GUADALAJARA, JAL.- El Guadalajara se impuso 2-1 (4-3 global) a Tigres y consigue su estrella número 12
Había mucho en juego: Tigres buscaba el sexto título de su historia y el segundo de forma consecutiva; Chivas, la décimo segunda estrella de su vida y el doblete, tras conquistar la Copa MX. Por eso, nadie regala nada y la Final del Clausura 2017 tuvo un arranque intenso.
Tras el 2-2 en la Ida, los regiomontanos intentaron marcar diferencia al inicio. André-Pierre Gignac probó con un punterazo a las manos de Rodolfo Cota, al ‘8. Y cinco minutos después, Ismael Sosa habilitó a Jürgen Damm, quien entró al área, pero el arquero rojiblanco salió a tiempo para cortar.
Un partido cerrado se puede abrir con un chispazo. Chivas tuvo uno. Oswaldo Alanís condujo en campo enemigo. Levantó la mirada. Puso un servicio preciso. Elevado y a la espalda del brasileño Juninho. Alan Pulido midió el viaje de la pelota. Conectó de aire, con pierna derecha. Remate cruzado que venció a Nahuel Guzmán. Las redes se estremecieron. Gol del Guadalajara, al ’16.
El Estadio Chivas se convirtió en una fiesta. Llovió la cerveza. Hubo abrazos. Un golazo que huele a campeón. Y que hizo crecer la ilusión de un título después de una década. Con la desventaja, Tigres era el obligado. Gignac tocó hacia atrás para Aquino, pero su disparo se fue por un lado, al ’28.
Un minuto más tarde, fue el Guadalajara quien tuvo la oportunidad, pero Néstor Calderón, que había quedado solo, tardó en definir. Permitió que la defensa le tapara el disparo. Y al ’35, el mayor susto para el Rebaño Sagrado, cuando Cota se hace lío con la pelota. Se le atora en los pies. Y de milagro no se la robó Gignac. Se salvó el cuadro local.
Para la segunda parte, Tigres sale con toda la obligación de ir al frente. Se adueñó de la pelota. Chivas apostó por matar en un descuido. Al arranque, Salcido falló en la barrida. Sosa quedó solo. Cota salió a tiempo para achicar. Salvó a su equipo, al ’48.
Después, Javier Aquino llegó a línea de fondo. Sacó diagonal retrasada para Gignac. De forma increíble, el francés pateó mal. Voló la redonda. Tigres dejó escapar la igualada, al ’64. Y tres minutos más tarde, el brasileño Juninho conectó de cabeza un tiro de esquina. Lo mandó por encima.
La insistencia era de los visitantes. Pero José Juan Vázquez se encontró con un rebote en la orilla del área. Midió bien el esférico. Dio rienda suelta a la pierna derecha. El zapatazo fue desviado por un defensa. Nahuel Guzmán no tuvo oportunidad. Las redes se estremecieron. Gol de Chivas. El 2-0 que parecía sentenciar, al 70’.
Transcurrieron los minutos. Cerca del final, dramatismo total. Ismael Sosa tomó la redonda desde la orilla del área. El zapatazo cruzado, de derecha, fue inalcanzable para Rodolfo Cota. Las redes se movieron. El 2-1 de Tigres generó angustia. La tribuna no paró de alentar.
Los regiomontanos se fueron con todo al frente en los minutos finales. Pero ya no alcanzó. El árbitro pitó el final. El estadio explotó. Igual que 40 millones de aficionados. Chivas se proclamó campeón del futbol mexicano. Llegó la 12. Una vez más, el Guadalajara es el máximo ganador del balompié nacional. Diez años después, ha levantado la copa. Un doblete que nadie había logrado. Y el orgullo de ser una vez más el mejor, sólo con mexicanos.