Todos estamos de acuerdo en que los premios OSCAR no van por buen camino, se supone que galardonan a lo mejor de la industria, pero sabemos que eso es una falsedad. Podemos escuchar casos como la falta de diversidad en la gente que está nominada, en cómo las mujeres no consiguen premios para “mejor director”, en cómo es tan fácil hacer una película que gane premios, en cómo los estudios compran votos y en cómo los votantes ni siquiera ven las películas que salen en el año y terminan votando por la que “creen” que van a ganar.

Aquí un video informativo sobre el asunto.

Pero ¿Saben qué es lo más insultante? Que el género del horror es uno que al parecer no existe.. o al menos sólo entra en las categorías técnicas. La última vez que una película del género logró conseguir un premio grande fue en 1991 con “El Silencio de los Inocentes” de Jonathan Demme. A partir de ese año, la Academia ha demostrado su misma ineptitud y esnobismo al no considerar el género para galardonar más que en lo mismo: cuestiones técnicas. Y esto va más allá, pero el caso más obsceno, el más molesto, y el que me rompió el corazón siendo un niño, fue con “La Mosca”… en serio.

Yo sé que la gente ve con asco una película que se llama “La Mosca” porque el título evoca a uno de los animales más repugnantes de nuestro planeta y por lo que saben, es una película muy grotesca… lo cual es totalmente cierto, pero eso me deja a entender que los que proclaman su repudio a la película nunca la han visto, porque debajo de toda su factura de horror, existe un gran drama.

Seth Brundle (Jeff Goldblum) está coqueteando con Veronica Quaife (Geena Davis) en un evento de ciencias, él le promete que su proyecto personal es mucho mejor que el de todos los presentes y al principio Veronica sospecha, pues la actitud de Brundle es torpe y algo sospechosa de que quizás… pueda ser un psicópata. Aún así decide aceptar su invitación y llega a su casa para ver el proyecto del científico: dos cabinas extrañas.

Resulta que Seth  ha logrado crear la primera máquina de teletransporte de la historia, pero no todo es miel sobre hojuelas. La fórmula que Seth logró para la máquina no permite que los seres vivos puedan usarla. Veronica queda sorprendida de su logro y decide documentar la labor del científico a través de video y entrevistas mientras que con el tiempo comienza a crecer una relación entre estos dos. Tras varias semanas, Brundle logra hacer el primer experimento exitoso en un ser vivo y decide festejar con su pareja. Pero Veronica ha estado recibiendo el acoso de su jefe y antiguo amante, por lo que decide ponerle un fin a su relación de una vez por todas.

Triste, Brundle comienza a beber y decide que es el momento perfecto para probar la máquina; se desnuda -porque en toda la película nunca logra hacer que la gente se teletrasnporte con su ropa- y decide que él será el primer humano en lograr semejante logro. Por desgracia, mientras estaba ebrio, una mosca se mete en la cabina en la que se encuentra, y la fórmula de la computadora interpreta esto como una fórmula de fusión entre los dos seres, cambiando la vida de Seth para siempre.

¿No es la misma pose del viaje temporal de Terminator?

Amo a “La Mosca”.

La versión de 1958 es una gran película que surgió en el “Boom Atómico”, una que tenía grandes dosis de suspenso y un final revelador para la época. En sí no era necesario un remake, pero David Cronenberg nació por si sucedía esta situación, para dirigirla y escribirla. Porque en vez de tomar un planteamiento de horror simplón como mucho de lo que surgió en los 80’s que representaba un matrimonio de taquilla, imagina la situación de Brundle como una metáfora a lo banal de nuestra existencia: a la mortalidad. Cuál tragedia griega que para un sujeto que por primera vez entabla una relación amorosa exitosa y parece sobresalir en sus avances científicos se encuentra con que su mente y cuerpo son parte de otro ser que poco a poco le devora el temple; La Mosca no se toca el corazón y es una película dura, triste pero elegante que nos habla de la amoralidad de la ciencia.

Jeff Goldblum realizó la actuación de su vida con Seth Brundle. Un personaje que tiene los manerismos clásicos del actor tan querido por mi generación -quiero decir, apreciamos su balbuceo sin fin- y que realmente te entristece ver en su estado, pasando por una auténtica metamorfosis sexual y física que te pone a prueba, pero la mental es la que te quiebra como espectador, porque a pesar de tener el destino de volverse un animal horripilante, tiene un optimismo y contempla que su caso se volverá uno de advertencia para aquel que juegue con la ciencia.

El momento más desgarrador ocurre en la visita final en donde Brundle ha perdido totalmente la cabeza y contempla volverse el eslabón entre humano e insecto, volverse un político de estas dos especies, te parte el alma y es el pecado más grande de la industria pomposa… porque de verdad merecía una nominación de la Academia por la titánica labor que realiza al pasar por diferentes procesos evolutivos y dejar que la audiencia sienta con asqueo su lamentable situación.

Porque todos hemos sido ese Seth, aquel que por un momento la vida le sonríe.

También ayuda que la relación de Brundle con Veronica sea más placentera de ver que la de muchas películas románticas. Ambos son personas que han sufrido bastante, y con el paso del tiempo Veronica comienza a ver en Seth lo que nadie más ha visto, se vuelve su confidente, su amante y su mejor amiga. Para en ese entonces, Geena Davis y Jeff Goldblum era una pareja real, y una con una química excelente y eso se traslada muy bien a la pantalla.

Muchas de las reacciones de Geena son reales e inesperadas.

Es factible el romance, y queremos con toda el alma ver un progreso y una cura, porque el horror se hace presente con los efectos especiales creados por Chris Walas y Stephan Dupuis. Si algo tiene de legado la película de Cronenberg -y de lo poco que se premió- es la increíble calidad de efectos visuales que tiene la evolución de Seth. Es un insulto ver que películas como “La Mosca” se sigan viendo tan realistas y creativas sin la necesidad de usar una computadora, porque saben que su intención es la de espantar y verse factibles, de generar un asco inimaginable y lo logran a pesar de que ya se carga 30 años de existencia.

Cronenberg y Howard Shore estuvieron de acuerdo en algo: presentar la historia de Brundle como la tragedia que es común en una ópera, no quisieron usar sonidos demodé renimiscentes de la década. El inicio es agresivo, con la cualidad de una obra teatral o la de un fenómeno de circo -de hecho es un guiño a Madama Butterfly- que encapsula a la película porque también es un referente hacia el final de esta. Es un material muy opresor para los sentimientos de los involucrados y también afecta al oyente, pero eso no deja menos a su magnificencia y eso que es básicamente un tema de 3 notas. Este es uno de los trabajos más sobresalientes de la dupla Shore/Cronenberg, y uno que vale la pena conseguir en tu colección personal porque sólo un compositor que vale la pena forma un score de sustancia tan melodramática capaz de subsistir sin las imágenes del proyecto.

https://www.youtube.com/watch?v=7BzwxJ-M_M0