LEON

¿Cuándo fue la primera vez que hiciste un coraje en un videojuego? que no te de pena aceptarlo, en algún punto de tu vida has realizado un berrinche, un arranque de ira cual Hulk por no lograr el tiempo meta, o algo te mató tras un esfuerzo monumental. Yo recuerdo el mío cuando tenía unos 5 años con Rygar para el NES. Recuerdo que tras pasar un pantano completamente injusto, te encuentras con una perspectiva hacia arriba, muy diferente de lo anterior que habías jugado, y peleabas con unos enemigos en forma de árbol que SIEMPRE (y repito) SIEMPRE, te hacen daño, no ayuda que tu personaje sea torpe y tenga por defensa un escudo que nunca usa para defenderse

¿mencioné que el juego sólo te daba una vida?

Eso hacía que entre rabietas y lloriqueos inútiles frente al televisor apretara el control y lo aventara. Ahora que lo vuelvo a jugar, todavía es difícil, pero hay varios puntos importantes respecto a cómo los juegos han evolucionado respecto a la dificultad. En primera es que lo que conocemos como “Dificultad NES” o de la vieja escuela muchas veces era de manera injusta basada en errores de programación, o aquella con una atención y tensión a cada movimiento que fueras a hacer; no puede haber espacio para las fallas en Mega Man, así como debes de aprender el patrón de conducta de cada personaje.

El segundo aspecto, es que hemos perdido la dificultad en los juegos. Todo está plenamente digerido para que el jugador no pase un mal momento o se decida a investigar, en todo momento vemos tutoriales sencillos y que facilitan al jugador con sus acciones, eso me deja pensando en que un juego del estilo “Point & Click” en donde el jugador tenía que interactuar con el escenario o aprenderse un mapa estelar para avanzar en el juego y los acertijos son juegos que no pueden existir, porque al jugador ya no le gusta pensar mucho, todo es de manera impulsiva y sin una estrategia.

Es aquí donde entra Dark Souls.

Dark Souls trata sobre…. algo, y ese es uno de los puntos enigmáticos del juego. Sabes por un video previo a que empieces a jugar una historia compleja que se resume en 4 seres poderosos que corrompieron el lugar con su magia y negligencia; tú, eres un sujeto sin nombre aprisionado por volverse un Undead.

Dark Souls puede disfrutarse desde 2 perspectivas, la primera es la del reto, porque te encuentras a un juego que no te perdona nada; cada que derrotas a un enemigo, consigues almas, las cuales sirven de moneda en este juego, estas te ayudan desde comprar armas, subir de nivel, comprar armaduras… todo lo necesario para avanzar y ser más fuerte en el juego. Debes ser audaz y conocer los patrones de conducta de cada personaje enemigo, ir con cuidado por los calabozos, pues si mueres, todo tu progreso queda atrapado en un orbe donde está tu cadáver… otra muerte y sin recuperarlo significa perder todo tu dinero, por cierto, no puedes pausar. Esto se vuelve sumamente odioso cuando estás en una situación donde los enemigos te superan, y tenías días de almas en ese orbe verdoso. Esta situación hace de Dark Souls un juego donde el temor y el pánico se apoderan de ti, debes tener extremo cuidado si deseas avanzar, e incluso a veces confiar en la mera suerte o fe de lo que haces. Ningún otro juego ha hecho esto en la generación pasada.

 

Conoce a los sujetos que se alimentan de tus pesadillas y lágrimas.

Conoce a los sujetos que se alimentan de tus pesadillas y lágrimas.

 

La otra forma de disfrutar Dark Souls, es de una manera más profunda y que al igual que el juego, no te dejará claras las cosas de manera fácil. Hay una compleja historia a través de todo el juego, en los objetos que recolectas, las pláticas con los habitantes del lugar, y diferentes acciones que hagas. Muchos momentos de hecho son muy tristes, donde la gente pierde seres queridos, mejores amigos, y todo esto por tu culpa. Todo esto mientras te adentras en un juego con escenarios sombríos y carentes de bondad, Dark Souls es un juego sumamente depresivo si uno lo analiza de manera más profunda de lo que aparenta ser.

 

Para mí el momento más triste y el que te genera un nudo en la garganta es la batalla final. Tú pensarías que te encontrarás con un jefe imposible, y en cierta parte lo es; Gwyn es un dolor de cabeza, pero lo curioso yace en cómo te lo encuentras, y la música que aparece cuando peleas con él. No es un tema épico, o un tema emocionante, como aquellos que presentan un clímax y tienes la costumbre de oír en estos momentos. Es un tema que refleja el trágico destino de un hombre que ha perdido todo, hasta la cordura, todo por hacer lo correcto, un hombre que permanece encerrado en un lugar lleno de cenizas avivando lo que queda de eso que en un punto de su vida llamó poder. Es un gran tema compuesto por Moti Sakuraba que te deja reflexionando y al final de todo no te hace pensar que tú fuiste un héroe ¿qué fuiste?

 

Es difícil, muy difícil… yo en mi tremenda estupidez tardé tres años. Tres años en los que jugaba, me desesperaba y lo dejaba, para después volver a ese mundo. No iba a poder conmigo, oh no, el final, el anhelado final del juego es muy complejo y que me dejó una extraña sensación, una victoria personal por ganarle al juego que se mofaba de ser el más difícil de muchos años, pero pensando en que me encontré con un juego más grande y profundo de lo que aparenta ser.

De por sí juegos difíciles ya casi no existen, mucho menos uno que te haga reflexionar en lo que has hecho en este y con tu vida, Dark Souls se merece todo el reconocimiento del mundo por ello.

 

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