Vas a la tienda, agarras un par de cervezas y te retiras a la caja registradora, la cajera te saluda como siempre y al pagar tiras el billete tras tu incapacidad de sonreír y sacar dinero, lo recoges y de inmediato escuchas a un niño llorar, y a su madre menciona que hoy no es Lunes. te quedas perplejo unos segundos y exclamas en tu interior “esto ya lo viví”.

Edgar Allan Poe tiene una frase contundente: “Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño” y saben que el escritor de ojeras peculiares tenía razón. Seguimos nuestros sueños, los analizamos, muchas veces nos espantan, otras veces nos satisfacen y llenan vacíos que nadie más logra llenar… nos hacen sentir un halo de misterio, pues no somos los únicos seres que soñamos. El misterio de los sueños deja material para toda una vida y en muchas ocasiones nos enfrentamos a esta situación, donde todo nos parece tan peculiar.

Ahora ¿Qué harías si lo que tienes tan vívido, es el inicio de un sueño? uno que tu mente frecuenta, puede que la madre del niño sea Demi Moore etapa Stripteas -yo la prefiero en Ghost- y cuál lobo de Tex Avery sales tras ella con un sendero de baba, o en el otro extremo ¿Y si se tratara de una pesadilla? ¿Qué pasa si esto no es mas que un presagio de cosas malas por suceder?

Esta es la trama de Dead of Night, película inglesa de 1945, olvidada y por olvidar, y siempre esta aseveración le duele a uno, sobre todo al saber que lo perdido en la memoria colectiva es algo tan bueno e importante.

Walter Craig (Mervyn Johns) es un arquitecto que asiste a una reunión realizada por un amigo suyo, Walter al principio no se ve cómodo, y es hasta al llegar a la sala donde están los invitados que al fin surge: dice que está presenciando un sueño que ha tenido frecuentemente; los invitados no le creen ni por un segundo y comienzan a cuestionarlo. Walter comienza a predecir lo que en cualquier momento de la velada sucederá, pero no tiene noción acertada del final de su sueño, sólo sabe que es malo. A partir de este momento los invitados toman hincapié en la situación cómica de Walter y comienzan a narrar historias peculiares que le han sucedido a cada uno, en aras de calmar al pobre hombre.

Resulta muy gracioso ver que Walter nunca se calma… pero todo es parte del plan.

Dead of Night es simplemente espectacular. Inteligente en todo sentido, es en tan sólo unos minutos de inicio que la película juega con nuestras percepciones de lo que es la realidad, y como detectives o miembros de un jurado, los segmentos nos dejan pistas para el desenlace; esta es una forma muy interesante de justificar la antología -una de las primeras en hacer este género con sonido- del filme. La estructura es indudablemente una idea atrevida en esa época, y las subtramas están realizadas de una forma tan elegante que parecerían salidas de la prosa de Borges, aunque tenemos que agradecer a John Baines y Angus Mcphaine pues ellos adaptaron las historias y las acomodaron dentro del mapa mental que representa la película. En cada momento, los segmentos son tratados desde un fondo muy analítico, gracias a que entre los invitados contamos con un psiquiatra que trata de explicarle a cada uno de los invitados sus historias y el por qué de estas peculiares situaciones, qué significan y que están con un pie en la lógica y no en el misterio, y eso no hace más que confundirnos ¿es real o no todo esto?

Cada segmento es esencial, y ninguno defrauda, más bien, comienzan en un tono simple y conforme avanzamos surge una complejidad en cuanto a trama, duración, e incluso el tratamiento estético. Esto se lleva de maravilla puesto que Dead of Night cuenta con 4 directores, que aportan a los segmentos, entienden el juego y las reglas del guión y realizan segmentos equilibrados en donde apreciamos diferencias y estilos, siempre al beneficio del gran esquema llamado película.

