MÉXICO, D.F.- Los 11 jóvenes “compas” detenidos durante las marchas en el Zócalo el 20 de noviembre y liberados ayer sábado, informaron que analizarán si emprenderán acciones contra el gobierno federal por las múltiples violaciones a sus derechos humanos en su detención.

En conferencia de prensa, los once chavos y chavas coincidieron que la mayoría de sus detenciones fueron de manera violenta y que no se les explicó el motivo por el cuál eran acusados.

Afirmaron que los policías federales los presionaron para que declararan e indicaron que sufrieron daños y violencia psicológica, además de que tampoco les indicaron que serían trasladados a penales federales, lo cual supieron ya cuando fueron llevados al aeropuerto capitalino.

Cada uno de los jóvenes relató cómo fue el momento de su detención. Atzin Andrade describió que subieron a varios jóvenes en un autobús de la Policía Federal y los llevaron a la SEIDO y que el trato que les dieron fue como el de la peor escoria, además les hicieron varias pruebas.

“El trato fue denigrante, nos dijeron que nos iban a desaparecer, nos torturaron psicológicamente”, comentó.

Liliana Garduño contó que ella no participó en los disturbios dúrate el repliegue de la marcha y que sólo fue a documentar la marcha.  “Pensé que me podían desaparecer cuando vi a más personas detenidas”, expresó.

Afirmó que la policía jamás le aclaró los motivos por los cuales fue detenida y agregó que se enteró que iba a ser trasladada al penal de Nayarit hasta que estaba en el aeropuerto.

Siete hombres que se encontraban presos en el penal de alta seguridad de Villa Aldama, Veracruz, salieron de las instalaciones alrededor de las 16:00 horas de ayer sábado y fueron recibidos por sus familiares; en tanto al chileno Laurence Maxwell fue trasladado a la estación migratoria de Veracruz, para revisar su situación migratoria y horas después abandonó las oficinas.