EL CADÁVER DE LA NOVIA (2005).
Seamos claros en algo: Tim Burton no inventó el “stop motion”, esto va ante las innumerables personas que adoran al director de los pelos parados y que por ello le conceden el puesto de director en “El Extraño Mundo de Jack” (1993). Lo cierto es que hizo de todo en esa película, menos dirigirla, ese título va para Henry Selick, director tan olvidado, que a pesar de haber hecho “Coraline”, la gente seguía pensando que se trataba de Tim Burton. El hombre tiene el estigma del stop motion y la animación, y no sería hasta el 2005 en el que por fin dirigiera una película con este estilo de animación, claro, con la ayuda de Mike Johnson, quien había trabajado en el medio desde antes, pero bueno, ya era hora para que Tim Burton hiciera de director en “esas películas de plastilina” como le dice tu mamá.
Ah sí, hace falta decir que hace 10 años, me encantaba el director, mucho, demasiado.
Yo en un tiempo era de esos que lo adoraban y solía comprar algo que tuviera su nombre, sea una revista o libro, incluso mi dibujo fue mórbidamente influenciado por él y por Greg Cappullo, cosa que no agradezco en estos tiempos, pero Tim Burton estuvo ahí cuando era niño; quizás mi dibujo fuese una calca de lo que hacía, pero veía Batman una y otra vez. Es entendible la razón por la que muchos de sus fanáticos se identifican con sus películas, y esta gente suele ser la rechazada y los “raros” de la sociedad. Esa misma gente celebró el título tan perturbador por allá hace 10 años: El Cadáver de la novia, no hace falta decir que poner este título en un filme animado obviamente levantarían cejas entre incautos, pero para otros representaba un logro.
Tras haber visto la película, recuerdo que algo pasó, me dí cuenta de que Burton ya no era ese que antes me emocionaba… tiene ciertas cosas que con el paso del tiempo denotan los errores que ya lleva arrastrando desde hace años, aunque no por ello quiere decir que sea una película mediocre.
Víctor (Johnny Depp) está a punto de casarse con Victoria (Emily Watson), una joven de una familia supuestamente rica (de hecho todo el arreglo matrimonial es para conveniencia de las dos familias). El problema es que estos dos apenas y se conocen, pero pues el primer vistazo indica que son el uno para el otro. Víctor no puede dejar de olvidar sus votos y hay algo de nervios pues la fecha importante se acerca. Para relajarse va y practica sus votos en el bosque, y a la hora de la noche, no es la mejor de las ideas pero lo hace a la perfección y pone el anillo en una rama que no resulta ser una rama, sino un cadáver. Víctor se espanta al ver que el cadáver toma vida y se refiere a él como su esposo, huir es futil, y Víctor es capturado por Emily. Al despertar se da cuenta de que está en un mundo paralelo, donde los muertos siempre están de fiesta.
Tras permanecer ahí un tiempo, Víctor busca una forma de huir y tratar de casarse con la mujer adecuada, pero tanto Emily, así como un hombre llamado Lord Barkis no le harán las cosas más fáciles de lograr.
La película expone el mundo frío y tedioso de los humanos, un mundo apagado, sucio y de manera irónica, carente de vida. la gente carece de sueños y sentimientos, preocupándose sólo por el futuro económico de la familia a través del matrimonio. El diseño de este mundo es el típico de Burton: lleno de estilo gótico que ha logrado hacer suyo y que también muestra su afinidad por el expresionismo alemán.
Cosa muy diferente en el mundo de los muertos, donde vemos luces, diseños peculiares, risas y diversión. Lo que profesa al final de cuentas es una idea pacífica de los muertos y los vivos y de que no deberíamos temer al último estado que conocemos de un ser humano, así como de vivir la vida sin grises. Esos elementos como un mexicano tienen más notoriedad dada nuestras tradiciones, no es extraño que salgan los mitos de que Tim Burton concibió la idea del inframundo como Guanajuato.
Su trama no es mala, pero cuesta un poco de trabajo seguirla debido a sus aburridos personajes principales, he ahí su problema.
