato los de Coapa respondieron con dos opciones que se quedaron a nada de convertirse en gol, la primera y más clara cortesía de Nico Castillo.

A partir de ese par de aproximaciones, América se sintió grande en el terreno de juego y comenzó a meterle futbol al encuentro; los cremas aprovecharon el desconcierto verdiblanco en el medio terreno y avanzaron con muchísima peligrosidad sobre la meta de Cota. En otra clara, Mosquera salvó en la línea un remate que ya había techado al arquero verdiblanco.

León claramente se vio desconcertado por el dominio de los americanistas tanto que comenzaron a caer en errores que además de goles pudieron haber significado tarjetas; Renato Ibarra hacía pedazos la banda de la derecha, sin embargo le faltaba el toque final para asistir o incluso marcar el gol que bien se estaba mereciendo.

Quizá cuando peor jugaba La Fiera llegó una recompensa con un gol poco merecido pero que cuenta igual que cualquier otro; Montes inició el ataque y sirvió para Sambueza que metió una diagonal que J.J. Macías sólo empujó para el 1-0.

Ya con el marcador a su favor, La Fiera le puso hielo y trató de dominar la pelota perdiendo profundidad.

Sin embargo en una chance a balón parado sobre la agonía del encuentro, América marcó tras una serie de rebotes que nuevamente tuvo que definir el VAR por una clara posición adelantada; un par de jugadas más tarde Cota salvó a los verdes con un manotazo providencial. Llegó el silbatazo final.