ÉCHALE UN OJO A LOS NUEVOS FUNCIONARIOS ESTATALES
Francisco Picón. León, Guanajuato.- Pocas mujeres y uno que otro desconocido, esas son las principales características del gabinete legal del gober de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez.
Ya les habíamos dicho que hoy el güerillo dientón iba a soltar la sopa sobre la integración de gabinete legal y así fue.
Esta es la banda que gobernará con él a partir de mañana en ocho días. Empecemos por los funcionarios reciclados, conocidos o chupados por el diablo: Héctor López Santillana, al que acomodaron como secre de Desarrollo Económico; Carlos Zamarripa Aguirre, quien sigue siendo el procu de Justicia; Álvar Cabeza de Vaca, exsecretario de Seguridad Pública de León, que ahora se encargará de la del estado; Don Javier Usabiaga, que fue secretario de agricultura con Fox, ahora lo será de Márquez; El buen Juan Aguilera Cid se queda en Comunicación Social; Eusebio Vega Martínez, director fundador del Poli, se hará cargo de la Secretaría de Educación, y el doc Éctor Jaime Ramírez Barba, al que colocan en la secretaría de Desarrollo Social.
Ahora vamos con los desconocidos: Antonio Salvador García será el segundo al mando como secretario de Gobierno, es magistrado propietario, osea, un juez de acá de alto rango; Juan Ignacio Martín Solís será el encargado del varo de los guanajuatenses; Fernando Olivera Rocha tendra a su cargo la Secretaría de Turismo, actualmente es director general de Fonatur; Christian Javier Cruz Villegas llega directo a la secretaría particular del gober; Ignacio Ortiz Aldana, un médico de práctica privada, se encargará dela Secretaría de Salud, y José Arturo Durán Miranda, va a ser el chido de Obra Pública.
Finalmente, la única morra en el gabinete: se trata de María Isabel Tinoco Torres, quien trabajaba en el SAT y aparentemente no tiene filiación partidista.
Sí mucho rollo, banda, pero algún día uno de estos nombres podría serles útil.
Por cierto, el peloncillo sonriente del centro es Gerardo Trujillo, dirigente estatal del PAN, que no tendría por qué tener vela en el entierro.