Víctor y Victoria son tediosos por su inexpresividad, algo extraño si tomamos en cuenta que tienen ojos enormes, pero apenas y generan un rostro diferente al de siempre. esta situación se da sólo con ellos, los demás humanos son más expresivos (con la finalidad de ser grotescos y detestables). Se entiende la finalidad de mostrar lo aburrido del mundo real, pero esto arrastra a los dos personajes que deberían ser la diferencia. De lo único que puedo decir del villano, es que se nota a 20, 000 leguas que efectivamente, es el villano, desde su primera aparición uno deduce eso, no resulta una sorpresa como la película lo trata, y sus motivaciones son las de dinero, como cualquier villano de cabecera.
En el mundo de los muertos, los personajes son más carismáticos, y sus diseños son tan vastos y llenos de referencias, alejado del tedio humano y la titular del proyecto es prueba de ello, Emily, quien sufre de la misión de un fantasma cotidiano: hacer una labor para descansar en paz (¿Y no resulta curioso que tenga la piel azul como los zombies de Romero?). Emily fallece con las costumbres que también cargan Victor y Victoria, ella no busca el matrimonio para la estabilidad y posicionamiento, más bien para la búsqueda ciega del buen amor. Se le podría acusar de inmadura y con una búsqueda banal, pero si fueses un fantasma que en vida lo único que deseabas era ser amado ¿no tendrías esa actitud? su diseño de putridez no espanta, y enternece su aparente optimismo y aprendizaje, además tiene un gusano con la cara de Peter Lorre, no se puede pedir más.
La película se vendió como un musical, y como en todo trabajo habitual de Tim Burton, la colaboración de Elfman es algo que siempre uno está esperando para poder apreciar, la película se podría tratar de cajas de cereal, pero uno siempre esperaba algo grandioso con Elfman. Es injustamente comparado con “El Extraño mundo de Jack”, pero hay que ser honestos y percibir que no es una secuela y sí una película diferente. Eso sí, son muy pocas canciones para poder justificar el género de musical, y entran en la categoría de expositorias -salvo una-, no podría decir que son pegajosas, pero la melodía se queda contigo, además del sonido realizado por Elfman con su aproximación de música de Clave y Gótica, y el Jazz y el vals para los muertos.
Como mencioné antes, Remains of the Dead es mi momento predilecto de la película, pero también debería darle su lugar a Tears To Shed; la única canción que no sirve de exposición y más para conocer los sentimientos de un personaje. Emily es el único personaje principal que canta, apoyado de una voz triste de Helena Bonham Carter y de sus únicos dos amigos -un gusano y una araña- que tratan de hacerle ver lo positivo a pesar de estar muerta. Si te pones estricto podría resultar un tanto enfermizo, pero de alguna forma no dejas de pensar en el corazón roto de la mujer de piel azul. Es un trabajo de Danny Elfman que es muy fácil de encontrar, así que si tienes la oportunidad no estaría mal escucharlo aislado del filme.
https://www.youtube.com/watch?v=QIfgluPZ5Sk
Es una película muy bella de ver, sobre todo en la pantalla de cine. La fotografía de Pete Kozachik es contrastante en sus dos mundos y generan una atmósfera peculiar, de esa que se acentúa por la temporada; aunque en el mundo de los muertos puede ser el más llamativo, también hay casos en donde la iluminación puede ser descuidada, claro que eso no la hace horrenda pero se puede notar. Y a pesar de lo plano que resultan los personajes principales, quieres ver una resolución que les agrade a todas partes por Emily, la cual se lleva la película con su carisma y trasfondo trágico.
El cadáver de la novia sería uno de los últimos trabajos que tanto la crítica como la audiencia aceptaría de Burton. A mi parecer se ha dormido en su gloria, dejando que su estilo disfrace películas que carecen de historias coherentes y contienen actuaciones muy sosas. Se ha dañado tanto que ya no resulta atractivo ver su nombre en un proyecto, y los estudios ya le piensan dos veces a la hora de darle un proyecto, y esto no sólo se nota en él, sino en sus colaboradores habituales como Danny Elfman que se nota sin inspiración y aburrido, y un Johnny Depp que cada vez resulta ser una parodia de lo que fue. Tim Burton ha caído de la gracia de muchos, pero también se le reconoce que cuando hace algo bueno, se nota. No será ese director que en mi infancia era peculiar, pero una parte de mí espera que este hombre vuelva a sorprenderme, y quizás vuelva a emocionarme como antes, uno nunca sabe.