Describamos un poco de cada segmento:

El primero, es rápido, con una historia que a muchos nos ha pasado, pensamos eso mientras nos estremecemos ante la idea ¿saben nuestros secretos o es tan normal?

Después tenemos la típica historia que sale cada que hay una reunión de personas y la simpleza y aparente confianza entre los asistentes confiere a uno contar una historia en donde nos encontramos con lo paranormal. Es bien lograda, aunque creo que para al final de esta, termina con un momento digno de telenovela.

Es a partir de la tercera historia, que comienzan a complicarse las cosas, y tenemos más tiempo dedicado a cada una. Tenemos el relato de una pareja que a punto de casarse y felices de la vida, se encuentran con una nueva dimensión a manera del reflejo de un espejo que el pronto a ser marido presencia, a pesar de la insistencia de su prometida de que aquello que presencia es falso. La confesión del espejo es cautivante, mientras la cámara hace un zoom hacia el rostro de Peter Cortland quien interpreta al marido, con unos ojos apagados por los días que lleva viviendo esta ilusión de estar en otro cuarto, y con un temor lo que se encuentra más allá de esta realidad.

Tendrá tintes de comedia, pero la atmósfera no deja de ser tenebrosa.

Las tramas pierden su sentido de misterio y horror y esto no es para nada un elemento malo, después de todo, sigue una historia escrita por H.G Wells, y que nos tiene muertos de la risa, algo interesante puesto que ahí podemos desahogarnos de toda esa sensación de espanto que hasta ese momento hemos recolectamos. Dos amigos/enemigos del golf se enamoran de la misma mujer, y es tal su competencia que deciden arreglarlo de la única manera que creen posible: un juego de golf. El perdedor humillado se suicida de inmediato en un lago sin que el otro trate siquiera de ayudarlo, la envidia del muerto es tal, que decide regresar a atormentar a su némesis, evitándole jugar golf, golpe extremadamente bajo y que sí le afecta. Un hombre que preferiría renunciar al amor de su vida que al golf es la cereza del pastel en esta comedia realizada por Charles Chrichton, el director de “Un Pez llamado Wanda” (1988).

Pero este sentimiento tan grande de alegría, es cortado, porque en el último segmento las cosas toman su seriedad, y vaya que logra su cometido, como cuando en un estado de ebriedad vez a un sujeto acercándote hacia a ti con un bat en sus manos. Si tú piensas que Chucky o Jigsaw son la epítome en cuanto a muñecos malvados se trata, no has visto Dead of Night. La historia del ventrílocuo es espeluznante hasta el día de hoy, vemos cómo pelean este par, con Hugo por la delantera,  y no podemos más que sentir pena por el dueño del muñeco interpretado por Michael Redgrave, que era un gran actor, sólo necesitamos ver la reacción del pobre hombre cuando el muñeco socializa para darnos cuenta de su sufrimiento y dependencia.

No resulta sorpresa saber que este segmento es el favorito de muchos, incluyéndome; pero miren ese drama contenido, ese juego de sombras, la posición de la cámara… hace que te enamores de detalles técnicos.

Y después… después entendemos el por qué es tan importante este filme. No detallaré nada más, pero incitaría a todos a buscar la película, te deja con una sensación incómoda y de sorpresa, y pocas películas logran hacer dicho sentimiento en nuestros tiempos, ahora resulta sorprendente que aquella que cumple 70 años lo siga haciendo.

Y en cuanto al trailer…. pues no hay, no existe, lo cuál resulta el último insulto ¿Cómo es posible que siendo tan buena esté olvidada? TCM tiene ciertas escenas, y podrías buscar la edición del BFI que tiene una excelente restauración de imagen y, pues no quiero decir esto, pero vivimos en una era digital en la que si uno indaga encuentra ¿Qué estás esperando? yo por mi parte pienso hacer una función especial hablando sobre la película, así de cabrona está, pero bueno, aquí una imagen que representa a la perfección sus rostros.